Para evaluar la actividad eléctrica del corazón la técnica electrocardiográfica es un método no invasivo muy adecuado. No obstante, hay que saberla aplicar correctamente, sobre todo en pequeños mamíferos.
Cada vez es más común ver un conejo como mascota en nuestras clínicas y por ello es necesario conocer las técnicas básicas que empleamos a diario en otras especies con las peculiaridades de esta. Actualmente, existe un escaso conocimiento sobre la incidencia, diagnóstico y tratamiento cardiovascular en conejos, a excepción de su uso como modelo en experimentación animal (infecciones o tóxicos inducidos, dietas grasas, etc.). Sí se conoce que la incidencia de enfermedades cardiovasculares aumenta con la edad (enfermedades valvulares) o con factores como la hipertensión secundaria a enfermedad renal, la obesidad o la hipercolesterolemia asociada a una mala dieta.
Aunque se citan algunos artículos de los años 30 o 40, el primer artículo al que pudimos tener acceso sobre la electrocardiografía (ECG) en conejos data de 1960, realizado por A.O. Saitanov y publicado en el Bulletin of Experimental Biology and Medicine. A partir de ahí, y como reflejan diversos autores, existe escasa información sobre el estudio de electrocardiogramas normales en conejos como mascotas y, en especial, sobre la incidencia de patologías cardiacas con el consiguiente desconocimiento de cómo realizar un buen método diagnóstico o llevar a cabo un tratamiento adecuado. Además, como cita Pariaut (2009): “Poco se conoce sobre los cambios electrocardiográficos asociados a enfermedades cardiacas en el conejo; no se recomienda el uso de cambios en la morfología de la onda P o los complejos QRS para evaluar las dilataciones cardiacas o la hipertrofia”.
Estudio cardiológico
Aquellos signos clínicos que se pueden manifestar en un conejo con patologías cardiacas son la intolerancia al ejercicio o la disnea y otros más inespecíficos como la pérdida de peso o la anorexia. El examen clínico, la auscultación, la electrocardiografía, la radiografía torácica y la ecocardiografía deben ser técnicas fundamentales en un estudio cardiológico. La técnica electrocardiográfica es un método no invasivo y de bajo coste económico, útil para evaluar la actividad eléctrica del corazón. Es recomendable la realización de un electrocardiograma en aquellas causas que también se aconsejan en pequeños animales.
- ¿Cuándo se recomienda una electrocardiografía?
- • Anomalías detectadas por auscultación como taquicardias, arritmias, bradicardias o soplos cardiacos; permite un diagnóstico más preciso.
• Electrocardiogramas seriados para emitir un pronóstico y diagnóstico de enfermedades cardiacas. También para comprobar la efectividad de una terapia cardiaca.
• Animales en los que tengamos constancia de anomalías cardiacas (arrit¬mias, cardiomegalia, enfermedades sistémicas que afectan secundaria¬mente al corazón).
• Disnea, intolerancia al ejercicio.
• Shock, desmayos o convulsiones.
• Cianosis.
• Control cardiaco antes, durante y después de la cirugía, y especialmente en animales “problemáticos” (geriátricos, pacientes en los que queramos evaluar la reacción del anestésico, etc.).
• Alteraciones electrolíticas, especialmente del potasio (en enfermedades renales o endocrinas).
Fuente: Tilley (1985); Edwards (1987).
Desde el punto de vista clínico hay que tener en cuenta que la electrocardiografía es una técnica diagnóstica que presenta una serie de limitaciones, por lo que no podemos pretender obtener una gran cantidad de información de un único registro electrocardiográfico.
Extraído de: José Miguel Chapel, José Luis Benedito, Joaquín Hernández y Cristina Castillo, Manejo electrocardiográfico del conejo, Ateuves 71, pags. 24-28.