Las grasas en la dieta de perros y gatos

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¿Qué sabes sobre las grasas en la dieta de perros y gatos? Son los nutrientes con peor fama puesto que siempre se asocian con la obesidad. No obstante, su importancia en la dieta está fuera de toda duda, aunque siempre se deben suministrar en las cantidades adecuadas.

Las grasas son la principal fuente de energía de la dieta; un gramo de grasa aporta 8,5 kcal mientras que la misma cantidad de proteínas e hidratos de carbono sólo tiene 3,5 kcal. Las grasas se pueden encontrar tanto en productos animales como vegetales. Las de origen vegetal se obtienen por distintos procedimientos a partir de frutos o semillas. Ejemplo de grasas vegetales son los aceites de soja y maíz. En cuanto a las grasas animales las más utilizadas son la grasa de ave y la de pollo.

Clasificación de los lípidos

Podemos agrupar estas sustancias en tres categorías: simples, compuestos y derivados. Los simples, a su vez, se dividen en triglicéridos y ceras. Los primeros son las grasas más importantes de la dieta y están compuestos por ácidos grasos y glicerol. Dada su importancia en la nutrición vamos a detenernos un poco más en los ácidos grasos.

Ácidos grasos

Los ácidos grasos forman parte de muchos lípidos y es raro encontrarlos libres en las células. Son moléculas formadas por una cadena larga lineal hidrocarbonada con un número par de átomos de carbono. En el extremo de la cadena presentan un grupo carboxilo (-COOH). Se pueden clasificar en saturados, monoinsaturados y poliinsaturados.

Saturados

Los ácidos grasos saturados no contienen enlaces dobles de átomos de carbono. Sus funciones son variadas: mejoran la palatabilidad y la textura del alimento, proporcionan la energía necesaria para trabajar, regular la temperatura corporal, el crecimiento y la reproducción y ayudan al trans­porte y absorción de vitaminas solubles en grasas en el intestino.

Se pueden almacenar en el tejido adiposo y cuan­do sea necesario, movilizarse en forma de energía. Son muy abundantes en las dietas comerciales de perros y gatos y no suponen ningún riesgo para su salud, excepto en animales obesos a los que se ali­menta con dietas ricas en grasa que proporcionan muchas calorías.

Ejemplos de estos ácidos son: palmítico y es­teárico.

Monoinsaturados

Los ácidos grasos monoinsaturados tienen un solo enlace doble entre dos átomos de carbono. Forman parte de la membrana de todas las célu­las del cuerpo y le proporcionan una mayor flexi­bilidad y resistencia a la oxidación así como una permeabilidad adecuada. Un ejemplo de ácido monoinsaturado es el oleico que se encuentra en el aceite de oliva.

Las grasas en la dieta

Poliinsaturados

En la cadena de estos ácidos grasos se pueden encontrar dos o más enlaces dobles. Además, la ubicación del primer enlace doble determina el nombre del ácido graso poliinsaturado, de modo que el ácido graso omega 3 tiene el primer doble enlace en el tercer átomo de carbono de la cadena y el omega 6, en el sexto.

Sus funciones también son numerosas y variadas: mantienen sanos la piel y el pelo, favorecen el buen funcionamiento del tracto gastrointestinal y del sistema renal, participan en los procesos de infla­mación y también tienen un papel importante en el desarrollo neurológico. Todos los ácidos grasos esenciales (AGE) son de este tipo y reciben este nombre porque no pueden ser sintetizados por el organismo y, por lo tanto, deben ser ingeridos en la dieta. No obstante y a diferencia de lo que sucede con el resto de las grasas, los tejidos necesitan pe­queñas cantidades de ácidos grasos esenciales para satisfacer sus necesidades.

En algunas enfermedades pueden verse afectados ciertas enzimas que convierten un ácido graso en otro o bien el animal es incapaz de absorber de forma eficaz los ácidos grasos del intestino. En es­tos casos, algunos de los ácidos no esenciales se pueden convertir en esenciales, por lo tanto deben ser ingeridos en la dieta en mayores cantidades de lo habitual. También se pueden producir deficien­cias en ácidos grasos si se utilizan dietas de grasa restringida en perros obesos.

Los omega 6 están presentes en la mayoría de los aceites vegetales, y también en menor proporción en las grasas de aves. Un ejemplo de estos ácidos es el linoleico (AL). Participa en el mantenimiento del buen estado de la piel así como en los proble­mas inflamatorios dérmicos. De hecho, los perros con problemas cutáneos (no pruríticos) como se­ quedad y falta de brillo por lo general responden bien a dietas con suplementos de aceites vegetales que son ricas en AL.

