En este artículo te ofrecemos las claves para conseguir que la necesidad de que el propietario administre un tratamiento a su mascota no suponga una barrera para lograr la recuperación del paciente.
¿Qué es el cumplimiento farmacoterapéutico en medicina veterinaria?
El cumplimiento farmacológico se define como el grado en el cual los propietarios de mascotas siguen las instrucciones de los tratamientos prescritos por los veterinarios, es decir, si administran medicación correcta, a la dosis y pauta prescrita y durante tiempo indicado. Para conseguirlo, la comunicación debe ser clara y entendible y el dueño de la mascota debe comprender la recomendación, estar de acuerdo con ella y aceptar todas las indicaciones.
Estrategias para mejorar el cumplimiento
Existen una serie de estrategias para conseguir un buen cumplimiento. Ninguna de ellas es mejor que otra, y parece demostrado que combinarlas es más eficaz que centrarse en una sola.
1. Estrategias técnicas
a. Desarrollo de habilidades de comunicación
La relación con los pacientes es una fuente común de conflictos y el origen del incumplimiento con frecuencia. Por ello, la relación con el propietario debe basarse en toma de decisiones compartidas, respetando sus intereses, con una comunicación interpersonal hábil, empática, clara y directa. El cliente espera de los que cuidan de su mascota lo mismo que de su médico: respeto, cortesía, honestidad, información completa y, por qué no, un alto nivel de cuidado veterinario. Pero además esperan que expresen preocupación por sus mascotas. Por tanto, es importante que todo el personal de la clínica desarrolle habilidades comunicativas.
b. Certeza en el diagnóstico y en la eficacia del tratamiento
Las expectativas de curación que veterinario y ATV transmiten al propietario del animal y la confianza en los resultados del tratamiento facilitarán su administración.
c. Simplificación de la pauta
Una vez elegido el tratamiento más efectivo, el veterinario debe optar por aquella vía de administración y dosis más cómoda para el propietario y para el animal, adaptada a la vida del propietario. Reducir el número de fármacos y tomas o simplificar las pautas sin perder efectividad favorecerá el cumplimiento. Además, siempre que sea posible, se prescribirá una medicación específica veterinaria, puesto que se fabrica con sabores agradables, con formas y tamaños más adecuados para la especie de destino e incluso con aplicadores específicos.
d. Técnicas de administración adecuadas
Conocer y dominar la técnica de administración de un medicamento facilita el cumplimiento del tratamiento. Por lo tanto, proporcionar consejos al propietario sobre la forma correcta de hacerlo es obligación del veterinario e incrementa la probabilidad de que el tratamiento se administre correctamente y por lo tanto sea efectivo. Esto, a la vez, contribuye a reforzar el vínculo con el cliente, ya que este percibe la implicación del veterinario más allá de la simple receta del medicamento. El veterinario debe trasladar al cliente una serie de consejos con relación a las técnicas de administración de fármacos en función de la vía de administración y de la forma farmacéutica del medicamento. La mejor forma suele ser enseñar al propietario a hacerlo.
La actitud del encargado de administrar la medicación es importante, por ello, en la administración de cualquier medicamento se debe actuar con seguridad. Si el animal no está acostumbrado a recibir medicación es aconsejable que el propietario se tome un tiempo para estar con él antes y después de la administración, para asociar el momento de la toma al juego y a momentos divertidos. Igualmente, después de la administración es conveniente premiar al paciente con palabras, caricias y juguetes o comidas de su gusto. En muchos animales el estrés de la inmovilización en ese momento puede ser peor que el hecho en sí de tomar la medicación. Es probable que el propietario necesite entrenamiento para conseguir una inmovilización corta y efectiva.
Las características del paciente, la vía de administración y la forma farmacéutica del medicamento influyen sin duda en el éxito de la administración. El veterinario y el ATV, que conocen al animal, las peculiaridades de cada medicamento y los trucos para su administración, pueden ayudar a conseguir el éxito en el proceso.
Medicación oral
La medicación oral es una de las formas más habituales. El veterinario debe aconsejar la mejor estrategia en función del paciente y del medicamento, para evitar así administraciones incorrectas por parte del dueño. Estas estrategias pueden ir desde la ingestión voluntaria en pacientes de buen carácter hasta forzar la ingestión, pasando por el camuflaje de la medicación con alimento. Ofrecer siempre un premio al final creará una buena asociación.
