Además del tratamiento con fármacos y fluidos, en la enfermedad renal, la nutrición desempeña un papel muy importante. Es aquí donde el papel de los auxiliares es más relevante, ya que con los conocimientos adecuados, pueden establecer una cooperación con el trabajo del veterinario en recepción, y colaborar en la transmisión de información al cliente y conseguir un mejor cumplimiento de la dieta renal mediante seguimiento telefónico.
El tratamiento dietético consiste en restringir el contenido en proteínas, fósforo y sodio, y en proporcionar cantidades suficientes de calorías, vitaminas y minerales. En el caso del gato, es además muy importante darle un pienso suplementado con potasio, ya que se ha observado una carencia de este electrolito en gatos con insuficiencia renal crónica.
Contenido en proteínas
Para cubrir las necesidades energéticas e impedir el catabolismo de las proteínas endógenas, es útil el empleo de lípidos como fuente de energía, ya que proporcionan alrededor del doble de calorías que los carbohidratos por gramo consumido (aumentan la densidad energética del alimento, permiten reducir el volumen de la ración y, por tanto, reducir el riesgo de náuseas y vómitos) y mejoran la palatabilidad y la aceptación por parte del animal de dicho alimento.
Para disminuir la formación de productos de desecho nitrogenados, es necesaria una dieta que contenga una cantidad reducida de proteínas de alta calidad y de calorías no proteicas adecuadas. Deben utilizarse fuentes de proteínas de alta calidad en la formulación de estas dietas para minimizar los riesgos de carencia de aminoácidos esenciales y, si fuera necesario, se puede suplementar con aminoácidos puros.
Concentración de fósforo
Con las dietas renales pretendemos normalizar la concentración de fósforo en la sangre, lo cual puede alcanzarse limitando el consumo de fosfatos de la dieta y, en fases muy avanzadas, puede ser útil el empleo de quelantes intestinales de fósforo para reducir la biodisponibilidad del fósforo alimentario. Aunque se desconoce el mecanismo por el cual la restricción de fosfatos hace más lento el avance de la insuficiencia renal, se cree que esa disminución de la retención de fosfato reduce la mineralización de los tejidos blandos o previene del hipertiroidismo secundario.
Vitaminas
Las vitaminas hidrosolubles son excretadas en la orina y puede haber carencia de ellas debido a la poliuria asociada con la insuficiencia renal crónica. Es por esto que las dietas renales deben tener un contenido adecuado de estas vitaminas.
Acidosis metabólica y daño oxidativo
Para evitar la acidosis metabólica puede ser interesante suplementar la dieta con agentes alcalinizantes como el bicarbonato sódico, el carbonato cálcico o el citrato potásico.
Se cree que el daño oxidativo de los radicales libres representa un papel importante en la progresión de insuficiencia renal crónica. La vitamina E, vitamina C, la taurina, los carotenoides y los flavanoles son antioxidantes eficaces para atrapar los radicales libres.
Ácidos grasos omega-3
Los altos niveles de ácidos grasos omega-3 en la dieta parecen mejorar la tasa de filtración glomerular a largo plazo.
Fibra
La fibra es de reciente incorporación en el tratamiento nutricional de la insuficiencia renal. La fibra aumenta la motilidad del tracto gastrointestinal, disminuyendo el tiempo de tránsito del contenido fecal en el colon. De esta manera mejora la calidad de la microbiota intestinal y hace que la absorción de nutrientes sea más efectiva. Además, la microbiota intestinal consume urea, por lo que disminuye la cantidad acumulada en sangre que provoca la toxicidad.
Conclusión
La insuficiencia renal es una enfermedad muy grave, que puede llegar a ser mortal y que necesita una combinación de tratamientos, muchas veces de por vida. Aunque todos los tipos de tratamiento para esta enfermedad son importantes, está demostrado que la dieta renal aumenta la calidad y la esperanza de vida. Para informar al cliente sobre la dieta renal y favorecer su cumplimiento, el papel del auxiliar es muy importante y puede ser una gran ayuda al trabajo del veterinario.
Extraído de Alfredo Molina Leiva, La dieta en la insuficiencia renal, Ateuves 88, págs. 14-17.