Control del celo en hurones

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Actualmente se recomienda el control farmacológico, tanto en machos como en hembras, pero su
ciclo reproductivo es complejo y la elección dependerá de las características de cada individuo.

Los hurones domésticos (Mustela putorius furo) son animales poliéstricos estacionales, con un ciclo reproductivo que se rige por el número de horas de luz. La época reproductiva se sitúa de forma natural en las estaciones de primavera y verano (marzo y agosto). Los machos suelen entrar en celo más temprano que las hembras, aunque en algunos casos podemos observar hurones macho cuya época reproductiva empieza en diciembre/enero y hurones hembra cuya época reproductiva se inicia en enero/febrero. Según las temperaturas y ciclos de luz/oscuridad que se den en el lugar en el que vivan, podemos ver hurones en celo todo el año.

Ciclo reproductivo

En condiciones naturales la madurez sexual en los machos empieza a los 6-9 meses; las hembras cuando ya tienen 8-12, normalmente en la primera primavera tras el nacimiento. Las hembras son de ovulación inducida y requieren la estimulación mediante la monta del macho; si la ovulación no se produce permanecen en estro persistente. Las alternativas para controlar el celo incluyen fármacos que inhiben el celo, como los análogos de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), o la castración.

Características

Durante el periodo de celo los machos presentan los testículos hiperplásicos y en las hembras la vulva se muestra edematosa, engrosada y enrojecida. En ocasiones puede observarse una pequeña descarga intermitente seromucosa. Tanto los machos como las hembras presentan una piel más grasienta y amarillenta, y un olor corporal más fuerte, debido a la secreción de las glándulas sebáceas que son estimuladas por las hormonas sexuales. Pueden presentan prurito y/o rascado asociado al aumento de las secreciones sebáceas. El marcaje con orina suele ser frecuente, así como la reducción del apetito y un comportamiento más agresivo.

Consecuencias del estro persistente

El estro persistente ocurre cuando no se produce ovulación durante el celo, lo que provoca niveles de estrógenos muy altos en circulación (hiperestrogenismo) durante mucho tiempo. La acción de estas hormonas está relacionada con la aparición del celo, que a medio/largo plazo provoca depresión de la médula ósea. Esta supresión puede llevar a anemia, trombocitopenia, que se asocia con trastornos de la coagulación, y/o leucopenia, que predispone a infecciones secundarias por depresión del sistema inmunitario.

Opciones para controlar el celo

Existen tres opciones para el control del celo, y cada una actúa de forma distinta en el animal.

  • Forma natural, en la que el celo se corta con una alteración brusca del fotoperiodo o con la monta del macho.
  • Tratamiento farmacológico con inyecciones o implantes (análogos de la GnRH), que actúan reduciendo la estimulación hormonal de las gónadas.
  • Tratamiento quirúrgico mediante ovariohisterectomia u orquiectomia; es decir, la extirpación de las gónadas (ovarios o testículos).

¿Cuál elegir?

En la actualidad se recomienda el control farmacológico del celo, tanto en machos como en hembras, mediante el uso de análogos de la GnRH (inyecciones de acetato de leuprorelina o implantes de deslorelina). Estos son una buena elección en hurones intactos, ya que provocan la supresión del celo además de la reducción del olor, y de esta manera se puede evitar el tratamiento quirúrgico, que predispone a la aparición de enfermedad de glándulas adrenales.

  • La deslorelina se emplea en forma de implante subcutáneo entre las escápulas en machos y hembras, y por norma general el animal no necesita sedación. El celo suele desaparecer en 5-10 días en hembras y en 2-4 semanas en machos.
  • La leuprorelina se emplea de forma intramuscular y, tras la inyección, el celo suele desparecer en 5-10 días en hembras; en machos no suele suprimir el celo por completo, aunque se puede observar una disminución de los signos.

La principal diferencia entre la leuprorelina y la deslorelina es el tiempo de duración (4 semanas y 18-24 meses o incluso más, respectivamente). Cuando el efecto desaparece, puede procederse a una nueva administración.

Conclusión

El ciclo reproductivo de los hurones puede ser complejo, dura como mínimo 5 meses y depende enormemente de las condiciones ambientales a que son expuestos. Los principales problemas asociados al celo prolongado son el hiperestrogenismo (en hembras), el fuerte olor corporal y problemas de comportamiento, especialmente en machos. Por esta razón no es aconsejable dejar que el celo se corte solo porque puede conllevar problemas de salud, ya que puede no desaparecer nunca. En los machos, la cuestión de los niveles de testosterona elevados en la circulación sanguínea no sería tan problemática, pero el fuerte olor y los marcajes con orina pueden ser un problema para algunos propietarios.

Existen diferentes posibilidades para controlar el celo en hurones. Aunque la elección en cada caso debe ser individualizada, de forma general se recomienda el control farmacológico mediante análogos de la GnRH, debido a la predisposición a padecer enfermedad adrenal en hurones esterilizados.

Extraído de Cátia Alexandra Henriques Silva, Alfonso Moya Vázquez y Myriam Ramos Sánchez. Control del celo en hurones. Ateuves 80, págs. 20-21.

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