Cuidado y mantenimiento del instrumental quirúrgico

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El correcto mantenimiento del instrumental quirúrgico tras su utilización es indispensable si deseamos dejarlo en óptimas condiciones para el siguiente uso. Veamos algunos consejos para su adecuado cuidado y limpieza.

En la práctica veterinaria existe una gran cantidad de instrumental empleado en los diversos procesos quirúrgicos. Estos instrumentos están fabricados, por lo general, con materiales tales como el acero inoxidable (compuesto por hierro, carbón, cromo y otros elementos como el níquel) asociado a otros como el tungsteno. En la actualidad comienzan a aparecer también algunos instrumentos fabricados con aleaciones de titanio.

Estos instrumentos están diseñados con el objetivo de permitir al cirujano una manipulación correcta y precisa de la zona anatómica donde se está trabajando. Para ello, al mismo tiempo que es necesario realizar una correcta preparación del campo quirúrgico y tener conocimiento preciso de la técnica, igual de importante es el manejo de un material estéril y en perfectas condiciones.

Limpieza del material quirúrgico

Una vez finalizada la cirugía, lo primero que debemos hacer es una buena limpieza del instrumental. Encontramos tres maneras principales de llevar a cabo esta limpieza:

  1. de modo manual,
  2. automático o
  3. enzimático.

No obstante, y de forma independiente al procesado que vayamos a realizar, lo primero que haremos será retirar los restos más groseros de sangre, tejidos, solución salina y otros materiales extraños con agua fría a presión.

Limpieza manual del material quirúrgico

Lavadora automática para instrumental quirúrgico

Figura 1. Lavadora automática para instrumental quirúrgico.

Tras el primer lavado realizaremos un cepillado exhaustivo de los instrumentos, prestando una mayor atención a las zonas articuladas y dentadas; del mismo modo, los instrumentos formados por varias piezas deben ser completamente desmontados para su lavado individual. Los cepillos de nylon y los detergentes pueden emplearse para la mayoría de los instrumentos. Algún material en concreto puede precisar del empleo de cepillos de alambre.

Para evitar decoloraciones el detergente debe ser de pH neutro, y es necesario evitar su contacto prolongado con el material. Nunca debemos emplear jabón común, sobre todo en aguas duras, por la película alcalina insoluble que puede formarse sobre los instrumentos, que protegería a las bacterias que han quedado retenidas allí en el momento de esterilización.

Lavadora automática para fibroendoscopios.

Figura 2. Lavadora automática para fibroendoscopios.

Limpieza automática del material quirúrgico

Actualmente existen dos categorías de lavadoras de material: aquéllas que emplean los ultrasonidos como medio de limpieza y otras que proceden al lavado automático con agua caliente junto con algún tipo de detergente desincrustador.

En estos tipos de limpiadores deberemos colocar los instrumentos con las cremalleras y las articulaciones abiertas. Aunque en ambos limpiadores hay que evitar el apilamiento de los instrumentos y la mezcla de materiales diferentes, es en el de ultrasonidos donde debemos prestar una especial atención, ya que pueden resultar dañados si no tenemos en cuenta estos detalles.

Dos presentaciones comerciales de limpiadores enzimáticos.

Figura 3. Dos presentaciones comerciales de limpiadores enzimáticos.

El lavado automático se realiza por medio de un baño de detergente con agitación vigorosa, resultado de una combinación de chorros de vapor y aire a alta velocidad, que producen una violenta turbulencia debajo del agua. Hoy en día ya existen limpiadores que incluyen el secado dentro de su ciclo de procesado (figuras 1 y 2).

Limpieza enzimática del material quirúrgico

Las soluciones enzimáticas (figura 3) tienen la capacidad de eliminar materiales proteináceos del instrumental. Debido a su potencial tóxico y corrosivo se deben respetar las indicaciones del fabricante, tanto en el modo de manipulación por el personal como en la técnica de empleo: dilución de la solución y tiempo de contacto con el material.

Instrumental quirúrgico una vez empaquetado y esterilizado en autoclave

Figura 4. Instrumental quirúrgico una vez empaquetado y esterilizado en autoclave.

La limpieza enzimática se emplea en aquellos instrumentos que, por cualquier motivo, no pueden ser lavados con los otros métodos, ya sea por imposibilidad (algunas herramientas endoscópicas) o porque no se logre una limpieza suficiente (material con adhesión excesiva de sustancias orgánicas). Una vez finalizado el tiempo de limpieza, el material debe ser enjuagado exhaustivamente con agua.

Sea cual sea el proceso de limpieza, una vez finalizado se deberá realizar un secado temprano del material para su posterior empaquetado y esterilización (figura 4).

Presentación comercial de lubricante junto con algunas herramientas que precisan de su empleo

Figura 5. Presentación comercial de lubricante junto con algunas herramientas que precisan de su empleo.

Por último, sólo nos quedaría recordar que un buen lavado y limpieza del material no va a suplir un proceso de esterilización, que será aquél que se encargue de eliminar toda vida microbiana, incluyendo tanto formas vegetativas como esporas.

Lubricación de los instrumentos

Los instrumentos quirúrgicos con cerraduras, articulaciones y cremalleras se vuelven rígidos con el tiempo. Para evitar este problema se emplean lubricantes, hoy en día comerciales (figura 5). Son lubricantes hidrosolubles antimicrobianos fabricados a base de emulsiones de agua y aceite.

Está contraindicado el uso de aceite mineral y de máquina, la grasa y ciertas siliconas, ya que dejan una película sobre la superficie del instrumento que interfiere con la esterilización.

  • Merkley DF, Grier RL. Instrumental quirúrgico. En Slatter DH. Texto de Cirugía de los Pequeños Animales. pp.: 316-26. Editorial Salvat. Barcelona (España). 1989.
    Fossum TW. Instrumentación quirúrgica. En Fossum TW. Cirugía en Pequeños Animales 2ª Ed. Editorial INTER-Médica. Buenos Aires (Argentina). 2004.
    Sopena JJ. Preparación del paciente y personal quirúrgico. En Sopena JJ; Martínez MJ; Ortega J; Leuza A; Whyte A. Cirugía Veterinaria. Prácticas básicas. pp.: 17-25. Editorial Mira. Zaragoza (España). 1993.

Extraído de: Iván Serra, José María Carrillo. Cuidado y mantenimiento del instrumental quirúrgico. Ateuves n. 3, pp. 32-36.

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