A pesar de ser un animal muy común en los hogares, muchos propietarios aún no conocen con claridad sus necesidades alimenticias ni comportamentales. Este desconocimiento puede poner en peligro su salud y bienestar.
En el día a día de la clínica veterinaria cada vez es más frecuente la visita de conejos ya que se han convertido en una mascota muy popular. Sin embargo, muchos propietarios aún no conocen con claridad sus necesidades, ya sea porque es su primer conejo o porque en el lugar donde los han comprado no les han dado unas correctas pautas de alimentación, higiene y cuidados básicos necesarios para que tenga una salud óptima.
El desconocimiento de su cuidado puede derivar en patologías que pongan en riesgo su vida. Una de las más frecuentes es el estasis digestivo o parada gastrointestinal debido a una dieta errónea o presencia de tricobezoares (frecuentes en razas con mucho pelo como puede ser la Angora) aunque también puede ser derivado de situaciones de estrés o de dolor.
¿Cómo ayudar a los propietarios a detectar una parada o estasis intestinal en casa?
Una de las indicaciones será que el animal deje de defecar con normalidad (figura 1). Sus heces son más pequeñas, más duras o más secas de lo normal. En otras ocasiones pueden presentar mucosidad.
También es común que presenten anorexia o hiporexia, que el animal rechine los dientes o que se encuentre aletargado o sin tanta energía como de costumbre. Al detectar estos síntomas habría que acudir al veterinario (importante que sea especializado en especies exóticas) para realizarle las pruebas que requiere. Cuando llamen a la clínica hay que recordarles también que lleven como muestra las últimas deposiciones del animal para realizar un análisis coprológico, ya que muchas veces la aparición de parásitos internos puede agravar la situación. También se podrá valorar si existe una gran cantidad de pelo en las heces, y dará a nuestro compañero veterinario pistas en cuanto al diagnóstico.
Al llegar al centro, el veterinario hará una anamnesis y una exploración completa del animal, lo que en la mayoría de los casos requerirá de pruebas complementarias como son los estudios radiológicos o análisis de sangre.
La importancia de los estudios radiológicos en un conejo
Una vez realizada la exploración física, podremos realizarle un radiografía para valorar el estado de su sistema gastrointestinal. Cuando el animal deja de comer y beber, el contenido de los intestinos se deshidrata y se compacta, esto produce mucho gas y constituye otro motivo de urgencia para que el conejo se quede hospitalizado y así poder resolver la impactación cuanto antes. Con la radiografía también podremos descartar que el animal haya ingerido algún cuerpo extraño o la presencia de tumores.
La mayoría de los conejos ocupan el espacio justo de un chasis, por lo que podemos aprovechar para detectar cálculos urinarios, frecuentes en esta especie y que podrían ser también una de las causas por las que el animal ha dejado de comer, ya que su aparición implica dolor.
Hora de hospitalizar
Una vez el veterinario haya evaluado al animal, y ayudándose de las pruebas diagnósticas, en la mayoría de los casos se recomienda al propietario la hospitalización para garantizar una completa recuperación y supervivencia.
La hospitalización de estos animales consiste en tratamiento médico intensivo y rehidratación de forma oral e intravenosa para que ese contenido se ablande y comience a expulsarse. En ocasiones, si no se obtiene una mejoría, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.
Durante la estancia
Para evaluar su paso durante la estancia en la clínica/hospital podemos usar la regla ABCDE que consiste en evaluar:
- A. Debemos comprobar que el animal poco a poco se encuentra mejor, que no tenga dolor, que se encuentre más activo.
- B. Un signo de que nuestro paciente se encuentra mejor es que se acicale él mismo y se intente limpiar después de cada toma de papilla.
- C. Apuntar en nuestra hoja de hospitalización la cantidad que nuestro paciente come, tanto si come por sí solo o si por lo contrario tenemos que darle alimentación forzada con jeringa o sonda nasogástrica.
- D. Controlar la cantidad y la forma de las heces. También es importante controlar que el animal orine con normalidad.
- E. Comprobar que nuestro paciente tenga las constantes vitales estables, controlar la frecuencia
cardiaca, la frecuencia respiratoria, la temperatura y la tensión arterial.
En la hospitalización de exóticos, sobre todo en los de pequeño tamaño, es importante tener en cuenta las variaciones de peso, por lo que siempre es recomendable pesar a nuestro paciente una o dos veces al día.
También debemos revisar el estado de la vía para administrar la fluidoterapia y la medicación intravenosa. La vía la colocaremos en la vena cefálica o en la vena marginal de la oreja, aunque esta la dejaremos como última opción ya que puede tener riesgo de necrosis. Muchas veces, sin que nos demos cuenta, el animal morderá el sistema de infusión. Para evitarlo podemos usar cable de teléfono para cubrirlo y así asegurarnos de su correcto funcionamiento.
Una vez se da el alta al paciente, podemos ser nosotros, que hemos tratado al animal durante la hospitalización, los que nos pongamos en contacto con su propietario. De este modo nos aseguraremos de que durante los días posteriores al alta todo ha ido bien y no han surgido complicaciones, y se lo comunicaremos a nuestro compañero veterinario. No debemos olvidar anotarlo todo en el historial del animal para tenerlo en cuenta en futuras visitas.
Preparación del box
En la hospitalización debemos tener en cuenta el tipo de patología por la que el animal está ingresado. En este caso deberemos proporcionar al animal un entorno tranquilo (figura 2) y alejado de otros animales carnívoros, recordemos que son animales presa por naturaleza. Lo ideal sería tener la hospitalización de exóticos herbívoros separada de la de los carnívoros.
En el box podemos proporcionarles un refugio para que se sientan a salvo, ya que estarán en un lugar desconocido y minimizar el estrés ayudará a su recuperación. Podemos optar por ponerles dos tipos de bebederos, uno de biberón (muchos conejos están acostumbrados a este tipo) y otro de cuenco (preferiblemente de cerámica para que pese más y no puedan volcarlo, mojarse y que disminuya su temperatura) ya que les será más cómodo y podrán beber la cantidad que deseen sin esforzarse. De este modo garantizamos la ingestión de agua.
También deberemos proporcionarle un esquinero con el sustrato que usen en casa para que les sea más familiar la textura y así ayudarles a que se sientan más cómodos a la hora de defecar. Si durante la estancia vemos que se sienten mejor y las instalaciones de nuestra clínica lo permiten, podemos optar por dejarles en un corral o en una habitación con un refugio para que puedan tener más movimiento; esto también favorecerá a la motilidad intestinal.