Uno de cada tres gatos mayores padece enfermedad renal crónica felina, una patología que puede llevar a la muerte del animal.
En medicina veterinaria se utiliza la clasificación IRIS (ver tabla) que refleja el nivel de creatinina sérica y nos indica el estadio en el que se encuentra el gato que sufre enfermedad renal crónica (CKD, por sus siglas en inglés chronic kidney disease). Cada estadio se divide en subestadios dependiendo de la proteinuria y de la presión arterial.
Una cantidad de creatinina en la orina (UPC) superior a 0,4 empeora el pronóstico. Una hipertensión superior a 16 mm/Hg representa riesgo moderado y mayor que 18 riesgo elevado.
En algunos casos, la enfermedad renal se estabiliza en el estadío 2 o 3 y el animal fallece por otra causa. Otras veces, evoluciona a estadio 4 con un fatal desenlace.
La pérdida de peso se produce por la disminución del consumo del alimentos, debido al aumento de las náuseas por el incremento de la urea que también puede producir úlceras en la mucosa oral. Además, para el gato disminuye la palatabilidad de las dietas.
Extraído de: Maribel Solórzano. Enfermedad renal en gatos. Ateuves 52, septiembre-octubre 2014. pp. 20-23
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