La nutrición en animales geriátricos

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El envejecimiento es un proceso natural al que los animales deben llegar en las mejores condiciones posibles. Para ello puede ser necesario un cambio en la alimentación que se ajuste a las necesidades de esa nueva etapa.

Hoy en día la mayoría de los propietarios buscan una vida larga y saludable para sus mascotas. Como consecuencia de esto, el promedio de vida de los perros ha aumentado de forma gradual. Las causas que han provocado este cambio son, sobre todo:

  • Aumento de las visitas al veterinario.
  • Entornos domésticos más seguros y confortables.
  • Mejoría de la nutrición, cada vez más ajus­tada a cada etapa de la vida.

Todo esto conlleva, como hemos dicho, que tengamos en nuestra clínica animales de edades cada vez más avanzadas, y es nuestro deber, como veterinarios y auxiliares, informar de los cambios que el animal sufrirá y cómo adaptarse a ellos.

Tenemos que recomendar la realización de chequeos periódicos (cada 6 meses sería lo ideal) para poder diagnosticar de manera temprana las patologías relacionadas con el envejecimiento, y así tratarlas de manera más efectiva. En este punto la nutrición va a jugar un papel clave, ya que nos va a ayudar a prevenir su aparición y a su tratamiento.

¿Cuándo se considera a un animal “mayor”?

No podemos calcular exactamente cuándo un perro se convierte en un animal geriátrico, pues no solo depende de la raza o el tamaño; la genética y los cuidados recibidos a lo largo de su vida también son determinantes. Algunos estudios (Milgram y col.) sobre el envejecimiento en perros de la raza Beagle, han demostrado que ya se detectan deficiencias en la memoria y el aprendizaje a los 6 o 7 años, y patología cere­bral a partir de los 12 años de edad en esta raza. En general, podría decirse que un perro entra en su etapa sénior durante el último 25 % de la esperanza de vida calculada para su raza.

Cambios asociados a la edad

Los más habituales son:

  • Cambios en la composición del organismo. Se produce una reducción de tejido fibroso (músculo) y un aumento del porcentaje de grasa; esto es consecuencia de la disminución de la actividad física en nuestras mascotas, lo que provoca un aumento de peso en ellas.
  • Deterioro del tejido cartilaginoso y óseo (artrosis). Se produce una disminución de la masa ósea, que unido (en algunos casos) al sobrepeso, hace que les cueste más moverse y hasta que les resulte doloroso. En ocasiones incluso se puede ver reducido el apetito en estos animales.
  • Pérdida de la elasticidad de la piel. Se vuelve más gruesa y se muestra hiperpigmentada (figuras 1 y 2); aumenta el olor corporal y la incidencia de tumores cutáneos.
  • Se producen alteraciones en el aparato digestivo. En la cavidad oral se pueden observar procesos tales como aumento de la placa bacteriana, pérdida o rotura dental (figuras 3 y 4) y también se observa una predisposición al estreñimiento debido al descenso de la motili­dad del colon.
  • Disminución del rendimiento cardiaco hasta en un 30 % entre la etapa media de la vida y la vejez.
  • Aparecen pérdidas sensoriales, en la visión, el oído y el gusto. También se observa pérdida del estado de alerta.
  • Es frecuente observar cambios conductuales en el animal; lo más frecuente es un aumento de agresividad/recelo por la presencia de dolor (en animales artrósicos, con neoplasias, etc.).
  • Pueden presentar cambios cognitivos, como desorientación, confusión, cambios en el ciclo sueño-vigilia, falta de memoria o cambios de personalidad.

Todos estos cambios generan unas necesidades nutricionales que antes no existían en el animal adulto.

Cambios en la alimentación

Fuentes energéticas

La nutrición en animales geriátricos

Figuras 1 y 2. Procesos de hiperpigmentación asociados con la edad.

En los perros sénior, debido a la reducción de la tasa metabólica y de la actividad física, se produce un descenso del requerimiento energético, es por ello que las necesidades energéticas son cada vez menores.

Es menos conocido que la limitación del consumo calórico puede frenar la velocidad del declive cognitivo en perros de edad avanzada. La teoría más probable es que la reducción calórica pueda atenuar el daño oxidativo en el cerebro.

