Colaboración en los centros de acogida de perros

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Yolanda Rodríguez nos habla sobre la importante labor que realizan los centros de acogida de perros y de su experiencia en uno de ellos.

Yolanda Domínguez - Centros de acogida - perros

Yolanda Domínguez
Miembro de ANAVET

Que el abandono de mascotas en España es endémico y que aumenta cada día es algo que ya sabemos. Todos nos hemos topado con un perro en los huesos o con un gato que intenta pasar desapercibido entre la multitud. Estos animales viven de forma precaria en entornos hostiles a merced de enfermedades, constantes peligros y con un futuro incierto.

Algunos de ellos, afortunadamente, acaban en los centros de acogida, lugares en los que se les cuida y se les proporciona atención sanitaria, alimentación adecuada, cobijo y algo imprescindible: cariño. La mayoría de estos centros son privados, iniciativa de personas con alto grado de conciencia social; otros son de carácter público, pero todos ellos con un común denominador: la falta de recursos. Aquí es de vital importancia la colaboración externa de todo aquel que lo desee. Existen múltiples formas de colaborar en los centros de acogida: aportaciones económicas puntuales o periódicas (socios), donaciones de mate­rial, padrinos, casas de acogida y voluntarios. El objetivo final de estos centros es conseguir adoptantes responsables. Muchos animales llegan en pésimas con­diciones, tanto de salud como de comportamiento. Cuidarles supone un coste enorme en gastos veterinarios, de alimentación y mantenimiento. Para sufragar estos gastos son imprescindibles las aportaciones de los padrinos y los socios.

Otra figura colaboradora importante son las casas de acogida: personas que ceden un espacio de sus casas para dar acogida de forma temporal a los casos más críticos o difíciles o que requieren un entorno más favorable y controlado.

Los voluntarios de forma desinteresada se encargan de los cuidados y atencio­nes, transporte, alimentación y tareas de mantenimiento, de informar y concien­ciar a la población, etc., todo ello mien­tras administran cariño y dedicación. Lo ideal en cada centro sería que hubiese algún voluntario auxiliar veterinario ya que debido a la masificación de animales, lo más importante es la prevención. Desgraciadamente, no siempre es posible contar con uno de estos profesionales. Aprovecho para agradecer a todas las personas que contribuyen con algún cen­tro de acogida su esfuerzo y dedicación ya que sé que el camino es duro y difícil.

Soy, y he sido en algún momento, socia, madrina, casa de acogida y voluntaria en algún centro de acogida y puedo asegurar que, a pesar de convivir con la crueldad, la enfermedad y la indiferencia, es una de las experiencias más enri­quecedoras que he vivido y espero seguir colaborando durante mucho tiempo.

 

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