Manejo nutricional de la urolitiasis en gatos

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La enfermedad urinaria felina es una causa frecuente de consulta en la clínica veterinaria, especialmente en gatos de interior o de edad media-avanzada. La nutrición es fundamental como apoyo para el tratamiento que dependerá de la composición del urolito y su localización.

El término urolitiasis se refiere a la presencia de cálculos en cualquier punto del tracto uri­nario, junto con las causas que han llevado a su aparición y las consecuencias derivadas de su presencia. Aproximadamente en un 20 % de los gatos menores de 10 años, la urolitiasis es la responsable de los síntomas clínicos que llevan a los propietarios a buscar ayuda veterinaria. Su presencia está asociada a la obstrucción de las vías urinarias (bajas especialmente) y a la apa­rición de infecciones bacterianas secundarias. En gatos mayores de 10 años, la urolitiasis en cualquier tramo del tracto urinario se detecta a menudo tanto en exámenes geriátricos rutina­rios como en animales que llegan a la consulta con signos clínicos de enfermedad urinaria. El papel que juegan los urolitos en este último grupo de gatos es múltiple, pues actúan como factor predisponente para la aparición de infec­ción, están asociados a la presencia de enfer­medad renal crónica (y pueden contribuir a su progresión) y, por último, pueden llevar a cua­dros tanto agudos como crónicos de obstruc­ción y pérdida de función renal.

Causas de la urolitiasis

La urolitiasis se produce debido a la pérdida de solubilidad de iones (principalmente Mg2+, NH4+ y PO43−) u otros minerales presentes en la orina (oxalato, urato, cistina, sílice). Aparece como resultado de la combinación de varios factores que pueden ser hereditarios, congéni­tos o adquiridos, pues la orina en condiciones normales inhibe la formación de cristales y el crecimiento de cálculos. Por ello, siempre que detectemos un urolito debemos buscar cual­quier factor predisponente, pues de su control dependerá el éxito de nuestro tratamiento. Para la aparición de un cálculo son necesarios:

  • La presencia de iones o minerales en exceso de su producto de solubilidad (excede la capa­cidad de la orina de mantenerlos en estado soluble).
  • Un ambiente favorable en la orina para la formación de cálculos (es decir, un pH apro­piado).
  • Una orina relativamente concentrada que permanece un tiempo suficientemente largo en la vejiga como para permitir la precipita­ción de los cristales (gatos que por problemas de obesidad, ambientales, ortopédicos, neu­rológicos, de estrés, etc. no acuden a la ban­deja de arena con la frecuencia o regularidad habitual y presentan retención de orina).

La prevención y manejo de los urolitos depen­derá del control de todos estos aspectos.

Tratamiento nutricional

Son posibles el tratamiento médico y el quirúr­gico, en función de la composición del urolito y su localización. La nutrición desempeña un papel clave como apoyo de ambos tratamientos, ya sea para favorecer la disolución o enlentecer el crecimiento del cálculo en el primer caso, o para evitar la recurrencia en el segundo. Contri­buye a lograr la baja saturación de la orina con cristales litogénicos mediante tres mecanismos:

  1. Aumentar la solubilidad de los cristales en la orina.
  2. Aumentar el volumen de orina en el que están suspendidos los cristales.
  3. Reducir la cantidad de estos cristales en la orina.

Aunque los distintos tipos de urolitos requeri­rán manejos dietéticos diferentes, el aumento en el consumo de agua es fundamental en todos ellos. Siempre que sea posible será mejor que el gato consuma una dieta húmeda, o por lo menos, que un alto porcentaje de su dieta lo sea. Para gatos adictos a la comida seca existen distintas estrategias para hacer posible la tran­sición de una dieta a la otra.

Cálculos de estruvita

También son conocidos como cálculos de mag­nesio, amonio y fosfato (MAP) (figura 1). En el gato son cálculos estériles de origen dietético unido a una predisposición individual. Gracias a los cambios realizados en las dietas comerciales su incidencia fue descendiendo (pasaron de ser el cálculo identificado con más frecuencia en el Minnesota Urolith Center en los años 80 hasta lle­gar al 34 % a partir del 2000). Su declive ha ido unido al aumento de los cálculos de oxalato. No obstante, su número ha vuelto a aumentar, posi­blemente debido a los nuevos cambios realizados en las dietas comerciales en los últimos diez años para prevenir la aparición de cálculos de oxalato. La orina alcalina y el exceso de magnesio en la alimentación tienen un papel importante en su formación. Otro factor relevante es la concentra­ción de la orina, ligada al consumo de agua dia­rio, así como el modo de alimentación: gatos que reciben dos comidas grandes al día presentan una orina menos ácida y mayor concentración de cris­tales de estruvita en orina que gatos alimentados numerosas veces al día en menor cantidad.

Manejo nutricional de la urolitiasis en gatos

Figura 1. Cálculos de estruvita.