Sea cual sea la causa, es sensato recomendar a los propietarios de perros geriátricos que con­trolen el consumo calórico del animal; para ello deben proporcionar siempre una cantidad adecuada de nutrientes y al mismo tiempo prevenir el desarrollo de obesidad.

Proteínas

Realmente no existe ninguna evidencia de que los perros de edad avanzada necesiten una mayor o menor cantidad de proteína que los animales más jóvenes, pero debe mantenerse un aporte mínimo proteico para conservar la masa corporal.

Es importante que reciban niveles adecuados de proteínas de alta calidad, que deben tener un alto valor biológico y ser altamente digestibles.

Grasas

Se postula que se produce un aumento de grasa corporal con la edad porque el organismo, poco a poco va perdiendo la capacidad de metabolizar los lípidos; por ello es recomendable la disminución de la cantidad de grasa en la dieta, sobre todo para evitar la aparición de sobrepeso.

El sobrepeso en las mascotas puede provocar el empeoramiento de patologías relacionadas con la edad (problemas artrósicos, cardiovasculares, etc.).

Triglicéridos de cadena media (TCM)
Los resultados de un estudio reciente (Yuanlong Pan y col.), mostraron que la suplementación a largo plazo con triglicéridos de cadena media (TCM), (grasas con 8-12 átomos de carbono que se encuentran en aceites vegetales como el de coco) mejoran la capacidad cognitiva de perros de edad avanzada, ya que estos presentan un uso reducido de la glucosa por parte de las neuronas. Los TCM les proporcionan una fuente alternativa de energía, justo cuando el aporte y utilización de la glucosa se ven mermados.

Vitaminas

Las vitaminas A y E son importantes pues pro­tegen la piel, las mucosas y sirven como protec­ción de crecimientos oncológicos.

Las dietas ricas en antioxidantes ayudan a frenar el deterioro cognitivo animal, ya que inhiben los daños provocados por la acumulación de radicales libres en el cerebro.

Por otro lado, las vitaminas hidrosolubles, el complejo B y la biotina son importantes y pueden incrementarse para mantener la salud de la piel y del pelo.

Minerales

Hay que mantener los niveles de minerales controlados y evitar excesos de fósforo, pues contri­buye a la progresión de enfermedades renales.

Fibra

Más fibra en su alimentación ayudará a controlar el peso y mejorar su tendencia al estreñimiento.

Otras consideraciones

La nutrición en animales geriátricos

Figuras 3 y 4. Alteraciones en la cavidad oral.

Cambios comportamentales hacia el alimento

No solo tenemos que realizar una adaptación nutricional del animal, sino que vamos a tener que modificar los hábitos alimenticios.

Muchos de los cambios generados por el avance de la edad conducen a que las mascotas puedan manifestar cambios conductuales hacia el alimento. Así, los animales que tengan alteraciones de gusto y olfato pueden manifestar rechazo hacia su alimento, las mascotas con problemas en la cavidad oral (enfermedad periodontal, pérdida dental) pueden tener problemas de disfagia con determinadas presentaciones o en los animales con disfunción cognitiva leve pueden darse casos de voracidad o anorexia.

Algunos de los cambios que se recomiendan realizar en esta etapa son:

  • Dar alimento varias veces al día.
  • Adaptar la presentación del alimento a la mascota (sabor, consistencia, olor) sin provocar un detrimento nutricional.
  • Realizar un control del consumo de alimento (cantidad, control de la aprehensión, etc.).

Aparición de enfermedades

Todo lo anteriormente mencionado es común para todos los animales geriátricos. Sin embargo, hay que recordar que al llegar a edades más avanzadas nuestros compañeros pue­den sufrir dolencias que les hagan necesitar otro tipo de aporte nutricional, como:

  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Enfermedad renal.
  • Enfermedad hepática.
  • Procesos tumorales.
  • Diabetes.
  • Cushing.

Obviamente en estos casos será el veterinario el que paute la nutrición que se debe seguir en cada proceso que se presente.

Hoy en día, en el mercado hay alimentos espe­cialmente formulados con nutrientes específicos para perros geriátricos sin patologías asociadas y también dietas terapéuticas con prescripción veterinaria (renal, hepática, cardiaca, etc.).

Extraído de Camino Alonso Vila, Nutrición en animales geriátricos, Ateuves 58, pag. 14-16.

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