En Odontología, el auxiliar asesora al propietario sobre la mejor manera de cuidar la boca de su mascota y, además, es una pieza fundamental en la consulta que ayuda y facilita la labor del veterinario.
En la rutina diaria, los asistentes veterinarios hacen muchos trabajos en la clínica. Tienen que atender el público, realizar ventas, ayudar en la consulta, vigilar a los pacientes hospitalizados, ayudar en el quirófano, etc. Son muchos los deberes que se cumplen al tener esta profesión. Es un cargo pesado, que la mayoría de las veces se compensa por el amor a los animales y por vocación. Sin embargo, la profesión de ATV es más que sólo querer a los animales. Para trabajar en una clínica y rentabilizar el puesto es necesario que esté en constante formación. El auxiliar que simplemente ayuda al veterinario cuando se necesita nunca destacará, y difícilmente progresará en la clínica. Es muy importante que tenga una actitud proactiva y mucho interés en aprender.
La Odontología veterinaria en España es una especialidad relativamente nueva, aunque el dato de que el 80 % de los pacientes con más de cuatro años tiene alguna patología oral demuestra su importancia. Los veterinarios saben que es una buena oportunidad para explorar y participan cada vez más en cursos y congresos. El auxiliar tiene que seguir en esta misma dinámica y formarse en especialidades. Intentaremos explicar un poco el trabajo del asistente veterinario en esta materia.
Primero contacto: ¿qué hacer?
Cuando un propietario acude a una visita odontológica con su mascota es importante hacer unas preguntas básicas antes de pasar a la consulta con el veterinario; por ejemplo: ¿qué come?, ¿ha perdido peso?, ¿ha hecho algún tratamiento antes?, ¿parece que le duele? Las respuestas a todas estas cuestiones ayudan mucho al veterinario en el desarrollo de la consulta.
Con esas preguntas básicas ya podemos enfocar de forma adecuada la consulta y también ofrecer servicios paralelos como ventas de productos relacionados con la higiene bucal. Si un perro come comida casera, podemos explicar al propietario los beneficios que ofrece el pienso y las ventajas para la salud bucal de su mascota. Así rentabilizamos la consulta y fidelizamos el cliente. Un propietario que sale de una clínica con la percepción de que fue muy bien atendido siempre vuelve.
En la recepción, el auxiliar no debe explorar al paciente, mirarle los dientes, etc. Ese trabajo lo hace el veterinario. Pero sí que puede hacer un examen visual, en el que compruebe la condición corporal, si es agresivo, si babea mucho, etc. y pasar toda esa información al veterinario.
En la consulta con el veterinario
Cuando el veterinario pasa una consulta odontológica utiliza un instrumental específico como sonda de exploración, espejo intraoral, etc. El ATV debe dejar preparado este material para facilitar el trabajo del veterinario.

Hay que sujetar al paciente con firmeza.
En la mesa de exploración debe sujetar al paciente de manera que se sienta confortable y también de manera segura para que no lesione al resto del personal. También debe estar atento en la consulta a todo lo que dicen el veterinario y el propietario y saber por dónde se dirigen: si hay que sacar sangre para una analítica o si hay que preparar una medicación. Ir un paso por delante de lo que puede ocurrir ayuda a que la consulta se desarrolle de manera rápida y competente. Así el cliente percibe además la profesionalidad y eficiencia de la clínica. Al terminar la consulta, ya en recepción, debe aclarar las dudas que tenga el propietario, reforzar la recomendación veterinaria y dar la cita para el procedimiento odontológico si es el caso.
En el quirófano
Los instrumentales utilizados en Odontología veterinaria son básicamente los mismos que en la humana. Hay que conocer muy bien los nombres y las funciones.
Antes de la cirugía se debe mirar el procedimiento que hay que realizar y preparar todo el material, y estar siempre atento a los parámetros vitales durante la cirugía. Hay que ir un paso por delante del cirujano de manera eficiente.
Después de la operación, el ATV se ha de encargar de recoger y acondicionar el instrumental y el equipamiento. También ha de acompañar el despertar del animal, medir la temperatura, nivel de dolor, preparar la medicación posoperatoria y ofrecer la información por escrito al propietario.
Seguimiento telefónico, revisiones y tratamientos posoperatorios
El día después de la cirugía se debe llamar al propietario para preguntar sobre la evolución de la mascota: cómo ha ido en casa, si ha comido bien, si está animada, si el dueño ha tenido dificultad con el tratamiento posoperatorio, etc. Si el paciente no está bien, aconsejamos al propietario por teléfono o le decimos que lo traiga la clínica para que el veterinario lo revise.
Las llamadas de seguimiento sirven para ver el estado general del paciente. Muchas veces no se realizan y al cabo de una semana aparece el perro en mal estado porque el propietario no conseguía darle la medicación o porque el animal estaba muy nervioso y se ha quitado los puntos. Las llamadas sirven para hacer un seguimiento cercano, comprobar su evolución y prevenir posibles complicaciones tras la cirugía.
Los clientes agradecen mucho ver que nos preocupamos por su animal.
Revisiones periódicas
Son una parte muy importante de la clínica. La medicina preventiva es un punto importante para la salud del animal. Los chequeos periódicos y las revisiones nos permiten ver el estado de la salud bucal del paciente antes de que manifieste alguna patología. Descubrimos problemas que los dueños no ven en casa, lo que permite mantener la salud bucal al día velando por el bienestar del animal además de generar ingresos a la clínica.
Extraído de Paulo Yin Chen, El cuidado de la cavidad bucal, Ateuves 54, págs. 20-23.
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