El grupo de los omega 3 se encuentra principal­mente en los pescados marinos, y en menor pro­porción en los aceites de soja. Un ejemplo sería el docosahexaenoico (ADH) que procede del AAL y se encuentra en la retina. Es un omega 3 fundamental para la visión por lo que es necesa­rio suministrarlo en la dieta durante la gestación y la lactancia para conseguir el desarrollo nor­mal de fetos y cachorros. También hay estudios que indican que una dieta rica en ADH mejora la memoria y las capacidades de aprendizaje de los perros jóvenes.

Las grasas en la dietaRutas metabólicas

A través de diferentes rutas metabólicas los ácidos grasos omega 3 se pueden convertir en otros áci­dos grasos de la misma familia. Lo mismo sucede con los omega 6.

En el interior del organismo el ácido linoleico puede convertirse en ácido araquidónico (AA) y el ácido alfa linolénico (AAL) en ácido eico­sapentaenoico (AEP) (ver recuadro adjunto). En ciertas afecciones dérmicas cuyo principal problema es la inflamación se puede observar la importancia de estos dos ácidos (AA y AEP). En estas condiciones AEP actúa como antiinflama­torio. Ambos ácidos se encuentran en la mem­ brana celular. Cuando ésta sufre algún daño AEP actúa como precursor de otras sustancias que, a diferencia de los mediadores que genera el AA, son menos potentes en su respuesta inflamatoria, por lo que sustituir el AA por AEP en la célula puede ayudar a controlar la respuesta inflamato­ria. ADH también produce sustancias que causan menor inflamación por lo que tanto ADH como AEP reducen los efectos dañinos del AA. Esta ayuda es importante en animales con osteoartri­tis, enfermedad que se caracteriza por una gran cantidad de mediadores de la inflamación.

Los perros pueden obtener el ácido linoleico y el araquidónico a partir del ácido linoleico de la die­ta, sin embargo, a los gatos también se les debe suministrar una fuente externa de ácido araquidó­nico puesto que no tienen las enzimas necesarias para sintetizarlo.

Porcentaje de omega 3 y de omega 6

Actualmente se recomienda que la ratio entre omega 6 y omega 3 sea de 10:1 a 5:1. Aunque las ratios que aparecen en los paquetes de alimentos se pueden utilizar como guía, lo más importante en las dietas de animales es la concentración de AEP en los omega 3.

Deficiencias y excesos con las grasas en la dieta de perros y gatos

Como siempre que hablamos de alimentación tan­to la deficiencia como el exceso de grasas pueden provocar problemas en las mascotas, por lo que lo ideal es suministrarles una dieta equilibrada, con todos los nutrientes en las cantidades adecuadas.

Deficiencias
Si la cantidad de ácidos grasos de la dieta no es la adecuada, la capacidad reproductiva del animal se puede ver dañada, así como la cura de sus he­ridas. Su carencia también se refleja en la piel, ya que su pelaje tiene un aspecto seco, pierde brillo y aparecen escamas, incluso puede disminuir su resistencia a las infecciones cutáneas y aparecer pioderma. En los cachorros de perros y gatos la falta de ácidos grasos les puede ocasionar proble­mas de desarrollo y la aparición de deformidades en el crecimiento.
Excesos
En perros y gatos el problema más importante de un exceso de grasas es la obesidad. A diferencia de lo que sucede en las personas, las mascotas pueden consumir cantidades variables de grasa en la dieta sin que se resientan sus arterias. Pa­rece ser que esto se debe a que en sus orígenes eran depredadores y la carne de sus presas tenía una elevada proporción de grasas. Así pues, si aparece hiperlipidemia o arteriosclerosis en estos animales habitualmente son secundarias a otras enfermedades endocrinas o metabólicas.

Como hemos dicho antes un exceso de grasas en la dieta puede llevar a la obesidad de los ani­males. Y el motivo es sencillo. Añadir grasas a los alimentos preparados para aumentar su palatabilidad es una manera de asegurarse de que las mascotas toman la cantidad necesaria de calorías diarias. Pero debido precisamente a que son muy apetecibles los animales pueden comer más de lo necesario.

Otra posible consecuencia del exceso de ácidos grasos es la pancreatitis, una grave enfermedad cuya aparición se puede atribuir en algunos casos a la ingestión de una gran cantidad de alimentos grasos. Sin embargo, los perros que necesiten un aporte extra de energía, como ocu­rre durante la lactancia o en animales de gran actividad, deberán tomar un alimento más rico en grasas que otros.

Extraído de: María Villagrasa, Las grasas en la dieta de perros y gatos, Ateuves nº 24, pags. 14-18.

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