Son cálculos asociados a gatos jóvenes: apa­recen habitualmente entre el primer año y los 10 años de edad, aunque a partir de los 6-8 años disminuye el riesgo de aparición. Son los que se encuentran con mayor frecuencia en los tapones uretrales y en la vejiga de la orina (esta última localización en gatos jóvenes). En la mayoría de los casos se pueden disolver con un tratamiento nutricional; para ello se requiere una dieta res­tringida en proteína, magnesio y fósforo que induzca un pH menor de 6,8 y con un contenido aumentado de agua. El tiempo de disolución del cálculo que podemos esperar oscila entre los 36 días y las 10 semanas. Durante este periodo deberemos someter al gato a controles perió­dicos, cada 3-4 semanas, para asegurarnos del éxito y anticiparnos a cualquier complicación que pueda surgir. Si el cálculo no se disuelve, debere­mos reconsiderar nuestro diagnóstico e investigar qué factores pueden estar predisponiendo al gato que no hayamos controlado o detectado.

Cálculos de oxalato cálcico

Son cálculos de origen metabólico que aparecen cuando la orina está sobresaturada con calcio y oxalato. Su incidencia ha aumentado de forma marcada en las últimas dos décadas de forma paralela al descenso en la incidencia de cálculos de estruvita, por lo que uno de los factores que puede haber influido es el cambio de formulación de las dietas comerciales para controlar estos últimos. En la actualidad, aproximadamente un 55 % de los cálculos analizados en la Universi­dad de California Davies son de oxalato cálcico.

Los factores que se han asociado a su aparición son la hipercalcemia, la hipercalciuria, la hipe­roxaluria (exceso de ácido oxálico, producto del metabolismo de la vitamina C) y la aciduria, entre otros. La presencia de orina concentrada o reten­ción urinaria también pueden ser importantes, así como el descenso de inhibidores urinarios. Dietas de pobre contenido húmedo, bajas en fósforo, vitamina B6 o en proteína, o altas en vitamina D y acidificantes de orina están asociadas a su aparición. También el modo de alimentar al gato puede influir en su aparición: gatos que reciben varias comidas al día en lugar de ser alimentados ad libitum tienen menos probabilidades de desa­rrollarlos debido a una “ola” alcalina de la orina en el periodo posprandial, un pH menos ácido de la orina a lo largo del día y a una menor probabi­lidad de desarrollar obesidad.

Algunas enfermedades pueden predisponer a su aparición como el hipertiroidismo, el hiperpara­tioidismo o la hipercalcemia idiopática (esta en un 35 % de los casos aproximadamente). Varios medicamentos, como los corticoides o la furose­mida pueden aumentar la excreción de calcio y predisponer también a su aparición. Se encuen­tran mayoritariamente en la vejiga de la orina (figura 2), aunque en los últimos años se recono­cen cada vez más gatos con cálculos en los uréteres y riñones (hasta un 48 % de los gatos los tenían en un estudio de la Universidad de Minnesota) formados en un 98 % de las ocasiones por oxa­lato cálcico (figura 3). Estos se detectan de forma accidental, por presencia de enfermedad renal cró­nica (ERC) o por enfermedad obstructiva de vías altas. Los machos de edad media-avanzada y raza Himalayo, Burmés y Persa están predispuestos a su aparición. Otro factor individual importante es la obesidad y la vida sin salir al exterior.

Manejo nutricional de la urolitiasis en gatos Su tratamiento consiste en la extracción quirúr­gica o la hidropropulsión siempre que la localiza­ción lo aconseje, pues no se pueden disolver con medicamentos. Cuando no pueden ser extraídos o después de la cirugía se deben instaurar cam­bios dietéticos para intentar evitar su crecimiento o su reaparición. Los objetivos de esta dieta serán:

  • Reducir la concentración en la orina de calcio y oxalato.
  • Favorecer las concentraciones elevadas y la actividad de los inhibidores de urolitos en la orina.
  • Reducir la acidez de la orina y promover su dilución.

Existen varias dietas en el mercado que han sido diseñadas para controlar los factores nutriciona­les y los objetivos descritos anteriormente. Otro aspecto fundamental, además, será controlar todos aquellos factores que puedan haber predis­puesto a su aparición, pues son cálculos con una gran tendencia a la recurrencia. Debemos recor­dar siempre la importancia que tiene en gatos el aumento del consumo de agua, el manejo del estrés ambiental y el control de la obesidad.

Cálculos de urato

Son cálculos de origen metabólico y los más frecuentes después de los de estruvita y oxa­lato. No ha habido ningún cambio en su epide­miología en los últimos 20 años a pesar de las distintas reformulaciones de las dietas comer­ciales, y tampoco existe una predisposición de género para su aparición. A diferencia de los perros, en pocas ocasiones están asociados a anomalías vasculares hepáticas o enfermedad hepática y la causa permanece desconocida, aunque se cree que pueden tener un origen genético pues existe una predisposición racial en el Siamés y el Mau Egipcio.

El tratamiento es quirúrgico y para evitar su recurrencia se recomienda una dieta menor en contenido proteico de la anteriormente utili­zada por el gato (los gatos son carnívoros estric­tos y no es recomendable restringir de forma excesiva la proteína en su dieta), dar comidas a lo largo del día en lugar de alimentar ad libitum y fomentar el aumento del consumo de agua para diluir la orina.

Otros

Otros cálculos descritos, como los de sangre seca solidificada, fosfato cálcico, cistina o sílice son mucho menos frecuentes y no existen estu­dios sobre cuál es la mejor dieta para prevenir su recurrencia en gatos, aunque las normas generales para el manejo de cálculos se aplican a todos ellos.

Extraído de Llibertat Real, Manejo nutricional de la urolitiasis en gatos, Ateuves 56, págs. 12-16.

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