El cáncer en mascotas (I). Causas y diagnóstico

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El cáncer en mascotas es una enfermedad tan frecuente que se estima que uno de cada cuatro perros o gatos lo padecerá en algún momento de su vida. A medida que aumenta la edad del animal, la frecuencia de la enfermedad es mayor y así, en los mayores de diez años, casi la mitad de ellos, alrededor del 45%, tendrán cáncer.

Cuando hablamos de cáncer hablamos de diferentes enfermedades, con opciones de tratamiento y pronósticos muy distintos, por lo que no se puede generalizar. La mayoría de las enfermedades que afectan a perros y gatos mayores, como la insuficiencia cardiaca, la insuficiencia renal crónica, la osteoartrosis o la diabetes, por poner algunos ejemplos, son enfermedades incurables y que tratamos de forma sintomática para mejorar su calidad de vida. En el caso del cáncer, sin embargo, es posible curar algunos animales si se tiene un diagnóstico precoz. En los casos en los que no podemos conseguir una curación, pueden ser tratados, como otras enfermedades crónicas, de forma que la mascota mejore su calidad de vida.

 

Paciente a la que se le ha realizado una mandibulectomía rostral por un fibrosarcoma. Durante el posoperatorio, ha sido alimentada con un tubo de esofagostomía.

Paciente a la que se le ha realizado una mandibulectomía rostral por un fibrosarcoma. Durante el posoperatorio, ha sido alimentada con un tubo de esofagostomía.

Igual que en los animales de compañía, el cáncer es una enfermedad frecuente en las personas, y no es difícil encontrar a un propietario que ha tenido contacto directo con la dolencia, ya sea en él mismo, en familiares o en amigos. Por lo tanto, hay que ser especialmente cuidadoso con los comentarios sobre la enfermedad cuando hablamos con los propietarios.

Causas del cáncer

Aunque cada vez son más los conocimientos que hay sobre el cáncer, en muchos casos aún no está clara la causa que lo provoca. En algunas ocasiones, la alta incidencia de determinados tipos tumorales en razas específicas, indica un componente genético importante, es decir, existe una relación bien establecida. En animales de compañía, hay dos tipos tumorales cuya causa se conoce: los tumores de mama en las perras y el carcinoma de células escamosas de la piel en el gato. En ciertos tumores que afectan a los animales de compañía, como los tumores mamarios de las perras o el carcinoma de células escamosas de la piel de los gatos, los factores que participan en el desarrollo del tumor son bien conocidos.

Tumores mamarios

Los tumores mamarios son un tipo de tumor frecuente en las perras relacionado con el nivel hormonal. Una de cada cuatro tendrá un tumor de mama y de éstos, la mitad serán malignos. Sin embargo, la esterilización temprana de la perra disminuye de forma notable el riesgo de desarrollar este tipo de tumor en el futuro.

La recomendación de realizar la esterilización temprana en aquellas perras que no vayan a destinarse a la cría nos ayudará a prevenir este tipo de tumor, y debería realizarla todo el personal de clínica como parte de cualquier plan de medicina preventiva que se lleve a cabo.

El cáncer en las mascotasCarcinoma en la piel de los gatos

En el caso del carcinoma de células escamosas de la piel en los gatos, está producido por la luz solar, y se desarrolla principalmente en las zonas con poca protección frente a la luz, como las zonas con menos pelo (punta de las orejas, párpados o plano nasal) en gatos que no tienen pigmentación en estas áreas. Debemos recomendar que animales con la cara blanca no tengan acceso al sol durante las horas centrales del día.

Diagnóstico

Cuando hablamos de tumores, es importante que entendamos y usemos la terminología apropiada. Hablamos de tumor para referirnos a cualquier masa (inflamatoria o cancerosa). Es una neoplasia cuando este tumor crece sin responder a los mecanismos normales de control, pudiendo ser una neoplasia benigna o maligna. Cuando las neoplasias son malignas, es cuando lo denominamos cáncer.

La diferencia entre neoplasias benignas y el cáncer está en el comportamiento biológico del tumor. Las neoplasias benignas suelen tener un crecimiento lento, localizado al área donde apareció el tumor, sin infiltrar los tejidos normales adyacentes al mismo y sin reproducir el tumor en tejidos distantes al inicial (metástasis). Esto no significa que un tumor benigno no pueda crecer mucho. Algunos casos de lipomas intermusculares pueden alcanzar tamaños considerables pero son muy poco agresivos para el paciente. Las neoplasias malignas, sin embargo, suelen ser agresivas a nivel local, afectando a los tejidos que rodean al tumor y pueden además producir metástasis en órganos alejados del tumor primario.

Así, el primer paso en un paciente con un tumor es diagnosticar la enfermedad. Debemos diferenciar entre tumores y neoplasias y, en el segundo caso, entre las benignas y las malignas, porque el pronóstico y el tratamiento necesarios son muy diferentes.

Para diagnosticarlos tomaremos muestras del tejido tumoral, ya sea con un aspirado para estudiar las células (citología) o con una biopsia para analizar la estructura del tejido. En el caso de neoplasias malignas, se realizarán las pruebas necesarias para conocer la extensión de la enfermedad (normalmente radiografías de tórax y/o ecografía abdominal para evaluar la presencia de metástasis).

Extraído de: Pachi Clemente Vicario y Sandrine Könner Pérez, Cómo tratar al paciente con cáncer, Ateuves 14, págs. 26-34.

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