Las patologías más habituales de la iguana

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Las iguanas en cautividad tienden a padecer enfermedades derivadas de una mala alimentación y/o malas condiciones medioambientales.

Las patologías más frecuentes que afectan a la iguana son:

1Enfermedad metabólica ósea (EMO)

La enfermedad metabólica ósea (EMO) engloba a diferentes procesos patológicos derivados de una dieta incorrecta y/o de una exposición inadecuada a la luz ultravioleta. Los síntomas más frecuentes son: mandíbula deformada y blanda al tacto (conocido como mandíbula de goma), huesos largos y columna deformados, fracturas espontáneas patológicas, temblores-tetanias, etc. Para evitar que la iguana sufra EMO hay que insistir mucho en una dieta y ambiente adecuados. En cuanto a la dieta, la iguana es herbívora y en concreto folívora, es decir, que su dieta se basa fundamentalmente en hojas (podemos darle escarola, diente de león, col, endibia, berro, canónigo, etc.).

2Parásitos

Patologías de la iguana

Figura 1. Las ramas que adornan los terrarios pueden introducir parásitos externos del
género Hirstiella, unos ácaros de color rojo.

Las ramas o materiales que se usan para adornar los terrarios pueden introducir ectoparásitos (parásitos externos) del género Hirstiella (figura 1). En iguanas mantenidas en cautividad es fácil ver la presencia de estos ácaros de color rojo en la piel del animal. El tratamiento de esta parasitosis pasa por la eliminación de los substratos contaminados y la administración de ivermectina u otros productos acaricidas. Las iguanas que proceden de la naturaleza suelen estar parasitadas por endoparásitos (parásitos internos), como gusanos redondos, planos y/o protozoos. En los controles periódicos es recomendable realizar una observación directa de los excrementos para evaluar su presencia.

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Figura 2. Absceso rostral con afectación de la piel de la nariz y cara.

3Abscesos

Cuando las iguanas se mantienen en grupo es común que se peleen y arañen, provocándose heridas que suelen producir abscesos (figura 2). El tratamiento consiste en separar a los animales y tratar el absceso mediante antibiótico o cirugía en los casos que lo requieran.

4Problemas reproductivos

Patologías de la iguana

Figura 3. Celiotomía en una iguana con retención de huevos.

La mayor parte de saurios que se mantienen en condiciones artificiales desarrolla problemas reproductivos derivados de una falta de microclimas adecuados para realizar la ovoposición. Así, a menudo retienen los huevos en el oviducto (figura 3) o incluso en los ovarios en forma de folículos preováricos (figura 4). Para tratar esta patología normalmente se medica a la iguana con calcio y oxitocina, se opta por la cirugía (figura 5) cuando la retención se da en los ovarios o se trata de distocia obstructiva (huevos rotos, infección de oviducto, etc.).

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Figura 4. Radiografía de una iguana con retención de folículos preováricos.

5Problemas de conducta

A partir de la pubertad, las iguanas (en especial los machos) desarrollan un marcado comportamiento territorial, con lo que se vuelven más agresivas. Una opción para tratar este problema es la esterilización, pero debemos pensar que este comportamiento es normal en el animal, y puede ser más conveniente aceptar que forma parte de su carácter y que lo más apropiado es proporcionarle el espacio que necesita.

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Figura 5. Iguana a la que se le han extraído los dos ovarios con retención de folículos preováricos.

 ¿Qué se debe tener en cuenta en el terrario?

Respecto al terrario, se aconsejan las siguientes medidas:

  • El TAMAÑO MÍNIMO debería ser de 1 m de largo por 0,5 m de ancho y 1,5 m de alto. Como las iguanas son arborícolas, es aconsejable incluir ramas o plantas por las que puedan trepar (intentar no usar plantas ornamentales, que pueden ser tóxicas).
  • TEMPERATURA de 28 a 36 ºC. Podemos mantener estas temperaturas en los meses fríos mediante esterillas eléctricas o focos que proporcionen calor. Las piedras calientes o los cables pueden producir quemaduras en los animales.
  • LUZ. Siempre que podamos hay que exponer la iguana a la luz solar directa. Cuando esto no es posible, debemos suministrar fluorescentes o bombillas especiales que emitan luz ultravioleta del espectro B (exponiéndolas con un fotoperiodo de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad). No debe haber ni plásticos ni vidrios entre la luz y el animal porque se filtra la radiación ultravioleta B.

Extraído de: Xavier Valls Badia. Manejo y patologías de la iguana. Ateuves nº 7, pags. 36-40.

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