En muchos casos, mientras el paciente está hospitalizado, se debe cambiar su dieta. La administración de alimentos en animales hospitalizados dependerá de su estado, de la sintomatología que presenten y de la gravedad del proceso.
Para adaptarse a las distintas circunstancias de cada paciente hospitalizado, se pueden realizar distintos tipos de administraciones.
Nutrición vía oral
Esta se suele realizar en estadios finales de hospitalizaciones o en casos en los que las alteraciones gastrointestinales permiten una tolerancia del alimento.
Este tipo de alimentación puede ser de varios tipos:
1“Forzada” o con jeringuilla: consiste en la administración de dieta húmeda a través de una jeringuilla que se introduce distintas veces a través de la comisura de la boca. Este tipo de alimentación podría incrementar el riesgo de neumonía por aspiración, de estrés en los animales hospitalizados y de que el paciente genere una cierta aversión por el alimento que estamos administrando. Por ello, es un tipo de alimentación del que hay que tratar de prescindir. 2“Asistida” o propia: consiste en incrementar las facilidades para que animales que manifiestan un cierto interés por la alimentación no sólo comiencen a comer, sino que conserven el apetito y la capacidad de alimentarse de forma autónoma. Para ello, se trata de que en el momento de la alimentación las condiciones sean lo más positivas posibles para que la mascota acepte la comida como algo agradable y apetecible. A continuación enumeramos algunos trucos: se puede reducir la sensación de estrés con la colocación de difusores de feromonas, dividir la cantidad diaria en pequeñas raciones administradas a lo largo del día, preparar el alimento en otra estancia para que no se mezclen los olores de alimentos que puedan provocar rechazo, incitar a comer mostrando pequeñas cantidades de comida cerca de la boca con una mano mientras que con la otra mano le acariciamos para favorecer un refuerzo positivo del acto de la alimentación. 3Estimulantes del apetito: este tipo de fármacos sólo debe ser utilizado si el veterinario lo considera oportuno y normalmente sólo se suele utilizar en función del paciente y en casos donde la gravedad de la patología renal no es alta. No se utilizan en pacientes que están hospitalizados y necesitan nutrición asistida.Nutrición enteral
En este tipo de alimentación se utiliza alguna parte del tracto gastrointestinal para la nutrición del paciente. Su realización se suele llevar a cabo principalmente mediante sondas, como la sonda nasoesofágica, la de esofagostomía, la de gastrotomía y la de yeyunostomía. Para su utilización, en el mercado hay diferentes tipos de sondas en función tanto del tamaño como de los materiales (látex, silicona), así como modelos según el tipo de sondaje. Por ello, en relación al tipo de sonda y la vía utilizada, la vida media útil de dichas sondas variará.
La sonda nasogástrica se suele utilizar en animales conscientes a los que no se les puede suministrar una alimentación oral adecuada, pero cuyo sistema digestivo mantiene una funcionalidad correcta. Se recomienda que el sondado sea de corta duración (menos de una semana).
El tipo de alimentación suele ser líquida debido a su pequeño diámetro, y se recomienda que antes de la utilización se compruebe que el animal esté correctamente sondado, aspirando y confirmando la presencia de contenido gástrico. Después de la utilización hay que aclararla con agua tibia (5-10 ml) para evitar cualquier tipo de obstrucción.
En el momento de la administración de alimento hay que tener cuidado para que no se produzca una sobrecarga alimentaria que derive en náuseas, reflujo, vómitos o diarrea.
Las sondas de esofagostomía, gastrotomía y yeyunostomía se diferencian unas de otras por el tramo del intestino donde se colocan, y además cada una tiene una indicación propia. Todas ellas son para animales anoréxicos que no cursan con trastornos digestivos en la zona donde debe colocarse que lo impida.
La sonda de esofagostomía se utiliza en animales que se prevé que van a estar sondados más de una semana (medio plazo); la de gastrotomía, para animales que van a estar sondados largo tiempo, y la de yeyunostomía, cuando hay que evitar el estómago o el duodeno.
Los cuidados y las complicaciones son las mismas que para la sonda nasogástrica, pero en estas hay que controlar la herida, cambiar los apósitos y hacer curas cada 2-3 días según las prescripciones del facultativo.
Nutrición parenteral
Se utiliza otra vía distinta a la digestiva (como la vía intravenosa central).
¿Cómo debe hacerse la administración de alimentos en animales hospitalizados?
Independientemente del tipo de alimentación, es importante que el aporte nutricional se introduzca de manera gradual. En general, el primer día se debería administrar entre un tercio y un cuarto de las calorías diarias recomendadas para ese paciente. En caso de no aparecer complicaciones digestivas, la cantidad se va aumentando gradualmente hasta cubrir la totalidad de las necesidades energéticas a lo largo de los 3 o 4 días posteriores. Si es necesario, el alimento puede mezclarse con agua para facilitar su paso por la sonda de alimentación. El volumen de alimento diario total se administrará dividido entre 4 y 7 veces en función de la tolerancia del paciente.
Hay que tener en cuenta que los gatos con una sonda de alimentación enteral pueden comer de forma espontánea, debido a que normalmente la anorexia desaparece una vez que se controla la patología primaria. Por ello, es recomendable ofrecer alimento a los gatos independientemente de que estén sondadon, porque permite evaluar su apetito y ayuda a determinar el momento en el cual ya no es necesaria la sonda.
En caso de aparecer un exceso de problemas gastrointestinales se debe comunicar este hecho al veterinario; en caso de no poder controlarlo, el facultativo debe plantearse si la nutrición enteral es realmente adecuada para ese caso en particular.
Extraído de: Iván Prada Areán, Fidel San Román Llorens, Blanca María Blanco Mañanes, Óscar Blázquez. Tratamiento nutricional en la insuficiencia renal. Ateuves 35, págs. 16-22.