Fuera de su hábitat estas aves están expuestas a una serie de factores que pueden perjudicar tanto su estado de salud como la convivencia con sus propietarios.
Quemaduras
Las quemaduras afectan con frecuencia a los loros que vuelan libres por casa. Algunas de las causas más importantes de quemaduras son los radiadores y fogones encendidos. Las plumas deben ser eliminadas hasta un centímetro alrededor de la lesión provocada para permitir la aplicación de fármacos y la aireación. Se debe realizar un frotis para descartar infecciones y se debe asegurar una correcta hidratación de la quemadura (Beynon et al., 1996).
Una importante causa de muerte en loros papilleros se debe a la administración de papilla demasiado caliente. Este hecho provoca graves quemaduras en el buche que son visibles por una zona eritematosa en la piel alrededor del buche y que podrían llegar a crear una fístula (Beynon et al., 1996).
Traumatismos y heridas
El vuelo libre por casa encierra muchos peligros, especialmente para los loros jóvenes. Se pueden eliminar algunos peligros potenciales antes de soltarlos por casa.
Es importante comprobar que estén bien cerradas todas las ventanas y cubrirlas con cortinas, ya que al principio no son capaces de identificar los vidrios como superficies que delimitan el espacio, por lo que se estrellan contra ellos y pueden lesionarse gravemente (Anderson, 2003).
Estas aves prefieren descansar en lugares elevados, incluyendo el canto superior de las puertas abiertas, desde donde pueden observar toda la habitación. Ahí es donde más fácilmente puede producirse un accidente si la puerta se cierra de repente (Fouce, 2018).
También debemos tener en cuenta que si el loro convive con otras especies se pueden producir ataques por estos animales (perros, gatos o hurones) (Anderson, 2003).
Fotoperiodo/contaminación lumínica
Este tipo de aves necesita unas horas de luz y oscuridad que se ajusten lo mejor posible a las zonas tropicales. Un periodo de luz excesivo desempeña un papel muy importante en la aparición de problemas de comportamiento y desórdenes reproductivos (Luescher, 2006).
En general, se debe determinar un fotoperiodo de doce horas de luz y doce de oscuridad. Es importante también, durante las horas de oscuridad, la ausencia de ruidos. Las doce horas de oscuridad se pueden conseguir fácilmente cubriendo la jaula con una simple manta (Fouce, 2018).
Toxicidad y electrocuciones
La intoxicación por metales pesados es un problema que se presenta habitualmente en aves de compañía. Las más frecuentes suelen ser por cobre, plomo y cinc. Estos componentes pueden encontrarse en jaulas o juguetes de baja calidad fabricados con latón (aleación de cobre y cinc). Los loros desarrollan muchas actividades con el pico y cualquier objeto que esté a su alcance es posible que sea picoteado. Las aves que puedan estar libremente por la casa pueden ser susceptibles a electrocutarse por picar cables de luz (Schratter, 2007; Martorell, 2009).
El cuadro clínico en las intoxicaciones es muy variable ya que hay muchos factores implicados como el tipo de metal, la cantidad ingerida y la cantidad presente en el material entre otros, por lo que en estos casos será muy importante realizar una correcta y detallada anamnesis (Martorell, 2009; Puschner y Poppenga, 2009).
También se pueden dar casos de intoxicación por consumo de algunas plantas como el tejo, aguacate, acacia blanca o enredadera clematis, pero son bastante infrecuentes y algunos autores consideran que esto puede deberse a su rápido tránsito gastrointestinal (Martorell, 2009).
El humo de las cocinas y del tabaco es muy perjudicial para las aves que se encuentran en contacto directo con él. Uno de los gases más letales para estos animales es el politetrafluoroetileno que se emite al calentar el teflón de las sartenes y ollas; si bien no es tan perjudicial para mamíferos, causa graves problemas respiratorios en aves (Martorell, 2009).
Bibliografía disponible en www.ateuves. grupoasis.com/bibliografias/psitacidas84.doc