Manejo dietético del gato diabético

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El tratamiento de la diabetes se basa en la administración de insulina y una dieta apropiada para las características de cada paciente.

La diabetes mellitus es una endocrinopatía común en los animales de compañía, con una prevalencia del 0,4 al 1,2 %. La mayoría de los gatos diabéticos padecen diabetes tipo 2, que se caracteriza por un estado de resistencia a la insulina y una disfunción secretora de las células β pancreáticas productoras de insulina. Sin embargo, en perros es frecuente la diabetes tipo 1, que cursa con una destrucción autoinmune de las células β pancreáticas. En ambas especies, la diabetes mellitus se caracteriza por unos niveles persistentemente elevados de glucosa en sangre y los animales que la padecen suelen presentar signos como un mayor consumo de agua, incremento del volumen de orina, pérdida de peso e incremento del apetito.

El tratamiento de la diabetes, tanto en perros como en gatos, se basa en la administración de insulina exógena y en la implementación de una dieta apropiada para cada paciente. El objetivo principal del manejo dietético en gatos y perros con diabetes consiste en la normalización del peso corporal, además de minimizar el efecto hiperglucemiante en el periodo posprandial (periodo que transcurre después
de una comida). La estimación de la condición corporal puede realizarse según el body condition score (BCS),
un método semicuantitativo basado en la inspección visual y la palpación. La condición corporal se clasifica en una escala numérica del 1-9, donde el 5 representa una condición corporal óptima, y cada punto por encima del 5 representa un incremento de sobrepeso del 10 %. Entre las recomendaciones dietéticas para perros y gatos con diabetes existen algunas diferencias importantes, por lo que se abordarán ambas  especies por separado.

Manejo dietético del gato

En torno al 80 % de los gatos con diabetes sufren diabetes tipo 2, y la obesidad se considera un factor de riesgo importante. Por lo tanto, la mayoría de los gatos con diabetes en una fase inicial son obesos, si bien, según progresa la enfermedad, van perdiendo peso y masa muscular, de forma que en el momento
del diagnóstico de la diabetes estos gatos pueden tener sobrepeso, pueden estar en su peso ideal o pueden estar delgados. Por tanto, es necesario hacer una evaluación de la condición corporal y adaptar el aporte calórico a la condición corporal de cada paciente.

Las dietas formuladas para gatos diabéticos son ricas en proteínas y bajas en carbohidratos. Este tipo de dietas permite una reducción de los niveles de glucosa posprandiales en comparación con dietas altas en carbohidratos. Los gatos diabéticos alimentados con estas dietas ricas en proteínas y bajas en carbohidratos responden mejor al tratamiento de la diabetes, necesitan dosis más bajas de insulina y en ellos se obtienen unas concentraciones más bajas de fructosamina que reflejan un valor medio de la glucosa en sangre de las dos últimas semanas. Estas dietas se recomiendan independientemente de la condición corporal, si bien se ha de ajustar el consumo en función de cada animal, por tanto, se ha de aplicar una restricción calórica en aquellos gatos diabéticos con sobrepeso u obesidad (figura 1).

Figura 1. Gato macho, común europeo de 10 años de edad y 9,8 kg de peso que en un examen rutinario presenta obesidad (BCS=9) y diabetes mellitus (glucosa 338 mg/dl). Se trató con insulina y dieta para gatos diabéticos con restricción calórica.

Tras el tratamiento, algunos gatos diabéticos pueden dejar de necesitar insulina. Cuando un gato diabético lleva 4 semanas con valores normales de glucosa sin necesidad de insulina decimos que ha alcanzado la remisión de la diabetes. Los gatos en los que se consigue un control glucémico óptimo en los primeros 6 meses tras el diagnóstico, gracias a un tratamiento con insulina de larga duración y una dieta baja en
carbohidratos, presentan mayor probabilidad de entrar en remisión.

Por otro lado, aunque las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas sean beneficiosas para el control de la diabetes en esta especie, y aunque su uso también es beneficioso en los estadios iniciales o de diabetes subclínica, no se ha demostrado que tengan un efecto preventivo de la enfermedad.

Régimen de comida

En cuanto al régimen de comida en gatos con diabetes y en tratamiento con insulina, se considera que tras el consumo de este tipo de dieta no existe un efecto posprandial marcado en la glucemia y que, por tanto, no es necesaria la administración conjunta de la dieta con la insulina, de modo que el gato puede seguir con su pauta habitual de alimentación, asegurando un mínimo de dos comidas al día. El consumo ad libitum también se considera apropiado, si bien cuando el animal presenta sobrepeso u obesidad, es necesario un control del consumo calórico, ya que la obesidad genera resistencia a la insulina.

Tipo de dieta

En general, se recomiendan dietas húmedas por su menor densidad calórica y por su aporte extra de consumo de agua. Además, en los casos que requieran disminución del peso corporal, la comida húmeda podría ser más beneficiosa, ya que puede contribuir a un menor consumo energético ayudando a conseguir la pérdida de peso. Una gran parte del éxito de un programa de pérdida de peso se basa en realizar un buen seguimiento de la evolución del peso corporal concienciando e involucrando a los propietarios, para ellos se han de programar revisiones al menos mensuales para registrar la evolución del
peso e ir ajustando el consumo según las necesidades individuales.

Enfermedades concurrentes

En gatos diabéticos con enfermedades concurrentes se debe adaptar la dieta a la enfermedad
concurrente. Por ejemplo, en gatos con enfermedad renal no se recomienda el uso de dietas altas en proteínas, por tanto, en gatos diabéticos con enfermedad renal leve se pueden utilizar dietas formuladas para gatos de más de 7 años (mature o sénior), ya que tienen un menor contenido de proteínas que las dietas para diabéticos, seleccionando aquellas con un menor contenido en fósforo. En casos de enfermedad renal moderada o avanzada se debe dar una dieta renal.

Extraído de Carlos Melián y Laura Pérez López. La alimentación en perros y gatos diabéticos, Ateuves 83, págs. 16-19.

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