Las peculiaridades de los gatos hacen que puedan sufrir estrés cuando tienen que salir de su hogar. Debemos proporcionar a sus propietarios los medios para minimizarlo.
El auge de los gatos
El número de gatos como animal de compañía está aumentando debido a que son animales solitarios e independientes y cuyos cuidados, en comparación con los perros, requieren menos tiempo. Estas características se adaptan muy bien al nuevo estilo de vida de la sociedad, ya que actualmente vivimos en apartamentos cada vez más pequeños, a menudo solos y con menos tiempo libre.
En esta nueva forma de vida cada vez son más frecuentes los viajes, ya sea por placer u obligados, como sería por ejemplo la visita al veterinario. Esto puede causar una experiencia desagradable para estas mascotas, debido a que se encontrarán expuestas a diversos agentes estresantes como la luz, el ruido o los olores.
Idiosincrasia felina
Los felinos en general son menos expresivos que otros animales, lo que hace que la forma que tienen de manifestar el estrés pase muchas veces desapercibida por los dueños, por ejemplo, un lamido excesivo, y solo le dan importancia cuando supone un problema en la convivencia, como puede ser la agresividad, la eliminación inadecuada o las conductas compulsivas (vocalización continuada o marcaje por rascado en el mobiliario, entre otras).
Para disminuir estos problemas en 2013 la AAFP (American Association of Feline Practitioners) y la ISFM (International Society of Feline Medicine) establecieron cinco pilares básicos que pretenden cubrir las necesidades específicas de estos animales. Estos pilares se basan en crearles un lugar seguro, proporcionarles agua y alimento, areneros, rascadores, áreas de juego y de descanso suficientes y en lugares separados. Además, hay que dedicarles tiempo para que desarrollen su comportamiento natural de depredación y de juego, aprovechando esto para que establezcan una relación positiva y predecible
con las personas. También es importante que se encuentren en un ambiente que respete la importancia del sentido del olfato felino.
Hay que tener en cuenta que en el caso de que un animal sufra estrés de forma continua y no sea tratado podrá transformarlo en un estrés crónico, que podría llegar a causar o empeorar una lesión o enfermedad, como puede ser la automutilación, la cistitis o la alopecia psicogénica en esta especie. A todo esto hay que añadirle que los gatos son animales territoriales y al ser obligados a abandonar su casa, como ocurre cuando van de viaje, se encuentran en un ambiente desconocido que les genera miedo y que deberíamos
minimizar, pues de lo contrario la experiencia puede resultar estresante tanto para el animal como para los dueños.
Extraído Paola Ximena Pino Verdes, Eva Prieto Couto y Pedro Antonio Valmisa Pulido. De viaje con el gato, Ateuves 76, págs. 24-26.
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