Además de conocer las características especiales de la nutrición felina, hemos de tener en cuenta que cada etapa de la vida necesita un tipo de alimentación. Es lo que vamos a ver a continuación.

Reproducción y crecimiento

Las necesidades energéticas de una gata en gestación van aumentando aproximadamente un 10 % cada semana. Debe consumir una dieta con alto contenido en materia grasa para acumular reservas que necesitará al final de la gestación y durante la lactancia ya que después del día 40 la ganancia de peso ya corresponde a los gatitos. La gata engorda aproximadamente un 40 % de su peso durante la gestación, después del parto le sobra aún un 20 % y después del destete alcanza su peso normal o menor. La alimentación durante la lactación cubre entre el 80-85 % de las necesidades, el resto lo proporciona la gata de sus reservas. En estas etapas debe tener libre acceso a un alimento rico en energía, el ideal es el alimento formulado para gatitos.

El calostro es el alimento de los gatitos las 16 primeras horas de vida y les proporciona anti­cuerpos. Al nacer, su tubo digestivo está adaptado para digerir la leche de la madre rica en grasa y lactosa. Para aumentar 1 g de peso deben ingerir 2,7 g de leche. Se destetarán cuando consuman 20 g de materia seca por día, y en este momento necesitarán dos veces más ración que un adulto en relación a su peso y tres veces más energía. En un principio se le alimentará con la misma dieta que a la madre, mezclada con agua; se va disminuyendo progresivamente hasta alimento seco. Es bueno acostumbrarles a ingerir alimento húmedo y seco. En este momento se va reduciendo su capacidad para digerir la lactosa y al mismo tiempo aumentan otras enzimas como la amilasa que les permite digerir el almidón.

En caso de gatitos huérfanos se utilizará una leche de reemplazo pobre en almidón y en ingredientes vegetales y rica en proteínas, ácidos grasos esenciales, todos los minerales, oligoelementos y vitaminas, triptófano, arginina y taurina.

Mantenimiento

A los seis meses tienen unas necesidades energéticas de 120-150 kcal/kg, a partir de esa edad se puede empezar a administrar un alimento comercial de adulto con menos contenido ener­gético. Al alcanzar el año las necesidades se reducen a 80-90 kcal/kg dependiendo del modo de vida.

En gatos de interior, que hacen menos ejercicio y necesitan menos calorías para mantener la temperatura corporal, el consumo puede ser de 50 kcal/día, es decir, un 30 % menos que los gatos de exterior, para evitar la obesidad. Si el gato pasa mucho tiempo en el exterior, hay que administrar un alimento rico en materia grasa.

En el caso de animales esterilizados, en los dos meses siguientes aumenta el consumo ener­gético un 20-25 %, igual que disminuyen las necesidades energéticas. Si no se realiza una adaptación nutricional precoz, al año nos encontraremos con un sobrepeso del 30 %, ya que el excedente energético se acumula en forma de tejido adiposo. Se debe reducir entre un 14 y un 40 % el consumo energético y administrar de 50-60 kcal/kg/día.

Un gato se considera obeso cuando el tejido adiposo supera el 30% de la masa corporal. En estos casos se recurrirá a una dieta con bajo contenido graso y alto contenido en fibra pero no una restricción brusca de la dieta.

Vejez

Los gatos viejos padecen más frecuentemente enfermedades como insuficiencia renal, tumores, insuficiencia cardiaca, degeneración ósea, diabetes, etc. y necesitan una alimentación específica que ayude en el tratamiento de estas patologías.

Debido al aumento de los radicales libres se puede administrar un alimento hasta 5-6 veces más rico en vitaminas C y E (antioxidantes). El alimento sénior debe tener elevado contenido energético, ya que suelen perder peso, alta palatabilidad y una textura algo más blanda. No se debe modificar el contenido proteico pero sí reducir el fósforo y evitar ingredientes que aci­difiquen la orina.

Extraído de: Susana Gª Pérez de Ayala. Características especiales de la nutrición felina. Ateuves 27, pp. 14-18.