Lo importante es actuar rápidamente y mantener el mismo nivel de protección o eficacia durante todo el periodo de riesgo.
Las pulgas y las garrapatas pueden picar, pero hasta que no ingieren sangre, no transmiten los agentes patógenos y por tanto las enfermedades. De hecho, las garrapatas no empiezan a ingerir sangre inmediatamente tras la picadura, sino que transcurren varias horas, por lo que la auténtica clave para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades vectoriales está en la velocidad con que el antiparasitario es capaz de eliminar las pulgas y garrapatas. ¿Garantiza un repelente que las pulgas y garrapatas no piquen al animal y no transmitan enfermedades? No. Su eficacia dependerá de cuánto tarda en empezar a actuar y de si mantiene esa misma eficacia al 100 % durante todo el periodo de actuación.
Los tiempos de transmisión de las enfermedades vectoriales son muy variables. Las mayores probabilidades de que se produzca la transmisión se observan en un periodo entre 24 y 48 horas tras la picadura. Cuanto antes actúe el antiparasitario externo, menos probabilidades habrá de transmisión, aunque ningún antiparasitario puede garantizar la eliminación total del riesgo de transmisión de enfermedades vectoriales (consultar fichas técnicas).
Los estudios con fluralaner demuestran que el inicio de la actividad pulguicida empieza en tan solo 1 hora tras la administración oral y se completa dentro de las primeras 8 horas durante las 12 semanas del periodo de actividad de este antiparasitario externo. En el caso de las garrapatas, tan solo 4 horas después de la administración oral, se produce la eliminación de casi el 90 % de las garrapatas y hasta el 100 % dentro de las primeras 12 horas, manteniéndose esta actividad hasta 12 semanas.
(Puedes leer aquí la ficha técnica de Bravecto: http://www.msd-animal-health.es/binaries/80_Bravecto_SPC_190314_tcm101-169099.pdf)
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