La urolitiasis es una patología frecuente del tracto urinario de perros y gatos. En diferentes países europeos la incidencia de urolitiasis canina varía entre el 0,05 y el 1 %1. En el gato no se dispone de datos actualizados.
¿Qué son los urolitos?
Los urolitos son solidificaciones de minerales sobresaturados en orina con unas condiciones de pH específicas. Estos minerales forman complejos y se van acumulando con el tiempo hasta formar cálculos de tamaños, formas y número variables.
La presencia de urolitos puede darse en cualquier región del tracto urinario provocando diferentes signos clínicos en función de su localización.
Signos clínicos
La sintomatología dependerá de la ubicación, el tamaño y la cantidad de urolitos.
- En vejiga
Pueden ser subclínicos o provocar polaquiuria, hematuria y molestia abdominal.
- En la uretra
Pueden causar obstrucción del flujo urinario parcial o total provocando estranguria, disuria y signos sistémicos como apatía, anorexia o hiporexia, vómitos y otros relacionados con insuficiencia renal posrenal.
- En vías urinarias altas (riñones y uréteres)
Se producen cambios de mayor gravedad asociados a daño renal y en consecuencia los signos clínicos. Malestar abdominal, vómitos, apatía, anorexia y hematuria son algunos de los más habituales.
Además, la urolitiasis puede ser desencadenada o ir acompañada de una infección de tracto urinario observándose signos clínicos habituales como polaquiuria, estranguria, disuria y hematuria.
Diagnóstico de urolitiasis canina y felina
Las herramientas más empleadas en el diagnóstico de la urolitiasis canina y felina son las pruebas de imagen (radiografía y ecografía). Con ellas se pueden localizar los urolitos, conocer el número y el tamaño. Se trata de técnicas complementarias. La radiografía nos permitirá visualizar cálculos radiopacos (oxalato cálcico y estruvita). Los urolitos no visibles radiográficamente (cistina, urato, xantina) se podrían visualizar con técnicas de contraste o mediante ecografía abdominal, la cual nos permitirá obtener un mejor detalle de las estructuras e incluso detectar urolitos de pequeño tamaño (<2 mm).
El urianálisis no servirá para diagnosticar urolitiasis, pero aportará información sobre la posible sobresaturación de minerales (cristaluria), la densidad urinaria, el pH y la posible presencia de infección. La ausencia de bacterias en un sedimento urinario no descarta la infección, por lo que siempre se aconseja realizar un cultivo de orina. La infección puede ser el origen de la urolitiasis al provocar cambios en el pH urinario o la consecuencia.
La presencia o no de cristaluria ni confirma ni descarta la urolitiasis. Por ejemplo, en urolitos de oxalato cálcico, en menos del 50 % de los casos de gatos y perros se observan en el momento del diagnóstico, siendo habitual en el resto de urolitos.
Tratamiento
Dependiendo de la ubicación y los signos clínicos presentes se debe aconsejar siempre la terapia menos invasiva.
Manejo nutricional
Trata de provocar cambios en la densidad, el pH y la saturación mineral de la orina para producir la disolución de cálculos (estruvita, urato y cistina) y/o prevenir su aparición o recurrencia. Conocer la composición es fundamental para el éxito terapéutico. Los urolitos de estruvita son los que mejor respuesta presentan al manejo médico/nutricional, y los de oxalato cálcico y cistina los que peor. La urolitiasis de urato puede ser un desafío al deberse descartar otras patologías desencadenantes.
Disminuir la densidad urinaria es fundamental tanto para disolver como para prevenir. Esto favorecerá micciones más frecuentes y menor tiempo permanencia de minerales en la orina. Para ello la alimentación húmeda, que aporta más de un 70 % de agua con el alimento, es esencial. Puede añadirse agua al alimento seco, pero no se aconseja la adición de sal o alimentos con alto contenido en sodio para promover la ingestión de agua.
Manejo clínico
El uso de diuréticos y acidificantes o alcalinizantes urinarios es otra herramienta para la disolución y/o prevención de la urolitiasis si los cambios dietéticos son insuficientes.
En caso de que los procedimientos de disolución no tengan éxito o se sospechase de urolitos indisolubles, como los de oxalato cálcico, se deben extraer. Urohidropropulsión, extracción cistoscópica transuretral con o sin uso de litotricia láser y extracción cistoscópica de cálculos asistida por minilaparotomía serían las técnicas recomendadas por ser mínimamente invasivas. Sin embargo, las cirugías tradicionales (cistotomía, uretrotomía y uretrostomía) siguen siendo técnicas muy utilizadas ante la no disponibilidad de equipos más avanzados.
La extracción de los urolitos no trata el motivo por el que se han formado, por ello se debe plantear un plan preventivo atendiendo a la causa principal. En caso de no ser posible es importante conocer los factores desencadenantes y minimizar su impacto.
En el caso de urolitos mixtos o compuestos se debe tener en cuenta el motivo que originó el núcleo del urolito para un correcto plan preventivo. Las diferentes capas formadas alrededor del núcleo son secundarias y probablemente consecuencia del núcleo.
Autor: José Antonio Olmo López Ldo. Veterinaria, CSP- Diagnóstico por Imagen Clínica Veterinaria AliVet Alicante Imágenes cedidas por el autor
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