La artrosis en gatos, por lo general, aparece con más frecuencia en los animales mayores, si bien los jóvenes también se ven afectados por esta patología.
Se produce cuando el cartílago de las articulaciones se deteriora y dichas articulaciones pierden su función de amortiguación. De este modo, la fricción entre los huesos es mayor y, como consecuencia, aumenta el dolor y se reduce la movilidad en la zona afectada.
Se trata de una enfermedad cuyos síntomas, como los de todos los problemas articulares, se acentúan con las bajas temperaturas.
¿Qué provoca la artrosis en gatos?
Son varias las causas que pueden provocar artrosis. Algunas de ellas son:
- Traumas. Los accidentes son una de las principales causas de aparición de artrosis en los felinos: atropellos, peleas, caídas en mala posición, etc.
- Genética. Algunas razas presentan problemas articulares que les hacen más proclives a padecer artrosis. Por ejemplo, en los Maine Coon es frecuente la displasia de cadera y en los abisinios la luxación de rótula.
- Sobrepeso. Al igual que sucede con los perros, la obesidad puede agravar una artrosis ya existente en los felinos puesto que el exceso de peso obliga a las articulaciones a realizar un esfuerzo adicional.
Síntomas de los problemas articulares en gatos
Los gatos son pacientes que difícilmente muestran signos de dolor, por lo que para averiguar que están enfermos hay que prestar atención a cualquier mínimo cambio que se produzca en su rutina diaria. Esto nos indicará que algo le sucede.
- Rigidez en las extremidades. Este síntoma puede ser más pronunciado cuando el animal se levanta de su descanso. Desaparece tras caminar un rato.
- Pérdida de apetito. Los gatos comen menos de lo habitual.
- Los felinos reducen su actividad, así como la interacción con los otros miembros de la familia.
- Muestran dificultad al realizar ciertos movimientos que antes realizaban con facilidad: saltar desde grandes alturas, sentarse e incluso estirarse.
- Se produce pérdida de masa muscular. Las extremidades de los gatos pierden masa corporal y se vuelven más delgadas.
- Cambios repentinos de comportamiento. Los animales pueden pasar de mostrar agresividad a evitar el contacto por completo.
- Eliminación inadecuada. En algunas ocasiones los pacientes pueden defecar fuera de la caja de arena, sobre todo si sus paredes son un poco altas y a los animales les cuesta entrar.
Diagnóstico de la artrosis en los felinos domésticos
Esta enfermedad resulta difícil de diagnosticar porque algunos de sus síntomas se pueden confundir con otras condiciones médicas. Por lo tanto, es necesario acudir al veterinario ante el menor cambio de comportamiento para que éste confirme que es artrosis y no otro problema de salud.
En la consulta se le realizarán varias pruebas, entre ellas una radiografía (como mínimo en dos proyecciones), ya que permite ver la articulación y hacerse una idea del problema. Por otro lado, un análisis sanguíneo puede ser eficaz para descartar otro tipo de patologías en estos pacientes.
Tratamiento de la artrosis felina
La artrosis en gatos es una patología que no se resuelve con rapidez, es un tratamiento largo en el que intervienen diferentes factores, como los que veremos a continuación.
Por lo que respecta a los nutracéuticos, parece ser que la glucosamina y el condroitín sulfato favorecen la formación de cartílago e impiden el desarrollo de las enzimas que lo dañan, por lo que, si el veterinario lo cree conveniente, se pueden ofrecer complementos alimenticios con estas sustancias.
El manejo dietético también es importante, sobre todo en los casos de sobrepeso. La alimentación debe ser rica en aceites de pescado y vitamina E y contener pocos hidratos de carbono. Como complemento a la dieta es necesario que el animal realice algún tipo de ejercicio de forma regular. El paciente también sentirá alivio si se aplica calor a la articulación. Además debe dormir en un lugar cómodo y cálido, alejado de cualquier fuente de frío. Otras modificaciones que deberían hacerse en el hogar son: poner una bandeja de arena bajita para que le resulte más fácil entrar en ella; el agua y la comida también tendrán que estar en un sitio accesible, al que llegue sin esfuerzo. También conviene ayudarles a acicalarse, ya que esta actividad la realizarán con más dificultad.
La acupuntura y los masajes también suelen dar buen resultado en los pacientes con artrosis, pero siempre deben ser aplicados por un especialista.
Artículo original: María Villagrasa. Artrosis en gatos. Ateuves nº 34, pp. 38-39