Esta lista de preguntas se puede realizar por teléfono y aporta información muy importante para preparar la llegada del paciente a la clínica.
Gerardo Poli, veterinario de emergencias y cuidados intensivos en Brisbane (Australia), en un artículo publicado en Vet Times, ofrece una lista de preguntas muy útil para realizar durante las llamadas telefónicas de propietarios preocupados por una posible intoxicación de su mascota.
Esta es la lista de preguntas que siempre realiza a los propietarios:
1. ¿Qué está haciendo su mascota?
La razón principal por la que se hace esta pregunta en primer lugar es para determinar si la vida de la mascota está en peligro. Si la mascota está convulsionando, en colapso, con signos neurológicos, sangrando o tiene dificultad para respirar, deben acudir al centro veterinario de inmediato.
2. ¿Qué le hace sospechar que se trate de una exposición a un tóxico?
Esto puede ayudar a proporcionar información básica útil.
3. ¿De qué producto se trata?
En algunas situaciones, los propietarios pueden decir con precisión por teléfono a qué creen que ha estado expuesta su mascota. Pedirles que traigan el paquete y lo que quede de la toxina puede ayudar a determinar una posible dosis a la que han estado expuestos.
4. ¿Cuándo ha ocurrido?
Crear una línea de tiempo y cuándo piensan que la mascota podría haber estado expuesta a la toxina es fundamental, ya que puede ayudar a poner en perspectiva los signos clínicos que presenta. Siempre hay que preguntar si pudieron haber tenido una exposición previa a la toxina. Un claro ejemplo en el que esto puede ser muy importante es con los rodenticidas.
5. ¿Ha intentado tratar a su mascota por su cuenta?
Es posible que los propietarios hayan tratado de abordar la situación por sí mismos, utilizando información obtenida de internet, por ejemplo. Los intentos de inducir el vómito también pueden hacer que las mascotas empeoren gravemente y que aparezcan signos neurológicos.
6. ¿Ha expulsado heces o vómitos con la toxina?
Si la respuesta es sí, es muy recomendable pedirles que traigan una muestra a la clínica. Esto puede ayudar a identificar la toxina; algunos cebos son de colores y se pueden ver fácilmente. Estas muestras pueden incluso enviarse al laboratorio para realizar más pruebas.
7. ¿Tiene alguna otra mascota que también haya tenido acceso a la toxina?
También será necesario atender en la clínica a otras mascotas que puedan haber tenido acceso. Un ejemplo clásico es un hogar con varios perros en el que una mascota es la que habitualmente tiene este tipo de comportamientos. Los propietarios pueden dar por hecho de que el que ha ingerido la toxina es uno en concreto e ignorar que el resto puedan haber hecho lo mismo.
