Enfermedades producidas por ácaros: las sarnas

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A pesar de que las enfermedades dermatológicas en general tienen etiologías muy diferentes, presentan signos muy similares por lo que es necesario conocerlas bien para aplicar el tratamiento adecuado. Entre ellas destacan las causadas por ácaros que afectan a un buen número de mascotas.

Las enfermedades infecciosas y parasitarias son muy frecuentes en la clínica diaria de pequeños animales. Además existe el peligro de su transmisión tanto entre animales como a las personas (zoono­sis). Es necesario evitar en mayor medida que esto ocurra y, en caso necesario, saber qué instrucciones dar a los propietarios en cuanto al posible contagio y su prevención para no correr riesgos.

En este artículo solo nos centraremos en las dermatosis produ­cidas por ácaros y, para ser más exactos, en las que popularmente se conocen como “sarna”.

Sarna otodéctica

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Figura 1. Ácaro del género Otodectes.

La sarna otodéctica es una enfermedad causada por los ácaros Otodectes cynotis (figura 1). Estos ácaros pueden producir inflamación auricular en perros, gatos y hurones. Viven normalmente en el canal auditivo externo. El prurito es consecuen­cia de su poder irritante y de la reacción inflama­toria que ocasionan con sus picaduras. Es muy común tanto en perros como en gatos jóvenes, y muy contagioso. Es una zoonosis pero es muy raro el contagio a los seres humanos.

El ciclo del parásito se realiza por completo en la mascota que actúa como hospedador; la trans­ferencia se realiza, probablemente, por contacto directo. Los ácaros se alimentan del cerumen y del exudado inflamatorio. Resisten en el medio externo unos 4-5 días (figura 2).

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Figura 2. Gato con otodectes ectópico.

Cuadro clínico. Se presenta con mucho prurito en orejas, cabeza y cuello. Algunos animales apenas tienen signos clínicos. La presentación más clásica es una otitis con cerumen negruzco parecido a posos de café. En raras ocasiones, hay casos generalizados.

Diagnóstico. Se pueden ver con el otoscopio unos puntos blancos. Pero normalmente se diagnosti­can al observarlos, mediante microscopio, en el cerumen ótico depositado sobre un porta con aceite mineral. En casos generalizados es necesa­rio realizar raspados para ponerlos en evidencia.

Tratamiento. Puede ser tópico (directamente en oídos) o sistémico y actualmente hay muchos pro­ductos eficaces. Al ser muy contagioso hay que tra­tar a todos los animales en contacto. Es importante a su vez limpiar las orejas para eliminar los resi­duos. El control ambiental lo podríamos realizar con preparaciones eficaces para las pulgas, aplicán­dolas dos veces con un intervalo de 2-4 semanas.

Sarna sarcóptica

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Figura 3. Ácaros Sarcoptes scabiei.

Es una dermatosis parasitaria altamente contagiosa debido a la presencia y a la proliferación, en la capa córnea del perro, de un ácaro perteneciente a la familia Sarcoptidae, Sarcoptes scabiei var. canis (figura 3). Sarcoptes scabei puede causar sarna sarcóptica en numerosos mamíferos. Es un ácaro excavador. En ocasiones puede afectar a los gatos.

La transmisión se realiza por contacto directo, pero también por contacto indirecto. Puede sobrevivir varias semanas fuera del hospedador por lo que las camas contaminadas o los cepillos, o cualquier utensilio o zona contaminada pueden ser la fuente de la infección.

Signos clínicos. En la forma clásica, los lugares predilectos en los que se ubican los ácaros son orejas, hocico, codos y rodillas. Se observa eri­tema con pápulas-costras y alopecia. Existen otras presentaciones como la “forma noruega”, localizadas o juveniles. Se trata de una enferme­dad muy pruriginosa (figura 4).

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Figura 4. Alopecia y eritema en un perro con sarna sarcóptica (izq.); eritema en un cachorro con sarna sarcóptica.

Diagnóstico. Nos puede ayudar el reflejo otopo­dal que es positivo en el 90 % de los casos. Es un reflejo que se desencadena al frotar levemente las orejas, tras lo cual los animales mueven las patas para rascarse. Es difícil encontrar los ácaros y por eso es muy importante realizar numerosos raspados superficiales. Existen análisis de sangre que pueden ayudar en el diagnóstico (serología ELISA para detectar anticuerpos frente a S. scabiei, pero solo se detectan anticuerpos al cabo de como mínimo cinco semanas tras la infección). Muy frecuentemente obtenemos el diagnóstico con un ensayo terapéutico, es decir instauramos el tratamiento para la sarna sarcóptica y espera­mos ver cómo responde el animal. El pronóstico es muy bueno.

Tratamiento. Puede ser tópico o sistémico. Hay que tratar todos los animales en contacto. Al ser un proceso altamente contagioso, se aconseja ais­lar a los animales infectados.

Sarna notoédrica

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Figura 5. Ácaro Notoedres cati.

Es la sarna producida por el ácaro Notoedres cati (figura 5) muy similar al Sarcoptes scabei. Afecta a los gatos principalmente pero también ocasionalmente pueden infectarse zorros, perros y conejos. Es muy rara en la península Ibérica. Se trata de una zoonosis y en humanos puede ocasionar una leve dermatitis. Se transmite por contacto directo e indirecto. Los animales más susceptibles son los jóvenes y debilitados.

Signos clínicos. Alopecia y eritema en las orejas y la cara, con costras amarillas-grisáceas. El prurito puede ser de moderado a muy intenso (figura 6).

Diagnóstico. Mediante raspados, pero a diferen­cia de Sarcoptes scabiei, son fáciles de encontrar. En caso de duda también se puede diagnosticar por ensayo terapéutico.

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Figura 6. Alopecia y descamación en
un gato con Notoedres.

Tratamiento. Puede ser tanto tópico como sis­témico. Los animales que no se tratan pueden incluso debilitarse y morir. Es altamente conta­giosa y hay que tratar a todos los animales en contacto y también el ambiente. El tratamiento ambiental adecuado incluye permetrinas, o pire­trinas-metopreno.

Extraído de Amparo Ortúñez y Maite Verde, Enfermedades parasitarias en Dermatología, Ateuves 62, págs. 24-28.

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