Enfermedades de las tortugas: hipovitaminosis A

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Una de las enfermedades de las tortugas acuáticas y semiacuáticas más habitual en cautividad es la hipovitaminosis A, en particular en ejemplares juveniles. Es menos frecuente en tortugas terrestres, en todo caso tras la hibernación.

El crecimiento rápido de las tortugas jóvenes (a partir de los 6 meses) requiere grandes cantidades de vitamina A que si no es aportada en cantidad suficiente en la dieta desencadena el proceso. Por esta razón se considera una enfermedad de manejo.

¿Cómo de habitual es la hipovitaminosis A en tortugas?
La deficiencia de vitamina A es una enfermedad muy común que afecta a la mayoría de tortugas jóvenes de agua dulce mal alimentadas.
Se observa una inflamación de los párpados que dificulta la apertura normal de los mismos.

Síntomas de la hipovitaminosis A

Principalmente afecta a las glándulas lacrimales (zona posterolateral de los ojos) y nasales cuyo epitelio sufre una hiperqueratosis con descamación y obstrucción de los conductos. La lesión se denomina metaplasia escamosa de las células (aumentan de tamaño). No es una patología únicamente palpebral sino que existe una blefaroconjuntivitis, ya que afecta tanto a los párpados como a la conjuntiva, o incluso a la córnea.

El resultado más frecuente y visible es un edema palpebral (inflamación). Inicialmente se observa una “telilla” blanca sobre el ojo, pero si el proceso se cronifica también aparecen restos celulares blanquecinos debajo del párpado. Como consecuencia se altera la visión, lo que dificulta la localización del alimento y las tortugas se muestran aletargadas. Si no se trata a tiempo, el animal morirá.

Además de la lesión en la zona periorbicular la hipovitaminosis A puede afectar a los epitelios del aparato respiratorio, órganos endocrinos, sistema gastrointestinal y sistema genitourinario. Todo ello predispondrá al animal a sufrir infecciones secundarias. Si las alteraciones son sistémicas no se podrá salvar al ejemplar.

Es imprescindible modificar la dieta de las tortugas que sufren hipovitaminosis A Clic para tuitear

Tratamiento de la deficiencia de vitamina A en tortugas

Para tratar la hipovitaminosis A hay que administrar a los ejemplares afectados vitamina A por vía parenteral, 1.500-2.000 UI/kg, una vez a la semana durante 2-6 semanas dependiendo de la gravedad del cuadro. Otra opción es administrar 11.000 UI/kg de vitamina A en una única dosis.

¡Cuidado! Hay que tener en cuenta que la vitamina A es liposoluble y por lo tanto se acumula y puede resultar tóxica. El tratamiento indiscriminado con dosis elevadas de esta vitamina puede provocar una hipervitaminosis A iatrogénica. Este proceso se reconoce por la aparición de vesículas en la piel, pérdida del epitelio epidérmico y en consecuencia exposición de la dermis con infecciones bacterianas secundarias. Los ejemplares afectados presentan una piel muy frágil y débil que se rompe fácilmente.

Por lo tanto, se recomienda no administrar vitamina A salvo que se haya hecho un diagnóstico correcto de hipovitaminosis A. Además puede resultar necesario aplicar directamente una pomada oftálmica con vitamina A en el interior del ojo. Previamente hay que abrirlo y limpiarlo para facilitar el contacto con la pomada.

Finalmente es imprescindible modificar la dieta para conseguir la recuperación de las tortugas afectadas. Una alimentación exclusiva con gambas (gammarus) va a desencadenar con mucha seguridad una hipovitaminosis, ya que son deficientes en numerosos nutrientes.

Es importante administrar una dieta completa y variada. Se puede proporcionar pienso de tortuga acuática, complementando con alimentos frescos (carne, pescado y verdura) de vez en cuando (hay que tener en cuenta que ensucia mucho el agua). Se recomienda incluir hígado de pescado. Los complementos vitamínicos y minerales, pueden resultar beneficiosos en animales jóvenes, pero siempre tendrá que recomendarlos el veterinario. El aporte de calcio es positivo, pero tiene que estar incluido en la dieta.

Mejorar las condiciones del acuario también ayudará a prevenir la aparición de esta y otras enfermedades.

Hábitat adecuado para tortugas en cautividad
Los acuarios para las tortugas acuáticas y semiacuáticas deben ser lo suficientemente grandes para que un adulto pueda nadar, bucear y explorar.
La longitud del terrario debe ser de un mínimo de cinco veces la distancia máxima del caparazón del adulto. Debe tener tres cuartas partes de agua y una parte de tierra.
Si el acuario no dispone de filtros hay que cambiar el agua semanalmente.

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