Cuestiones básicas sobre gestación

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Saber responder correctamente a las preguntas de los propietarios en temas de esta relevancia y controversia es esencial para ofrecer un asesoramiento profesional por parte del auxiliar veterinario.

1 “Quiero tener una camada. ¿Cuáles son las recomendaciones para que quede gestante?”

Se debe informar al propietario que sería con­veniente realizar pruebas para comprobar su estado de salud antes de someterla a la reproduc­ción. Es necesario que estén libres de enferme­dades como diabetes, displasias o enfermedad articular degenerativa, prolapsos de discos intervertebrales, etc. También deben estar correcta­mente desparasitadas y vacunadas. Es importante que el propietario sepa las exi­gencias que supone una camada y las complica­ciones de la gestación y el parto. Los signos externos de proestro (celo) son la secreción sanguinolenta y el aumento del tamaño de la vulva. La mayoría ovula 10-15 días tras el inicio del proestro.

Para saber el momento óptimo de la monta se recurre a citología vaginal, progesterona plasmática, ecografías y endoscopias, aunque normalmente se calcula por los cambios en el comportamiento (aceptan al macho y retiran la cola), un cambio de la secreción vulvar de sangui­nolenta a un color amarillo translucido o transpa­rente y la disminución de la inflamación vulvar. Normalmente, se recomiendan 2-3 montas durante los cuatro siguientes días a la ovulación.

2 “Tengo una hembra preñada, ¿necesita revisiones veterinarias?”

Es aconsejable realizar revisiones sanitarias pre­parto. Se recomienda realizar la primera visita a las 3-4 semanas de la monta para el chequeo de la hembra y la confirmación de la gestación, mediante palpación abdominal y ecografía. El veterinario puede ayudar a calcular la fecha aproximada del parto (la gestación de la perra es de 61-63 días). Los indicadores de que el parto es inminente son las alteraciones del com­portamiento (jadeo, separación de otros anima­les, etc.), una disminución de la temperatura corporal de 38,5 a 36 o 37 °C, la bajada de la concentración plasmática de progesterona, etc.

Por último, se realizará una ecografía y una radiografía cuando la hembra está a término para calcular el número de cachorros y ver la posición exacta (7-10 días antes del parto), y revisar que todo evoluciona correctamente.

3 “¿Cuál es la nutrición adecuada para la hembra gestante?”

Antes de la gestación, la hembra debe tener una condición corporal ideal. La mayoría de ellas ganan un 15-25 % de su peso corporal durante la gestación. Dado que el consumo del alimento puede reducirse por el tamaño del útero, puede ser necesario un alimento de densidad energética alta. Hay pocas dietas comerciales para gestación y lactación, por ello durante estos periodos se proporciona, frecuentemente, un buen alimento para cacho­rros, que deberá contener la cantidad suficiente de energía y proteína. La inclusión de aceites de pescado en la dieta de estas perras podría ayudar al desarrollo neurológico y retiniano de los fetos.

4 “Mi perra está de parto. ¿Qué necesidades tengo que cubrir en cada etapa?”

El parto se desarrolla en diferentes etapas que hay que conocer para saber cómo actuar correctamente. La primera puede durar entre 6 y 12 horas, algo más si la perra es primípara. El animal puede manifestar signos como jadeos, temblores y, en ocasiones, vómitos. Además, las hembras tienden a recluirse, y es necesario res­petar esta privacidad. No tienen porqué estar presentes todos los síntomas, y estos tampoco son constantes en todos los partos.

La segunda etapa viene marcada por la entrada del primer cachorro en la pelvis y una contrac­ción uterina fuerte, que durará más o menos 30 minutos. Las contracciones son visibles y la hembra permanece tumbada sobre un lateral. Puede existir un lapso entre cachorros de tres horas. Hay que remarcar que no deben pasar más de 24 horas entre el primer y el último cachorro. La placenta se elimina generalmente entre 5-15 minutos tras cada cachorro; la perra se puede comer las placentas aunque no existe beneficio conocido. La madre lame al cachorro vigorosamente para remover las membranas y favorecer la respira­ción; si no lo hace entre 1-3 minutos después de nacer, el propietario puede intervenir. La madre también se encarga de desgarrar los cor­dones umbilicales con los dientes. Si no lo hace, el propietario puede usar un hilo para ligar el cordón umbilical; se realizan dos nudos, el pri­mero a 2,5 cm del cachorro y el segundo a unos milímetros del primero. Después se corta con tijeras y se desinfecta con tintura de yodo.

