La lipidosis hepática, conocida comúnmente como hígado graso, es una enfermedad muy grave que afecta principalmente a gatos obesos de mediana edad. Por lo general, aparece durante periodos de anorexia relacionados con cualquier enfermedad aunque también se produce cuando el animal come menos debido a una situación de estrés: cambio de estilo de vida, cambio a una dieta que el animal no acepta, etc.
Signos clínicos
Los gatos afectados muestran una anorexia prolongada, a menudo de varias semanas de duración. También presentan vómitos, diarrea y estreñimiento y los ojos pueden adquirir un color amarillento
debido a la ictericia. Se produce una pérdida de masa muscular y la cabeza y el cuello están flexionados
hacia abajo.
Tratamiento
El tratamiento principal es dietético.
- Cambios en la dieta: el gato necesitará apoyo nutricional durante varias semanas. Si no está dispuesto a comer una cantidad suficiente de alimento por sí solo, se tendrá que forzar su alimentación colocando la comida en un lugar en su boca donde se vea obligado a tragar, o bien mediante una jeringa o tubo que se coloca en el esófago. Esta situación se debe mantener hasta que el gato sea completamente capaz de comer por sí solo.
- Fluidoterapia: muchos gatos con lipidosis están deshidratados y si sufren vómitos es posible que el nivel de potasio en sangre haya descendido y necesite ser repuesto.
- Suplementos vitamínicos: como resultado de un largo periodo de anorexia el gato puede tener una deficiencia en ciertas vitaminas por lo que el veterinario determinará la necesidad de ofrecerle un suplemento.
- Medicación: debido al estrés, los gatos pueden estar inmunodeprimidos por lo que el veterinario puede recomendar a modo preventivo, el uso de antibióticos. Otros fármacos servirán para proteger el estómago y el intestino, así como para reducir los vómitos.
¿Se puede prevenir?
Los propietarios tienen un papel fundamental en la prevención de la lipidosis. Tienen que mantener al animal en una buena condición corporal dándole una alimentación equilibrada y variada. También hay que observar su comportamiento alimenticio y si pierde el apetito durante dos o tres días deben acudir inmediatamente al veterinario. Por lo que se refiere a la lipidosis cuanto antes se consiga el diagnóstico
más posibilidades tendrá el animal de superar esta patología.
¿Qué pasa en el hígado?
Cuando un organismo deja de comer el cuerpo moviliza las reservas de grasa hacia el hígado para convertirlas en lipoproteínas y así obtener energía. El gato no tiene la capacidad de transformar grandes cantidades de grasa por lo que frente a una situación de ayuno, la grasa que llega al hígado no se procesa de forma adecuada lo que da lugar a un órgano no funcional. A medida que se acumula la grasa en el hígado este se vuelve de color amarillo y como no procesa adecuadamente los glóbulos rojos, el pigmento amarillo que forma parte de dichos glóbulos se libera al torrente sanguíneo y hace que los ojos del gato
adquieran también un color amarillento. Si no se trata con rapidez, el proceso se puede complicar y llevar a la muerte del paciente.