Uno de los principales consejos que puedes dar a un propietario de loros, o psitácidas, es que deben evitar por encima de todo el aburrimiento. La búsqueda de la comida diaria puede ser una buena actividad.
Los loros y las psitácidas en general son animales muy curiosos y activos. La falta de estímulos y el aburrimiento pueden tener graves consecuencias en estos animales por lo que hay que proporcionarles herramientas para que desarrollen un comportamiento social adecuado.
Las psitácidas en libertad pasan gran parte de su tiempo buscando alimento. Esta conducta se ve reducida en cautividad ya que siempre disponen de abundante comida en el comedero. No obstante si se les deja escoger, las psitácidas prefieren enfrentarse a retos sencillos para procurarse comida, mejor que encontrarla con facilidad. Al menos eso es lo que dice una investigación desarrollada en Holanda. La conclusión es que los loros prefieren trabajar para conseguir su comida antes que esperar tranquilamente a obtenerla a través de sus propietarios. Esta actitud se ha observado en los loros sanos, mientras que los ejemplares aquejados de pterotillomania, es decir, que tienen un comportamiento por el que se arrancan sus propias plumas, también conocido como picaje, prefieren obtener su comida de forma pasiva.
Precisamente el problema del picaje es uno de los más comunes que puede afectar a las psitácidas. Los motivos que llevan a las aves hasta este comportamiento son varios, aunque una de las principales causas es por la falta de estímulos que muevan a los loros a adoptar un comportamiento natural. Debe recordarse que en su hábitat natural, las psitácidas emplean al menos ocho horas del día para buscar su comida, mientras que los loros en cautividad disfrutan a menudo de su dosis diaria de alimento sin tener que esforzarse por conseguir su comida.
La especialista en medicina veterinaria de aves Yvonne van Zeeland fue la persona que dirigió este experimento, en la Universidad de Utretch (Holanda). Para ello, ofreció alimento a un grupo de loros en dos formas distintas: por un lado, en un plato donde la comida estaba totalmente accesible y dispuesta para el consumo, y por otro asociada a un juguete rompecabezas que los loros debían resolver si querían acceder hasta el alimento.
Los investigadores comprobaron que, en el caso de los loros sanos, las aves prefirieron obtener la comida a través del esfuerzo que suponía resolver el problema que se les planteaba antes que cogerla directamente de la que se les facilitaba en el plato. El rompecabezas consistía en un tubo con agujeros, y los animales debían utilizarlos para sacar a través de ellos el alimento.
Sin embargo, las aves que habían demostrado tener un problema de picaje optaron por la solución más fácil, y fueron al plato donde se les servía la comida directamente, sin tener que realizar ningún trabajo para obtenerla. La conclusión a la cual llegaron los investigadores es que los loros aquejados de picaje han relegado a un segundo término el rol satisfactorio que suponía el trabajar para conseguir comida.
Gusto por los desafíos
Una de las consecuencias que pueden deducirse de estas observaciones es que a los loros sanos les gustan los desafíos, y que es bueno para su salud dotarles de juguetes y accesorios que les permitan desarrollar su inteligencia. Los investigadores señalan que es muy recomendable dar a los loros cautivos la oportunidad de pensar, elegir, buscar e interactuar cuando han de hacerse con la comida, ya que de este modo se fomenta su bienestar y se estimulan sus comportamientos naturales, algo que siempre redunda en una mejor salud de estos animales.
Extraído de A los loros les gusta usar la cabeza, Especies, nº 170, pág. 36.
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