Existen en el mercado diferentes dietas comerciales para administrar a loros papilleros. La escasez de información científica sobre las necesidades nutricionales de los polluelos tiene como consecuencia una gran disparidad entre los diferentes fabricantes en cuanto a la composición de las papillas. Se recomienda que la fórmula contenga un 18 a 22 % de proteína, 1 % de calcio y un balance calcio-fósforo de 2:1. Es preferible utilizar fórmulas con mayor contenido graso, a menos que se trate de especies con especial predisposición a desarrollar lipidosis hepática.
Las papillas deben preparase según las recomendaciones del fabricante. Para elegir una fórmula comercial de papilla debe tenerse en cuenta la especie y que la cantidad total de preparado que ha a que administrar a lo largo del día no supere el volumen que puede tomar entre todas las tomas (en cada toma se dará el 10 % del peso del animal). Las emulsiones estables, que no se separen en fases, minimizan los problemas de digestión y absorción desigual de nutrientes. Una vez preparadas, el contenido en sólidos de la papilla debe ser aproximadamente del 25-30 %, siendo el otro 70-75 % de contenido agua limpia a 40-41 ºC para conseguir una consistencia final similar a la del yogur.
A la hora de administrar las papillas, cabe tener en cuenta algunas consideraciones:
- Las papillas de los recién nacidos deben ser ligeramente más diluidas. A partir de 1 o 2 días de vida ya se pueden aportar con la consistencia normal.
- Si el criador o cuidador no tiene experiencia alimentando loros, es mejor que pesen los componentes de la mezcla antes de hacerla.
- Papillas demasiado diluidas no aportan la suficiente energía a los polluelos, mientras que las papillas demasiado densas pueden producir retrasos en la motilidad digestiva, deshidratación y problemas derivados de ella.
- Los polluelos no tragarán papillas que no estén lo suficientemente calientes. Administrar las papillas frías puede dar lugar a retención y regurgitación del contenido del buche y derivar en otros trastornos como las neumonías por aspiración. Las papillas demasiado calientes producen quemaduras en el buche.
- Las papillas se preparan inmediatamente antes de administrarse. El agua se debe calentar y posteriormente se mezcla con la fórmula en polvo. Hay que tener en cuenta que calentar papillas ya preparadas en el microondas es una causa frecuente de quemaduras de buche porque produce un calentamiento desigual de la preparación, dando lugar a zonas más templadas y otras con demasiada temperatura.
Técnica, cantidades y frecuencia de alimentación
Normalmente la alimentación se realiza con jeringuillas, aunque también se utilizan cucharas y, de forma excepcional, sondas que permiten depositar la papilla directamente en el buche. Se debe sujetar la cabeza del polluelo con la mano izquierda, guiándola hacia arriba, mientras con la derecha se aproxima la jeringuilla, con cuidado de no raspar ni lesionar con ella. Cuando un polluelo tiene hambre, realiza movimientos rápidos con la cabeza, empujando y moviéndola arriba y abajo. Este movimiento produce el cierre de la glotis y facilita que puedan ingerir grandes cantidades de papilla. La pérdida de este reflejo implica que el polluelo no pueda comer de forma segura sin ser alimentado mediante sonda.
La frecuencia de tomas debe ser mayor cuanto más jóvenes son los polluelos. Cuando los animales tienen entre 1 y 5 días de edad deben ser alimentados entre 6 y 10 veces al día. El número de tomas diarias se irá reduciendo cuando los animales hayan abierto los ojos y se vayan emplumando, en función de la ganancia de peso y del intervalo que precisen para vaciar el buche, hasta alcanzar las 3 tomas diarias. En cada toma
hay que administrar la cantidad de papilla suficiente para llenar el buche y que este siempre se encuentre casi vacío antes de administrar la siguiente. El horario en el que deben aportarse las comidas es entre las 7 de la mañana y las 11 de la noche. No es necesario alimentarlos durante la noche, ya que los padres tampoco lo harían. Durante los periodos entre las tomas de alimentación los polluelos deben encontrarse lo más tranquilos posibles, sin ser molestados. Como se indicaba al principio, la cría de loros papilleros puede acarrear problemas de comportamiento en los animales. Métodos como la alimentación con jeringa y cuchara han demostrado tener menos consecuencias negativas que el uso de sondas en el comportamiento adulto de los animales.
Destete
Aunque algunos polluelos se destetan solos, rechazando la alimentación manual, la mayoría necesitan una transición entre este periodo y la alimentación autónoma. Dicha transición se puede hacer ofreciéndoles desde varias semanas antes del momento previsto semillas cocidas, frutas, hortalizas cocidas (calabaza, zanahoria, batata), pienso y mijo. Una vez que han alcanzado el peso y desarrollo ideales para ser destetados, se comienza reduciendo gradualmente la toma de papilla del mediodía hasta eliminarla.
Cuando se ha conseguido retirar, se repite el proceso de disminución progresiva de cantidad y supresión,
primero con la toma de la mañana y después con la de la noche. Si el animal rechaza la alimentación manual y está comiendo los nuevos alimentos, no se debe forzar la toma. Este es un momento estresante, en el que es normal que los polluelos que tienen buena condición corporal pierdan algo de peso. Sin embargo, en polluelos con baja condición corporal cualquier pérdida se considera negativa. Si se producen
pérdidas graves o se manifiestan enfermedades que hasta entonces habían sido subclínicas, se pospone el destete. La adquisición de loros no destetados requiere la supervisión de personal veterinario.
Extraído de Sonia García Cabrera, GWANA VET, Hospital de animales exóticos veterinarioexoticosmadrid.com. Cuidado de loros papilleros. Ateuves 94, págs. 12-15.