El traumatismo craneoencefálico (TCE) en pacientes veterinarios es una presentación de urgencia que ocurre comúnmente después de un accidente automovilístico u otro traumatismo contundente o penetrante. Durante una sesión en la conferencia Fetch dvm360 en Kansas City, Danielle Powers, DVM, DACVIM (Neurología), del Animal Medical and Surgical Center en Scottsdale, Arizona, describió el manejo del TCE en pacientes veterinarios desde la presentación inicial hasta la recuperación.
Triaje e historia clínica
Los pacientes que presentan un TCE deben ser clasificados como cualquier paciente de urgencias. Se deben estabilizar las vías respiratorias, la respiración y el estado circulatorio mientras se minimiza el movimiento del paciente. Powers recordó a los veterinarios que muchos de estos pacientes se presentan en estado de shock y que su estado mental puede mejorar significativamente con el tratamiento de este fenómeno. Idealmente, la evaluación neurológica debe realizarse antes de la administración de la medicación. Se debe evaluar el reflejo pupilar, la simetría pupilar, el estado ambulatorio y el estado mental del paciente. El uso de la escala de Glasgow modificada puede proporcionar una evaluación cuantitativa que permite realizar una reevaluación objetiva a lo largo del tiempo.
Además de preguntar sobre comorbilidades y fármacos que pueda estar recibiendo, la anamnesis debe incluir preguntas específicas para evaluar cuándo ocurrió el traumatismo y evaluar cualquier pérdida de conciencia, actividad mental y convulsiones después del mismo.
Diagnóstico
Cuando se maneja a pacientes con TCE, es esencial minimizar el estrés y evitar que el paciente sufra; sin embargo, la sedación y la anestesia general están contraindicadas en la mayoría de estos casos. La administración de un opioide mu puro puede ayudar a tratar el dolor y facilitar el manejo mientras se evalúa al paciente.
En estos pacientes se debe realizar un hemograma completo, un perfil bioquímico sérico y un análisis de orina. Se debe evitar la punción venosa yugular al recolectar las muestras, ya que la compresión de esta vena puede aumentar la presión intracraneal. También se debe medir la presión arterial de forma no invasiva, preferiblemente con un Doppler, realizar un análisis de gases en sangre y realizar las pruebas de imagen necesarias para evaluar otras lesiones (como radiografías de tórax y ecografía).
La resonancia magnética es la prueba de imagen de elección para obtener imágenes cerebrales. Si se considera necesario realizarla, el paciente debe estabilizarse cardiovascularmente antes de la anestesia. La tomografía computarizada es la prueba de imagen de elección para evaluar las fracturas de cráneo, ya que las radiografías son difíciles de interpretar y pueden no ser concluyentes.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento para los pacientes con TCE variarán según su estado en el momento de la presentación y las comorbilidades existentes. Las medidas básicas de estabilización, incluida la colocación de un catéter intravenoso de gran calibre, la administración de líquidos por vía intravenosa y la administración de oxígeno suplementario, pueden mejorar significativamente el estado mental en algunos pacientes. El control del dolor también es esencial y se recomiendan los opioides mu puros, ya que pueden revertirse fácilmente en caso de deterioro del estado neurológico o cardiovascular.
Los objetivos de tratamiento más específicos incluyen el control de las convulsiones, el control del aumento de la presión intracraneal, el mantenimiento de los niveles de dióxido de carbono y el mantenimiento de la presión de perfusión cerebral. Powers recordó a los veterinarios que “al prevenir la hipovolemia y la hipoxemia secundaria al shock, a menudo la función cerebral mejorará sin necesariamente tratar directamente el trauma cerebral”.
Ya no se recomienda la administración de corticoesteroides como terapia de primera línea, ya que existe evidencia clínica limitada en la medicina humana para respaldar su uso.
En la mayoría de los casos, dar tiempo al paciente para que se recupere es una parte fundamental del tratamiento. Durante la recuperación, los cuidados hospitalarios por parte del personal son fundamentales para prevenir problemas secundarios como úlceras por presión, neumonía por aspiración, retención de orina y ulceración corneal. Se deben suspender los medicamentos orales, la comida y el agua hasta que el paciente pueda tragar por sí solo.
Pronóstico y recuperación
El pronóstico de los pacientes con TCE varía según la gravedad de la lesión y las comorbilidades. Tanto las lesiones cerebrales primarias como secundarias ocurren como resultado de un TCE, lo que da lugar a efectos inmediatos y retardados. La puntuación en la escala de Glasgow puede ayudar a predecir el pronóstico. En medicina humana, Powers afirmó que el pronóstico está “significativamente correlacionado con el nivel de oxigenación y la presión arterial sistólica antes y durante la intervención médica”.
Powers señaló que, si bien la recuperación puede ser variable, para las mascotas “el grado de recuperación puede ser menos importante si pueden realizar las tareas requeridas como un animal de compañía, a diferencia de un animal de trabajo o una persona”. La calidad de vida, la comodidad y la capacidad para realizar tareas básicas como comer, beber y caminar son las consideraciones más importantes para los animales de compañía que se recuperan de un TCE. Se debe advertir a los propietarios de mascotas que han sufrido un TCE que los episodios convulsivos pueden ocurrir hasta cuatro años después de la lesión cerebral, pero cuanto más tiempo pase un paciente sin convulsiones, es menos probable que se desarrollen.
Managing head trauma in veterinary patients. Kate Boatright, VMD. DVM 360.