Alergias ambientales en perros y gatos

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Con la primavera llegan las temperaturas suaves, la humedad, la polinización de árboles y plantas y, junto a todo ello, uno de los problemas más frecuentes en el perro y el gato: las alergias.

La alergia es una enfermedad en la que el sistema inmunitario del animal (las defensas) reacciona de forma exagerada frente a la presencia de ciertos agentes como los ácaros, pólenes, alimentos o fármacos, entre otros. A estos agentes se les conoce con el nombre de alérgenos. La reacción alérgica se produce cuando el animal entra en contacto con el alérgeno, ya sea a través de la piel, inhalándolo o ingiriéndolo.

Existen diferentes tipos de alérgenos capaces de desencadenar las reacciones alérgicas. En primavera, los más importantes son los pólenes, y en el otoño los ácaros y los hongos. En los animales, este tipo de alergias se manifiestan como un problema cutáneo, y la enfermedad que sufre el paciente se conoce como dermatitis atópica o alérgica.

  • – Prurito intenso por todo el cuerpo.
    – Enrojecimiento del abdomen, axilas, cara, orejas y/o pies.
    – Aparición de pústulas en el abdomen.
    – Lamido o mordido de los espacios interdigitales y de la zona del periné.
    – Otitis que recidivan tras el tratamiento.
    – Piel engrosada y grisácea.
    – Infecciones de la piel que recidivan tras el tratamiento.
    – Alopecias secundarias al rascado.

Alérgenos más frecuentes

Las dermatitis alérgicas son causadas habitualmente por tres tipos de alérgenos: los pólenes, los ácaros y los hongos.

Polen

A lo largo de la primavera, los diferentes tipos de plantas (gramíneas/malas hierbas) y muchos tipos de árboles entran en su período de polinización. La presencia de estos pólenes en el aire varía según las condiciones climáticas. Así, en algunas zonas de nuestro país, donde el clima es templado, es posible detectar pólenes durante 10 meses al año. Las lluvias abundantes  favorecen periodos de polinización largos, y el viento hace que la difusión del polen sea mayor y que persista en el ambiente.

El polen de las gramíneas es el responsable de la mayoría de las alergias. Estas plantas forman parte, por ejemplo, del césped de cualquier jardín.

Los gatos son menos propensos a las alergias al polen que los perros

Los gatos son menos propensos a las alergias al polen que los perros. (Foto: Hisashi – CC BY-SA 2.0)

Ácaros

Los ácaros son animales microscópicos (de menos de 0,3 mm) de la familia de las garrapatas y las arañas. Las condiciones ambientales son importantísimas para la vida de los ácaros: a temperaturas suaves (20 ºC), humedad relativa alta (por encima del 60%) y en oscuridad se reproducen de forma óptima.

Se alimentan de las descamaciones de la piel del hombre y los animales, por ello se acumulan dentro de las almohadas, colchonetas y alfombras, donde hallan alimento y humedad.

En primavera y en otoño, con las lluvias y las temperaturas suaves, encuentran unas condiciones ideales para reproducirse y causar problemas a los animales alérgicos.

Hongos

Los hongos producen menos problemas de alergia en comparación con los pólenes o los ácaros. Los que pueden causarla son hongos ambientales como la Alternaria, Penicillium, Aspergillus y Cladosporium.

Cómo se diagnostica la alergia

El veterinario realizará un examen completo del animal y estudiará la historia clínica de cada paciente. Para llegar al diagnóstico definitivo de alergia deberá ir descartando la presencia de otras enfermedades que pueden producir síntomas muy parecidos (pulgas, sarna, infecciones de la piel, alergias alimentarias). Los pasos que seguirá el veterinario son los que se detallan en el cuadro de la derecha.

Por último, cuando todos estos problemas hayan sido descartados, y si los síntomas persisten,  se establecerá el diagnóstico definitivo con la ayuda de pruebas complementarias (test intradérmicos o test serológicos). Si los test confirman el diagnóstico clínico se planteará la posibilidad de un tratamiento específico (inmunoterapia).

  • Para determinar si existe una alergia, el veterinario debe descartar, en el orden que se indica a continuación, otros problemas que pueden producir síntomas parecidos:
    1. Pulgas. Para ello prescribirá un tratamiento adecuado para eliminar las pulgas del animal y del ambiente en el que viva.
    2. Sarna. La sarna sarcóptica produce muchísimo prurito, al igual que las dermatitis alérgicas. Se realizarán raspados de la piel para encontrar el parásito (Sarcoptes scabiei) o bien un test a partir de una muestra de sangre para medir los anticuerpos frente a él.
    3. Infecciones secundarias en la piel. Producidas por bacterias (Staphylococcus, Streptococcus) o levaduras (Malassezia). Si sospecha de estas infecciones, el veterinario prescribirá un tratamiento con antibióticos o bien con antifúngicos.
    4. Alergia alimentaria. Se recetará una dieta hipoalergénica, que el animal deberá tomar durante ocho semanas, sin ningún complemento ni mezclada con otros alimentos diferentes.

Extraído de: Pilar Brazis, Glòria Pol, Anna Puigdemont. Problemas primaverales: las alergias. Ateuves 1, febrero 2006, pp. 32-38
Contacto con las autoras: UNIVET Servicio de Diagnóstico Veterinario. Edificio M. Medicina. Parque Científico Universitat Autònoma de Barcelona.
univet@uab.eswww.univet.es

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