Complicaciones en el parto de la perra y la gata

El ATV debe saber identificar las complicaciones en el parto de las mascotas para que su ayuda sea más efectiva, si bien la mayoría de actuaciones las tiene que hacer el veterinario.

El auxiliar debe realizar una anamnesis lo más detallada posible. A continuación se realizará una exploración física mínima para determinar si la hembra está de parto y si hay complicaciones o no. Hay que evaluar los tres criterios que indicarían que se encuentra en el segundo periodo del parto, es decir, salida de líquidos fetales, esfuerzos abdominales visibles y temperatura normal de nuevo. Hay que evaluar el estado general de la perra, el tipo y frecuencia de esfuerzos de parto, examinar la vulva y la zona perineal, evaluar las mamas para ver su tamaño, pezones y si existe secreción de leche o no. Debemos preparar a la hembra para facilitar al veterinario la realización de una exploración más completa del tracto genital. Hay que limpiar, rasurar y desinfectar la zona perineal y de las mamas y colocar a la paciente en una posición adecuada para la exploración. Igualmente será necesario un estudio ecográfico para evaluar la viabilidad de los fetos, sufrimiento fetal o presencia de envolturas fetales retenidas.

Diagnóstico de distocia (parto laborioso o difícil)

Los signos indicativos de distocia son:

1. Temperatura rectal, si ha sido baja y ha vuelto a subir a valores normales y no hay signos de parto.
2. Secreción vaginal verdosa pero no se ha expulsado ningún feto.
3. Líquidos fetales, si han salido 2-3 horas antes y no se observan signos de parto.
4. No hay contracciones durante más de 2 horas o son débiles o infrecuentes durante 2-4 horas o más.
5. Se dan contracciones intensas y persistentes, pero no productivas durante 20-30 minutos.
6. Se observa causa evidente de distocia: fracturas pélvicas, obstrucción de un feto en el canal del parto.
7. Signos de toxemia. Las distocias se pueden clasificar en tres grupos según sus causas: maternas, fetales o combinación de ambas.

Causas maternas de distocia

Inercia uterina

Puede ser primaria o secundaria y es importante distinguir entre ambas ya que el pronóstico es diferente.

En la inercia uterina primaria hay una falta de respuesta del útero a las señales fetales, bien por haber poco número de fetos (síndrome del cachorro único) o bien porque hay una distensión excesiva de la pared uterina por una camada muy numerosa, por un exceso de líquidos fetales o por cachorros de gran tamaño.

En la inercia uterina secundaria se produce la expulsión de algunos de los fetos que se quedan dentro del útero.

En el caso de una inercia uterina primaria hay que instruir a los propietarios para que consigan estimular las contracciones uterinas de la perra:

• Hacer ejercicio dando pequeñas carreras, subir escaleras.
• Estimular la pared dorsal de la vagina.
• Tranquilizar a perras nerviosas con caricias. El tratamiento médico debe hacerse siempre en la clínica y debe prescribirlo un veterinario.

Obstrucción del canal del parto

Puede ser por:

• Torsión y rotura uterina.
• Hernia inguinal uterina: sale parte del útero por el anillo inguinal y queda atrapado.
• Malformaciones congénitas del útero o cuello uterino.
• Anomalías de los tejidos blandos: neoplasias vaginales, fibrosis.
• Canal pélvico estrecho: por fracturas pélvicas, inmadurez o malformaciones congénitas.

Causas fetales de complicaciones en el parto

Pueden ser por mala presentación, mala orientación o por fetos que tienen un tamaño excesivo o que presentan malformaciones. La muerte fetal provoca una posición incorrecta y poca estimulación para iniciar el parto.

El tratamiento de las malpresentaciones fetales puede intentarse de forma manual recolocando correctamente al feto y ayudándole a salir, maniobras que pueden aprender los auxiliares. Si se necesita instrumental (fórceps) tendrá que hacerlo un veterinario.

Si vamos a intentar colocar el feto alineándolo con la pelvis, debemos hacerlo en el momento de darse una contracción y nunca trabajar contra las contracciones uterinas.

El uso de lubricantes obstétricos es útil, sobre todo si lleva mucho tiempo el segundo periodo del parto.

Cuando estiremos del feto hay que hacerlo sujetándolo firmemente y con cuidado ya que podríamos llegar a romperle el cuello o alguna extremidad. Debe hacerse de forma suave y con movimientos de izquierda a derecha hasta conseguir liberar los hombros o las caderas.

Los resultados son muy variables y hay un 65% de hembras que requerirán la realización de una cesárea.

Cesárea

Durante una cesárea, las funciones de los auxiliares serán de gran ayuda para conseguir el mayor número de fetos vivos y en buen estado. En los momentos previos a la cesárea, el auxiliar acondicionará una zona limpia y caliente para colocar a los cachorros. Posteriormente preparará a la hembra para la cirugía.

El veterinario realizará la extracción de los fetos en el menor tiempo posible, colocará una pinza hemostática en el cordón umbilical y dará el cachorro con la pinza al auxiliar.

Después del parto

Nada más coger al cachorro debemos limpiarle los líquidos fetales del cuerpo y comprobar que las vías aéreas estén libres de secreciones. Para facilitar su salida debemos sujetarlo firmemente entre las manos colocando un dedo en su boca para mantenerla abierta y sacudirle con cuidado para que avancen las secreciones hasta salir por la boca o la nariz. Podemos ayudarnos de una pera de goma o una jeringuilla con una sonda urinaria acoplada. No debemos usar aspiradores quirúrgicos eléctricos debido a que la fuerza de aspiración puede ser excesiva.

Después frotaremos al cachorro con masajes fuertes para estimular su respiración. Esta maniobra puede ser necesaria durante largo tiempo ya que el cachorro puede tener la función respiratoria deprimida por la anestesia.

Cuando el cachorro respire por sí mismo y la frecuencia cardiaca y el color de mucosas sea el adecuado pasaremos a ligar el cordón umbilical con una sutura y retiraremos la pinza hemostática. Hay que evitar la manipulación violenta de la pinza para no provocar una hernia umbilical.

Luego colocaremos a los cachorros en un lugar seco y caliente hasta que podamos ponerlos con la madre. Como fuente de calor no se recomienda el uso de mantas eléctricas ya que pueden quemar a los cachorros, sobre todo si se orinan sobre ella. Pueden usarse bolsas de agua caliente, guantes de látex llenos de agua caliente u otra fuente de calor que vaya enfriándose lentamente para evitar esas quemaduras. Además debemos separar esos calentadores con una toalla para evitar el contacto directo con el animal. Cuando podamos poner con la madre a los cachorros, debemos estimularlos para que mamen lo antes posible y reciban el calostro.

En el caso de los gatitos, hay que asegurarse del grupo sanguíneo de los padres antes de ponerles a mamar, ya que puede producirse una anemia hemolítica (isoeritrolisis neonatal) debido a los anticuerpos maternales que pasan a través de la leche, lo que produciría la muerte neonatal. En esos casos habrá que evitar la ingestión del calostro y sustituir la leche materna por alimentación con biberón.

Una vez con la madre, debemos vigilar el despertar de la anestesia de la hembra y evitar que aplaste a los cachorros al intentar moverse. Igualmente debemos prevenir caídas de los cachorros fuera del nido poniéndolo en el suelo o bien poniendo una barrera física para que no puedan saltar.

Extraído de: Antonio Peña Rodríguez. Gestación, parto y complicaciones en el parto. Ateuves nº 17, pp. 36-42