La dermatitis alérgica en perros y gatos durante la primavera plantea desafíos clínicos significativos. Hablamos con Marcos Fernández Monzón, especialista en dermatología de AniCura Navia Hospital Veterinario, para entender los principales síntomas, factores desencadenantes y enfoques terapéuticos.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de alergia que pueden experimentar gatos y perros?
El signo clínico principal de las alergias es el prurito, que se localiza sobre todo en la región facial (boca, ojos y oídos), en las zonas ventrales (axilas, ingles y abdomen), en los espacios interdigitales y en las zonas de flexión de las extremidades. En esas localizaciones aparece eritema y pequeñas pápulas que como consecuencia del rascado se irán agravando y cronificando.
¿Qué factores ambientales suelen desencadenar alergias?
Los principales alérgenos ambientales son los diferentes ácaros del polvo y los pólenes de gramíneas, hierbas y algunos árboles que en primavera inician la polinización. La presencia de unos u otros puede variar según el área geográfica y un buen consejo es monitorizar sus niveles en páginas especializadas como www.polenes.com. Además, en esta época vemos mayor presencia de ectoparásitos como las pulgas, que son responsables de muchos brotes en nuestros pacientes atópicos.
¿Cómo afecta la alergia a su calidad de vida y qué medidas se pueden tomar para aliviar sus síntomas?
El picor es una sensación desagradable tanto para el animal que lo sufre, como para el resto de la familia. Tiende a cronificarse y muchas veces se agrava con otros estímulos pruritogénicos como las infecciones oportunistas o los ectoparásitos. Todo ello hace que merme la calidad de vida del paciente e impacta negativamente en el vínculo con los cuidadores. Por suerte hoy en día tenemos nuevas alternativas terapéuticas, eficaces para el control del prurito y muy seguras. Pero el abordaje de estos pacientes debe ser multimodal, ya que además de controlar el prurito tenemos que restaurar la barrera cutánea y ayudar a equilibrar el microbioma “natural” en estos animales.
¿Cómo pueden los cuidadores identificar si sus mascotas están experimentando alergias?
Sobre todo, porque están incómodos y empiezan a rascarse, aunque debemos recordarles que el prurito pueden manifestarlo con otro tipo de comportamientos; frotándose, revolcándose, sacudiendo la cabeza o lamiendo/mordiendo las patas. También deberían estar atentos a si aparecen problemas como la otitis externa, la pododermatitis o la saculitis anal, que son habituales en estos animales.
En la mayoría de nuestros pacientes alérgicos, los signos clínicos aparecen cuando son jóvenes, entre el primer y tercer año de vida. Con el tiempo se van cronificando y al final tienen una sintomatología perenne o durante gran parte del año.
Es importante detectar de forma precoz estos signos para acudir al veterinario y evitar que se compliquen, ya que cuando no se controla, aparecen infecciones secundarias y cambios anatómicos: por ejemplo, en el oído o en los espacios interdigitales, que serán mucho más difíciles de revertir. Las dermatitis alérgicas son el principal motivo de consulta y una de las razones más habituales para cambiar de veterinario. Es fundamental la comunicación con nuestros clientes y “entrenarlos” en el manejo y detección precoz de estos brotes.