Colirios y gotas óticas
Los colirios y gotas óticas presentan una administración compleja que puede requerir dos personas. Lo ideal es intentarlo uno solo, con el animal sentado y colocándose detrás sujetándolo entre las piernas suavemente. Elevando suavemente su cabeza, usaremos una mano para abrir el ojo mientras se sujeta el envase con la otra. Las pomadas oftálmicas pueden administrarse directamente con el tubo, pero no deben rozar el ojo para evitar lesionar la córnea o la contaminar el tubo. Por ello, especialmente en animales inquietos, es más aconsejable depositar una cantidad de pomada del tamaño de un grano de arroz en el dedo limpio o con un guante e introducir la pomada en el ojo bajando especialmente el párpado inferior.
Enemas y medicamentos inhalados
Los enemas y medicamentos inhalados requieren, también, que el veterinario y el ATV proporcionen toda la información sobre los dispositivos necesarios y su forma de aplicación, ya que suele ser compleja. El empleo de la fuerza suele ser contraproducente y será necesario acostumbrar al animal progresivamente a base de recompensas.
Medicación inyectada
La medicación inyectable intramuscular no debe ser administrada por el propietario de la mascota, puesto que es una técnica que requiere de los conocimientos que posee el veterinario o el ATV. Por tanto, dejar esta responsabilidad en manos de alguien sin esa formación no favorece ni al prestigio de la profesión ni al paciente. Sin embargo, la vía subcutánea es la de elección para tratamientos crónicos como la diabetes y, por tanto, en este caso, es especialmente imprescindible que el veterinario instruya al dueño en esta forma de administración.
Medicación tópica cutánea
Finalmente, la medicación tópica cutánea consiste en la aplicación de pomadas, ungüentos o antisépticos tópicos sobre la piel del animal. Debido a que puede resultarle molesto, presenta la dificultad de que el paciente intentará retirarlos mediante el rascado, el lamido o frotándose contra otra superficie (suelo, paredes). Si las vendas o bodis adaptados no son suficientes para proteger el producto, hay que recurrir a medidas coercitivas más potentes como la colocación de una gorguera o collar isabelino, bozales o collares cervicales rígidos.
e. Proporcionar analgesia y tratamiento sintomático
Un animal dolorido o incómodo será más reacio al manejo. El veterinario debe combinar el tratamiento etiológico con la aplicación de un tratamiento sintomático o higiénico-dietético que alivie los signos clínicos mientras avanza el proceso de curación. Esto repercute no solo en el paciente, sino en la confianza que el propietario desarrolla tanto en el veterinario como en la pauta terapéutica, lo que aumenta la probabilidad de un correcto cumplimiento.
f. Control y seguimiento
El control periódico de la enfermedad permite al veterinario valorar la correcta administración del tratamiento y corregir las dudas que surjan.
2. Estrategias educativas
El veterinario y el ATV deben proporcionar educación sanitaria al propietario, haciéndole entender que la salud de la mascota es una responsabilidad compartida entre ambas partes. Una dispensación informada del medicamento puede proporcionar el conocimiento necesario para lograr un buen cumplimiento y cambiar la actitud del cliente ante posibles objeciones a la medicación. Informar al propietario sobre la patología que padece su mascota le hará entender el riesgo real, comprender mejor las recomendaciones ofrecidas respecto al tratamiento y las repercusiones del incumplimiento. La implicación del cliente se basará en la comunicación, educación y motivación que tenga o que consiga por parte de su veterinario y ATV. Este tipo de educación sanitaria no solo se debe transmitir a los propietarios de forma individual, sino que también mediante charlas grupales periódicas, carteles, folletos visibles en la clínica o mediante publicaciones divulgativas en medios de comunicación.
3. Estrategias conductuales
Son los procedimientos y técnicas de conducta que facilitan al propietario una mejora del cumplimiento. Entre ellos tenemos los sistemas de dosificación o pastilleros que permiten organizar toda la medicación durante un tiempo concreto y los sistemas de recuerdo de la pauta como: las hojas de medicación, las fichas calendario de cumplimiento, las aplicaciones para móviles o pastilleros virtuales, las alarmas horarias y el aviso desde la clínica. Todos estos sistemas permiten adoptar una conducta adecuada con relación al cumplimiento, ya que consiguen recordar información de interés para la toma correcta de la medicación.
4. Tratamientos con observación directa
Esta técnica consiste en asegurar el cumplimiento mediante la intervención directa del veterinario o del ATV en la toma de la medicación. El veterinario debe ofrecer esta técnica cuando el propietario es incapaz de administrar la medicación o necesita ayuda para ello y ante clientes que avisan de antemano que van a ser incapaces de cumplir el régimen propuesto. Disponer de un servicio de ATV con la asignación de esta tarea de administración de medicación, con un horario amplio y coste óptimo puede ser de elección para fomentar el cumplimiento.