Es común en los propietarios tener ciertas nociones de manejo, pero también muchas dudas o desconocimiento que pueden terminar produciendo errores que repercuten en el bienestar y la salud de los animales. Nuestra labor es apoyarles dándoles la información y las pautas de manejo correctas para que los pacientes crezcan sanos y con las mejores condiciones.
Los loros y psitácidas sin destetar son pacientes frecuentes en la clínica de animales exóticos. Conocemos como destete al proceso por el que las aves dejan de ser alimentadas por sus padres o con papilla y aprenden a comer de forma autónoma los alimentos que formarán parte de su dieta adulta habitual. A menudo nos encontramos con pacientes de edades muy tempranas que no están siendo criados por sus padres, bien sea por un rechazo, enfermedad o porque sus propietarios lo hayan decidido así. En más de una ocasión podemos incluso sorprendernos por la entrega o venta de ejemplares demasiado jóvenes sin destetar a sus propietarios definitivos.
Cuándo criar un loro a mano
Existe la creencia de que las psitácidas criadas a mano son mejores mascotas y desarrollan mejores vínculos con sus propietarios. Es cierto que los loros así criados pueden estar acostumbrados antes al contacto con humanos y no tener miedo de otras mascotas como pueden ser perros y gatos. No obstante, se ha demostrado que los loros papilleros tienden a ser más problemáticos para los propietarios que aquellos que han sido criados por sus padres o los ejemplares capturados en libertad. Estos problemas de comportamiento se atribuyen a que la impronta de los pollos con las personas favorece que muestren comportamientos agresivos y, por tanto, se recomienda la cría a mano únicamente cuando no sea posible que lo hagan los padres o en caso de enfermedad. Los pollos nacidos de huevos incubados de forma artificial y que no pueden ser adoptados por otras parejas reproductoras deben ser alimentados a mano desde el primer momento.
Alojamiento
Los polluelos se deben alojar en incubadoras con condiciones de humedad y temperatura controladas. Ambos parámetros vendrán determinados en función de la edad del animal y el plumaje del que disponga. La higiene es un elemento esencial para reducir al máximo la carga microbiana que pueda poner en peligro la salud de los polluelos.
Temperatura
La temperatura debe encontrarse inicialmente entre 33 y 34,5 ºC, y debe ser controlada con un termostato que encienda y apague la fuente de calor. A medida que los animales van creciendo y emplumándose son capaces de tolerar mayores variaciones. El control de la temperatura debe ser riguroso y se debe comprobar con frecuencia que el termostato la mantiene dentro del rango deseado. Un descenso de la temperatura afecta rápidamente a los polluelos y puede tener consecuencias fatales incluso una vez se ha conseguido restablecer y calentarlos.
El comportamiento de los polluelos puede ayudar a determinar si la temperatura se encuentra en el rango óptimo. Cuando esta es demasiado alta, se producen jadeos y los animales se separan entre ellos (en el caso de tener varios) y separan las alas del cuerpo. Una incubadora demasiado caliente puede dar lugar a deshidratación, hiperactividad, hipomotilidad digestiva y retrasos en el crecimiento. Si la temperatura es demasiado baja, los animales se agrupan, tiemblan y se pueden producir también retrasos en el vaciado del buche.
Ventilación y humedad
El sistema de ventilación de la incubadora debe ser suave, permitiendo la renovación lenta del aire y el mantenimiento de la humedad ambiental. La humedad debe ser más alta con los pollos recién nacidos y puede irse disminuyendo de forma gradual hasta igualarla con el grado de humedad de la habitación al ir desarrollando las plumas de contorno. Para especies tropicales debe situarse inicialmente en torno al 50 %.
Material y sustrato
El material con el que estén fabricadas las incubadoras debe ser no poroso y fácil de limpiar y desinfectar. El sustrato sobre el que se encuentren los animales debe absorber la humedad de los excrementos, constituir una base estable para los polluelos y ser lo menos problemático posible en caso de ingestión. A este respecto, cuando son menores de 2 semanas, uno de los elementos que se pueden utilizar es papel absorbente. Es un material barato, higiénico y fácil de encontrar, pero no constituye la mejor base de apoyo. En el caso de observar dificultades en la posición o movilidad, se puede cambiar por toallas de algodón cubiertas con mallas de alambre revestido, que proporcionan un mejor agarre. Los sustratos como el papel en tiras, las virutas de madera o pellets no se recomiendan, dado que su ingestión puede producir impactaciones, irritación gastrointestinal y malnutrición. El serrín también es un sustrato desaconsejado, porque puede ser inhalado y producir problemas respiratorios.
Luz
Otro parámetro que se debe tener en cuenta es la luz. La mayor parte de especies de loros construyen sus nidos en oquedades y los primeros días de vida los pollitos permanecen con poca luz. De esta manera, es mejor que los primeros días las incubadoras estén más oscuras y la luz vaya aumentando según los desarrollando y estén más activos. Los pollitos recién nacidos se pueden alojar de forma individual en pequeños recipientes de plástico con papel absorbente para mantener mejores condiciones higiénicas. No obstante, los animales procedentes de huevos de la misma puesta pueden alojarse juntos. No se recomienda juntar pollos de dos o más puestas diferentes por motivos de bioseguridad. Es necesario mantener buenas medidas higiénicas que eviten la transmisión de patógenos entre adultos y polluelos, alojándolos también en habitaciones diferentes.
Extraído de Sonia García Cabrera, Hospital de animales exóticos veterinarioexoticosmadrid.com. Cuidado de loros papilleros. Ateuves 94, págs. 12-15.
1 comentario
Pingback: Dieta y manejo de la alimentación en loros papilleros - Ateuves, para el auxiliar veterinario