El manejo de las aves debe realizarse con sumo cuidado. Muchas no están acostumbradas a ser manipuladas, estresándose cuando alguien trata de cogerlas. Esto puede suponer incluso un riesgo para la vida del animal, ya débil de antemano, y debemos informar de ello al propietario.
Podemos sacar mucha información observando al ave en su jaula o percha, y a partir de ahí decidir si es necesario cogerla o no. Debemos tener mucho cuidado para evitar que el ave nos lesione, prestando especial atención al pico y a las garras (dependiendo de cada especie).
Cómo sujetar a un ave pequeña
Podemos ayudarnos de una toalla pequeña para evitar que nos pique y para poder sujetar firmemente las alas. Colocamos la cabeza entre nuestros dedos índice y corazón dejando el dorso en la concavidad de nuestra mano. Con el resto de dedos sujetamos las alas y las extremidades posteriores, permitiendo abrir las alas para explorarlas pero sin que pueda moverlas libremente (figura 1).
Sujeción correcta de un ave grande
Las aves de mayor tamaño se manejan en la mayoría de las ocasiones con guantes de cuero. Para sujetarlas lo mejor es coger las extremidades posteriores por encima de las garras con una sola mano, colocando un dedo entre las dos, mientras con el otro brazo abrazamos todo el cuerpo del animal a nuestro pecho y sujetamos las alas firmemente (figura 2).
Extraído de: Pablo Fenoll Rejas, Juan María Josa Mutuberría, Marcos Makowski Zamora, Patricia Alfaro Calleja. Manejo básico de las especies en la clínica de pequeños animales. Ateuves 2, pp. 36-41