Las 3 enfermedades provocadas por ácaros que vamos a tratar a continuación son la cheyletiellosis, la trombiculiasis y la straelensiosis. Es importante saber reconocerlas de forma clara para aplicar el tratamiento adecuado.
Cheyletiellosis
Es una parasitosis producida por ácaros de la familia Cheyletidae como C. yasguri, C. blackei y C. parasitovorax (figura 1). Puede infestar a perros, gatos y conejos. Es una zoonosis que causa una dermatitis localizada o generalizada. Se transmite rápidamente por contacto directo. Los perros y gatos pueden estar infestados por distintas especies pero no son hospedadores específicos.
Signos clínicos. En perros y gatos adultos la infestación es en la mayoría de las veces asintomática. Pero en ocasiones, sobre todo en cachorros, puede producir desde descamación excesiva a prurito de grado variable. A veces se pueden ver puntos blancos moviéndose, por lo cual, vulgarmente se denomina “caspa andante” (figura 2).
Diagnóstico. El diagnóstico se realiza mediante cinta adhesiva, raspados superficiales e incluso mediante el análisis coprológico, ya que la mascota puede ingerir los parásitos. El pronóstico es bueno.
Tratamiento. Puede ser tópico o sistémico. Hay que tratar a todos los animales que están en contacto. Es importante limpiar el ambiente lavando la cama y aspirando todo.
Trombiculiasis
La trombiculiasis es una acariosis estacional producida por la acción patógena de un ácaro llamado Trombicula autumnalis (figura 3). Puede infestar a las personas pero no es una zoonosis puesto que no lo transmite el animal, los humanos se contagiarían también directamente por estar en contacto con un ambiente contaminado. No existe contagio directo entre mascotas.
El ciclo de la Trombicula se produce entre julio y octubre, por ello también se llama “el ácaro de la cosecha”. La larva está en la vegetación esperando que pasen los hospedadores para parasitarles dado que las larvas son parásitos obligados.
Aspecto clínico. Afecta normalmente a las zonas en contacto con el suelo (cabeza, orejas, patas, áreas ventrales). Es un cuadro muy pruriginoso (figura 4).
Diagnóstico. Se pueden observar directamente sobre la mascota “puntos naranjas brillantes” (aspecto macroscópico de este ácaro). El diagnóstico se establece mediante raspados cutáneos, visualizando al microscopio las larvas del parásito.
Tratamiento. Usualmente es tópico. El pronóstico es de bueno a reservado. Es una enfermedad difícil de controlar debido a las frecuentes reinfestaciones. Se puede prevenir repitiendo el tratamiento tópico con esprai cada 3-5 días, sobre todo en las áreas más afectadas: almohadillas y parte ventral del abdomen.
Straelensiosis
Es una enfermedad emergente en Europa, producida por un ácaro que pertenece a una familia próxima a Trombiculidae. Hay muy pocos casos descritos en Europa (solo Francia, Portugal y norte de España). Es estacional, normalmente los casos aparecen entre septiembre y noviembre. Solo ha sido descrito en perros.
Signos clínicos. Son máculas que progresan a pápulas y nódulos en el área dorsal del cuerpo incluyendo la cabeza. Es un cuadro no pruriginoso pero muy doloroso.
Diagnóstico. Se realiza mediante raspados muy profundos con erosión de la superficie de la piel, o por biopsia. El pronóstico es reservado porque es una enfermedad difícil de curar.
Tratamiento. Es tópico o sistémico y muy largo porque los signos pueden tardar en remitir incluso de 6 a 12 meses.
Tratamiento de las enfermedades parasitarias
A continuación, describimos los tratamientos tópicos más frecuentes que en ocasiones aplicamos en el mismo centro veterinario y es interesante conocer.
Baños con amitraz
Son muy eficaces y están registrados en enfermedades como sarna sarcóptica o demodicosis. También son eficaces, pero no están registrados, para cheyletiellosis y straelensiosis. No están registrados en gatos.
En animales con pelo largo conviene primero rasurar el pelo. Antes de usar el producto, es recomendable realizar baños con sustancias queratomoduladoras y emolientes. La preparación diluida debe elaborarse para cada tratamiento y eliminar el sobrante (no puede conservarse). Debe diluirse con agua templada según la prescripción indicada por el veterinario. Se aplica con la ayuda de una esponja o de un cepillo y después se deja secar al aire sin aclarados.
Hay que usar el producto con precaución porque puede causar tanto en el perro como en las personas erupción eritematosa, irritaciones en conjuntivas oculares y respiratorias (ver cuadro).
Sulfuro de cal
- Tiene un olor muy desagradable y puede teñir el pelo del animal tratado.
- También puede teñir la ropa, las joyas e incluso las superficies porosas.
- Aunque es muy seguro en gatitos y cachorros, se recomienda, sobre todo en gatos, ponerles un collar isabelino porque puede causarles úlceras orales si lo lamen.
Extraído de: Amparo Ortúñez y Maite Verde, Enfermedades parasitarias en Dermatología, Ateuves 62, págs. 24-28.