Productos para limpiar los oídos en el perro

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Los problemas del oído suelen presentarse con cierta frecuencia entre los perros, sobre todo ahora de cara al verano cuando el calor y la humedad tras los baños crean unas condiciones óptimas para que aparezcan las otitis. Escoger el producto más adecuado para su tratamiento es la mejor terapia. Existen en el mercado una gran cantidad de productos para limpiar los oídos de las masco­tas. Cada uno tiene una composición determi­nada en función del uso que se le vaya a dar. Vamos a conocerlos con más detalle.

Clasificación

Según su función en el oído se pueden clasificar en:

  • Detergentes (ceruminolíticos): ayudan a eli­minar el exceso de cerumen y cualquier des­carga purulenta.
  • Agentes acidificantes: cambian el pH del oído y, de este modo, crean un ambiente desfavo­rable para el crecimiento de las bacterias.
  • Agentes alcalinos: son los que facilitan y mejoran la función de los antibióticos.

Detergentes (ceruminolíticos)

El cerumen es una secreción natural con sustan­cias antimicrobianas que protege el canal audi­tivo, pero que si se produce en exceso puede causar algunos problemas. Está formado por células epiteliales muertas, queratina, ácidos grasos, lípidos y colesterol. Es secretado por las glándulas sebáceas y apocrinas. Los animales estresados o que tienen infección de oído pue­den generar más cerumen del habitual. Algunos de los medicamentos que se utilizan en el oído no se pueden disolver en los lípidos por lo que es esencial extraer la cera del canal auditivo para permitir que la medicación tópica pueda llegar a los tejidos inflamados. Es en este caso cuando se utilizan estos detergentes.

Extracción de la cera

  1. Surfactantes: lanolina, propilenglicol y otros aceites así como el agua caliente son ingredientes suaves que sirven para separar el cerumen de la superficie del epitelio del oído. Como la cera flota en esta solución resulta fácil de extraer.
  2. Detergentes: el dioctil sulfosuccinato de sodio (DSS), el escualeno, el triclosan o el peróxido de carbamida son agentes más potentes que pueden emulsionar los aceites y hacer que se disuelvan mejor en agua. De este modo resulta más fácil su salida a lo largo del conducto auditivo.

Existe cierta controversia sobre el uso de la clorhexidina ya que parece ser que los produc­tos con un 2 % de esta sustancia pueden tener efectos ototóxicos. Sin embargo, algunos estu­dios indican que si la concentración es menor a 0,2 % no existen dichos problemas.

Agentes acidificantes

at0615_oidos.okLos productos con estas sustancias contienen la etiqueta “ácido”. Algunos ejemplos serían los ácidos benzoico, láctico, málico y salicílico. Se utilizan solos o junto con otras sustancias y su función principal es la de reducir el pH del canal auditivo y reducir, por tanto, el creci­miento bacteriano. Los ácidos también se utili­zan como desinfectantes. Justo después del tratamiento con agentes aci­dificantes hay que esperar de 4 a 6 horas antes de utilizar antibióticos óticos. De este modo se conseguirá que su efecto sea más potente.

Agentes alcalinos

Los agentes alcalinos facilitan el efecto de los productos antimicrobianos de muchos antibió­ticos con
aminoglicósidos y fluoroquinolonas. En esta categoría encontramos el tris-EDTA (sal de ácido etilenediaminotetraacético cálcica disó­dica tamponada con hidroximetil aminometano de tris) una sustancia que capta los iones de cal­cio y magnesio de la membrana celular bacte­riana y la hace más porosa, permitiendo así la penetración de más antibiótico y la muerte de la célula. Se utiliza para tratar las infecciones óti­cas causadas por bacterias gramnegativas. El EDTA se puede combinar con otros agen­tes como por ejemplo, la clorhexidina. De este modo su espectro es más amplio y puede com­batir también infecciones causadas por bacte­rias grampositivas en el caso de tratarse de una infección mixta. Para evitar el crecimiento de las levaduras exis­ten productos que combinan EDTA con keto­conazol.

Otros

Los productos para el oído pueden contener además, otros ingredientes como fragancias o productos suavizantes como aceites vegetales. Debido a que muchos limpiadores poseen sus­tancias que podrían dañar el oído interno siem­pre hay que recordar al propietario que debe consultar con el veterinario antes de utilizar por su cuenta cualquier producto.

¿Qué producto usar?

A la hora de escoger el producto hay que deter­minar el estado en el que se encuentra el oído. Para ello habrá que realizar un examen otoscó­pico, una evaluación dermatológica y una cito­logía del canal auditivo. El examen del oído aporta información sobre la consistencia del exudado, la cantidad de cerumen y el estado del tímpano. Esto último es especialmente importante ya que, si no se puede comprobar cómo se encuentra, hay que utilizar productos suaves para evitar que se dañe y cause sordera o enfermedad vestibular. El examen dermatológico junto con el historial clínico del paciente es fundamental para descu­brir la causa primaria de la patología. La citología informa sobre el tipo de patógeno que se encuentra en el oído (bacterias, hongos, mucus, etc.) y por lo tanto permitirá elegir con más precisión el tipo de limpiador que se puede utilizar.

Extraído de: María Villagrasa. Productos para limpiar el oído. Ateuves 56, pp.18-19.

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