La importancia de los tiempos de eliminación en los antiparasitarios externos

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Los patógenos transmitidos por garrapatas representan un desafío sanitario significativo y cada vez mayor para los perros. Su transmisión al hospedador canino susceptible implica una interacción compleja entre ambos. La comprensión de los pasos y factores que afectan a cada uno permitirá al veterinario proporcionar el mejor asesoramiento para controlar el riesgo de infección, prevenir la enfermedad y reducir la incidencia de perros con infección subclínica.

La mayoría de las garrapatas de la familia Ixodidae se incluyen en estos cin­co géneros: Ixodes, Amblyomma, Dermacentor, Rhipicephalus y Haemaphysa­lis. Estas son capaces de transmitir diferentes patógenos que pueden infectar distintas especies animales, incluidos los perros. Una sola garrapata puede transmitir varios de ellos simultáneamente a un huésped en la fase de alimentación, que puede alargarse durante varios días.

Las garrapatas tienen cuatro etapas biológicas: huevo, larva, ninfa y adul­ta; el ciclo puede tardar dos años en completarse. La mayoría necesitan vivir al aire libre porque dependen de diferentes hospedadores para completar sus ciclos biológicos. Una excepción sería la garrapata canina marrón (Rhipi­cephalus sanguineus) que utiliza a los perros como único huésped para todo su ciclo vital. Esta garrapata es muy resistente a las condiciones ambienta­les y puede sobrevivir y completar su ciclo dentro de los hogares y perreras interiores.

Alimentación de las garrapatas

El proceso por el cual una garrapata selecciona un huésped, migra, se adhiere y se alimenta implica una interacción compleja entre garrapata y huésped. La garrapata, que busca un sitio donde adherirse, detecta un huésped mediante el calor, vibraciones, sombras y CO2 elevado (http:// www.cdc.gov/ticks/life_cycle_and_hosts.html#find).

Una vez que se ha fijado empezará a segregar saliva. Las secreciones sali­vares contienen un cemento que permite fijar las piezas bucales al sitio donde se adhiere y otros múltiples compuestos bioactivos, sustancias analgésicas que anestesian el lugar elegido, así como compuestos que modulan y alteran la respuesta inmunológica del hospedador. Al alimentarse ingiere fluidos del tejido subcutáneo y sangre mientras secreta en forma intermitente saliva.

Cómo contraen los patógenos

Tiempos de eliminación

Las garrapatas, en estado de larva, ninfa o adulta, contraen las infecciones al alimentarse de la sangre de un hospedador infectado. La garrapata también puede infectarse al alimentarse de un hospeda­dor no infectado si se alimenta muy cerca (a una distancia de 1 cm) de otra garrapata infectada e ingiere los patógenos que ingresan a los fluidos subcutáneos del hospedador. Este método de transmisión se conoce como “coalimentación” y puede aumentar de manera significativa la carga de patógenos en la población de garrapatas.

El patógeno en la garrapata

Los patógenos ingeridos deben adaptarse a condiciones extremas, que inclu­yen fluctuaciones de temperatura y humedad, así como periodos prolongados en los que la garrapata no se alimenta. El patógeno puede entrar en un estado la­tente dentro de ella para sobrevivir mientras no se alimenta. Cuando la garrapata vuelve a alimentarse, el patógeno se reactiva: este proceso incluye la replicación, alteración física, maduración y reubicación desde el intestino medio hasta los ovarios o glándulas salivares. Se ha demostrado que el movimiento del patógeno desde el intestino medio de la garrapata hasta el tejido salivar no se produce has­ta después de que ésta vuelva a adherirse a otro hospedador y empiece a alimen­tarse. La replicación y reubicación debe dar lugar a la presencia de una cantidad suficiente de patógenos en las glándulas salivares de la garrapata para crear una “dosis infecciosa” antes de que se produzca la transmisión al hospedador.

El comportamiento del patógeno tiene un impacto en la velocidad en la que el huésped se infecta durante la fase de alimentación de la garrapata:

  • Los patógenos que infectan las células mononucleares de la garrapata, como Ehrlichia, Anaplasma y Rickettsia, pueden moverse con mayor rapidez dentro de la garrapata al transportarse en la hemolinfa.
  • Los patógenos que se desplazan por migración (Borrelia) tienden a recorrer los tejidos de la garrapata más lentamente y llevará más tiempo alcanzar una dosis infecciosa en las glándulas salivares.

Tiempos de transmisión de enfermedades

Existe un intervalo de tiempo entre el momento en que la garrapata se adhiere y el momento en que los patógenos se transmiten al huésped. Este “periodo de gracia” brinda la oportunidad de prevenir la transmisión de enfermedades a personas y mascotas mediante el uso de acaricidas sisté­micos o tópicos y la extracción adecuada de las garrapatas.

Existen múltiples factores que pueden afectar al periodo en que una ga­rrapata debe permanecer adherida para transmitir eficazmente un patóge­no y esto incluye:

  • Tipo de patógeno y su proceso de reactivación.
  • Especies de garrapatas y etapa biológica en que se encuentran.
  • Temperatura ambiental.
  • Hospedador, especie y estado inmunitario.

Por lo tanto, los tiempos de transmisión de cada patógeno pueden variar considerablemente y no es posible preverlos con exactitud. La mayoría de los estudios, en general, indican que la garrapata debe permanecer adherida entre 12 y 18 horas para que transmita los patógenos, y suelen necesitarse periodos más prolongados para Borrelia.

Las enfermedades generan preocupación

Los perros están muy expuestos a las garrapatas que pueden esconderse en el pelaje y pasar desapercibidas a los ojos del propietario por su tamaño, sobre todo si se encuentran en las fases juveniles de su ciclo biológico.

Además la dificultad que supone el diagnóstico y el tratamiento de las en­fermedades que transmiten subrayan la importancia de una protección eficaz. Los indicios clínicos de una enfermedad transmitida por garrapatas en los perros pueden ser vagos y se pueden producir diagnósticos erróneos, ya que es posible confundirlas con otras patologías.

Prevención

La modificación del comportamiento de la mascota con su dueño es muy impor­tante para reducir la exposición a las garrapatas; esto incluye, cuando sea posible, limitar el tiempo en áreas infectadas. Sin embargo, los perros siempre correrán el riesgo de exposición. Por tanto, las opciones terapéuticas son siempre necesarias.

Los perros pueden beneficiarse de diferentes opciones terapéuticas y profi­lácticas. Sin embargo, al considerar las opciones de control deben tenerse en cuenta tres aspectos:

  1. El cumplimiento de las recomendaciones del tratamiento por parte del propietario.
  2. La velocidad de eliminación de la garrapata del antiparasitario que debe detener el proceso de alimentación antes de que finalice el periodo de gracia de la transmisión de los patógenos.
  3. Que el propietario mantenga protegido su animal a lo largo de todo el pe­riodo de riesgo, con el menor peligro de incurrir en vacíos de protección.
Extraído de: Federica Burgio, La importancia de los tiempos de eliminación en los antiparasitarios externos, Argos 165, pp. 55-58
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