5 “¿Cuáles son los signos que indican que existe una complicación y hay que consultar al veterinario?”

Es posible que aparezcan complicaciones durante el parto. Las más habituales son las siguientes: una secreción vaginal negro-verdosa al final de la segunda etapa (la perra manifiesta un com­com­portamiento de parto pero no existen contraccio­nes efectivas); han pasado más de 61 días tras la monta; la temperatura es menor o igual a 37 °C; han transcurrido más de 24 horas desde la pri­mera etapa y no ha salido ningún cachorro o más de tres horas desde el nacimiento del último y aún esta la mayor parte de la camada en el interior del útero; una demora de entre 30-60 minutos entre la salida de cada cachorro con esfuerzo excesivo; el estado general de la hembra no es bueno, no realiza esfuerzos al notar contracciones abdomina­les, no se ocupa de los cachorros, demuestra decai­miento excesivo, fuertes temblores, etc.

6 “¿Cuáles son los cuidados de la madre y sus cachorros tras el parto?”

Tras el parto, lo habitual es que la madre se eche y limpie a todos sus cachorros y después beba y coma algo. Es normal que elimine algún coagulo de sangre. Si la madre no se acicala tal vez necesite ayuda para la limpieza de la zona perineal para evitar que esté sucia y maloliente, sobre todo en las razas de pelo largo. Es importante asegurarse de que todas las glán­dulas mamarias tienen un color normal y que no se endurezcan. La perra debe adaptarse al ama­mantamiento: se echa y permite que los cachorros lacten; está atenta pero no es sobreprotectora.

En cuanto a los cachorros, el entorno cálido es importante; la primera semana deben tener una temperatura ambiente de 26-28 °C. Hay que asegurarse de que hay suficiente leche para toda la camada. Los cachorros bien alimentados solo lloriquean durante un momento al principio de la lactación (luchan por el mejor puesto), tienen el abdomen redondeado, blando y sin reacción de dolor a la palpación. Los cachorros lactan cada 2-4 horas y duermen la mayor parte del tiempo; hay que vigilar que el reflejo de succión esté presente. También es conveniente registrar toda secreción ocular o nasal, orinas con sangre o diarreas. Si todo es normal no es necesario visitar al veterinario hasta las 6-8 semanas de vida para detectar anomalías congénitas o del desarrollo y para el inicio de los planes preventivos (vacu­nas, desparasitaciones, etc.).

7 “¿Cuándo hay que destetar a los cachorros para minimizar problemas?”

El destete de los cachorros se realiza a la 5-6 semana de vida, en este momento ya han empe­zado a exteriorizar las piezas dentales y son capaces de alimentarse por sí mismos. A partir de este instante debe introducirse una alimenta­ción adaptada a su edad. La mayoría de alimentos comerciales para cachorros son más ricos en calorías que los de mantenimiento para perro adulto. Tras el des­tete, los cachorros deben ser alimentados para que logren una tasa de crecimiento óptima para el desarrollo de los huesos y mantenimiento de una condición corporal adecuada. Un crecimiento demasiado rápido, sobre todo en razas grandes, aumenta el riesgo de trastornos musculoesqueléticos. Un cachorro con sobre­peso durante el crecimiento tiene más probabi­lidad de convertirse en un adulto con sobrepeso.

Los cachorros en crecimiento también requieren ácido graso omega-3 (DHA) para el desarrollo normal de neuronas, retina y estructura auditiva. Se ha comprobado que los aceites de pescado que contienen ácidos grasos omega-3 mejoran las posibilidades de adiestramiento de los cachorros. Los perros en crecimiento requieren más calcio y fósforo alimentarios que los adultos. No obs­tante, si se alimenta a los cachorros con piensos formulados correctamente no deben propor­cionarse suplementos de estos minerales, sobre todo en razas grandes, puesto que ello podría dar lugar a alteraciones del desarrollo esquelético. Desde las seis semanas a los seis meses los cachorros deben ser alimentados tres veces al día. Los perros de raza toy u otras razas peque­ñas pueden desarrollar hipoglucemia si no se les alimenta al menos con esta frecuencia.

Extraído de Vanessa Salguero Bernet, Cuestiones básicas de esterilización y gestación, Ateuves 75, págs. 26-30.

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