Dermatosis parasitarias caninas y felinas por pulgas, otros insectos y garrapatas

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Dermatosis parasitarias caninas y felinas por garrapatas y pulgas

Algunas de las dermatosis parasitarias caninas y felinas pueden ser conside­radas zoonosis y, por tanto, nuestro procedi­miento clínico y terapéutico debe ser riguroso y ordenado.

Aunque su diagnóstico puede ser en ocasiones sencillo, no debemos olvidar que algunas enfermedades parasitarias cutáneas se hallan seriamente subdiagnosticadas.

Garrapatas

Existen dos grandes grupos de garrapatas:

1Argásidos o garrapatas blandas.

2Ixódidos: son las denominadas garrapatas duras. Los géneros más relevantes son Rhipi­cephalus, Ixodes y Dermacentor. Son las más comunes en el perro.

Estos parásitos se alimentan de sangre y se adhie­ren al hospedador en las zonas que tienen más contacto con el suelo, como orejas, cabeza, región interdigital y axilas, aunque pueden parasitar todo el cuerpo. A menudo, el perro afectado no presenta síntomas cutáneos, aunque en animales sensibles a la infestación, esta puede cursar con prurito y el desarrollo de múltiples lesiones granulomatosas.

Sin duda, el factor más relevante en la parasi­tosis por garrapatas es su papel como vectores de múltiples enfermedades como Ehrlichiosis y enfermedad de Lyme. Es importante recordar al propietario que nunca debe retirar una garrapata manualmente, ya que sus fluidos internos son al­tamente infecciosos y susceptibles de transmitir enfermedades a la especie humana. Es preferible emplear siempre un insecticida tópico, previo a la retirada de la garrapata mediante unas pinzas destinadas exclusivamente a este fin.

Existen multitud de productos indicados en el control de las garrapatas, en forma de collar antiparasitario, loción o pipeta spot on, por ejemplo.

Pulgas

Son insectos hematófagos de distribución mun­dial, aunque mucho más abundantes en zonas con clima templado y humedad relativa elevada.

Chenocephalides felis es la pulga que se encuen­tra con más frecuencia tanto en el perro como en el gato. Es habitual encontrar casos de portado­res asintomáticos, donde la pulicosis no produce síntomas. Por el contrario, en los animales sensi­bles los síntomas pueden llegar a ser muy inten­sos, cursando con prurito, alopecia, erosiones y excoriaciones autoinflingidas, principalmente en la región dorsolumbar y base de la cola.

El tratamiento de la pulicosis debe ir encamina­do a controlar a los adultos y sus formas larva­rias según el programa “lucha integrada”, que aúna el tratamiento sobre el animal afectado y el ambiente, ya que una pulga hembra puede poner entre 2.000 y 8.000 huevos durante su ciclo vital, en el entorno del animal afectado.

En el hogar es importante intensificar la limpieza mediante la aspiración, sobre alfombras y ele­mentos textiles, con el fin de eliminar la mayor cantidad de huevos y formas larvarias posible.

Piojos

La pediculosis es una enfermedad cutánea pro­ducida por piojos. Estos insectos pueden ser chupadores, como Linognathus setosus (perro) o mordedores, como Felicola subrostratus (gato).

Los chupadores se alimentan de sangre y pueden llegar a producir anemia en animales muy parasi­tados. Los mordedores, por su parte, se alimentan de detritus cutáneos, y suelen producir descama­ción o seborrea. Ambos son característicos de ani­males que viven en condiciones insalubres, o que se encuentran muy debilitados por enfermedades concomitantes, víricas o parasitarias.

En general, son bastante sensibles a los antipa­rasitarios convencionales, aunque debe identifi­carse la causa predisponente para conseguir su erradicación completa.

Moscas

Algunas de sus especies, como Tabanus o Si­mulium, pueden afectar a la piel del perro o del gato mediante la mordedura de las áreas más prominentes, como la punta de las orejas, pu­diendo llegar a ocasionar necrosis del tejido tras exposiciones repetidas.

Otras especies, en cambio, son capaces de de­positar sus huevos sobre heridas abiertas de animales debilitados o enfermos, dando lugar a miasis o infestación por larvas de mosca.

Principales grupos de ectoparásitos

Extraído de: César L. Yotti Álvarez. Dermatosis parasitarias caninas y felinas. Ateuves nº 32, pp. 28-35

 

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