La higiene dental en casa puede ayudar a evitar los problemas dentales, pero a veces
no es suficiente y se desarrollan enfermedades que hay que tratar con rapidez.
La Odontología Veterinaria es una especialidad que se dedica al estudio y tratamiento de los dientes y las estructuras anexas y que en los últimos años ha ido adquiriendo una gran relevancia. Cada vez son más numerosos los pacientes a los que se les diagnostica alguna enfermedad bucodental y están afectados más del 80 % de los gatos mayores de 4 años.
La cavidad oral
La cavidad oral constituye el inicio del aparato digestivo. Está formada por un conjunto de estructuras cuyas funciones son las de prensión, masticación y deglución; también participa en las vocalizaciones y posibilita el intercambio de aire con los pulmones. Alberga el sentido del gusto y sirve al animal para manifestar sus comportamientos de ataque o defensa.
Anatomía dental
En la figura 1 se puede ver un esquema de la anatomía del diente.
- Esmalte: es el tejido mineralizado más duro del organismo. Es de color blanco y recubre externamente la corona. Tiene un grosor de 0,2 mm. Carece de vascularización e inervación y no tiene capacidad reparativa. Su función es la de proteger el diente del desgaste.
- Dentina: constituye la mayor parte del diente. Está menos calcificada que el esmalte y se encuentra en la parte interna. Se caracteriza por ser porosa, con gran cantidad de túbulos (40.000 túbulos por mm²) que comunican la pulpa y las uniones dentina-esmalte y dentina-cemento. Se deposita durante toda la vida del animal.
- Cemento: es la capa que recubre la dentina de la raíz y que sirve de inserción para el ligamento periodontal. Se trata de un tejido sin vascularización ni inervación, menos calcificado que la dentina o el esmalte. Se deposita durante toda la vida del animal.
- Pulpa dentaria: es un tejido de consistencia gelatinosa que se encuentra en la parte central de los dientes (cavidad pulpar). Es la responsable de la vitalidad del diente. Está ricamente vascularizada e inervada.
- Ligamento periodontal: es un tejido conjuntivo formado por fibras de colágeno que anclan el diente al hueso alveolar y, además, amortigua los microtraumatismos que se derivan de la masticación.
- Hueso alveolar: está formado por los bordes del hueso maxilar y mandibular que tienen la función de soportar los dientes anclando sus raíces en unas depresiones denominadas alvéolos.
- Encía: es un tejido fibromucoso de consistencia firme y de color rosa, aunque puede estar pigmentada, que reviste el maxilar y la mandíbula y protege a los dientes.
¿Cómo se explora la cavidad oral?
Tras la realización de una anamnesis completa y la recogida de aspectos tales como los hábitos alimenticios, patologías anteriores y métodos de prevención de la enfermedad oral procederemos a la exploración. Se basa principalmente en la observación, por lo que hay que comprobar la posible existencia de asimetría facial, secreción nasal, exceso de salivación, así como la manifestación de dolor a la palpación.
Toda la información recabada se irá anotando en el odontograma o carta dental. En él se incluirá la reseña del animal, las vacunaciones, las desparasitaciones y la representación gráfica de la dentición para apuntar las alteraciones que se encuentran en cada diente.
Este examen es limitado y se deberá sedar al animal para realizar una exploración más exhaustiva y sistemática con un orden establecido en el que se examinará cada diente de forma individual.
Instrumental
Para la exploración necesitaremos un instrumental dental específico que consta de:
- Espejo bucal: nos permite visualizar las superficies lingual y palatina (figura 2).
- Sonda periodontal: es un instrumento graduado que se utiliza para medir la profundidad del surco gingival.
- Explorador dental: tiene un extremo muy afilado y se utiliza para determinar defectos del esmalte.
A medida que vayamos explorando la cavidad oral rellenaremos el odontograma.
En la mayoría de las ocasiones será necesario completar la exploración mediante la realización de radiografías intraorales que permitan observar todas aquellas estructuras dentales que quedan ocultas a simple vista. Son imprescindibles en enfermedades resortivas, lesiones traumáticas en las que debemos evaluar el estado de la pulpa o en neoplasias orales para observar la posible afección ósea, entre otras.
Extraído de Rosa Prades Martí y Ana Whyte Orozco, Enfermedades más frecuentes de la cavidad oral del gato, Ateuves 82, págs. 16-21.
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