El objetivo de este artículo es analizar el síndrome de Wobbler, también llamado espondilomielopatía cervical, desde el punto de vista veterinario básico y aportar las directrices de actuación que un auxiliar deberá tener en cuenta en cada etapa.
El síndrome de Wobbler es una enfermedad neurológica que puede cursar con signos clínicos neurológicos graves en perros. Frecuentemente llegan a la consulta con serias deficiencias ambulatorias y mucho dolor.
Signos clínicos
Muchas son las denominaciones que se le han dado a una misma patología multifactorial caracterizada por una compresión medular extradural cervical. La denominación global actualmente más aceptada es la de espondilomielopatía cervical (EMC). En la mayoría de los casos, esta patología resulta de una protrusión cervical crónica de los discos intervertebrales (frecuentemente C5-C6 y C6-C7), una mala conformación vertebral (figura 1) en combinación con una grave hipertrofia del ligamento longitudinal dorsal, o por hipertrofia y artrosis de las articulaciones vertebrales (figura 2).
El dolor cervical es otro signo clínico característico que podremos observar en un 40-70 % de los casos. Aparece con más frecuencia en razas grandes de mediana edad, entre los 4 y los 8 años, como el Doberman o el Gran Danés. Estos pacientes suelen presentarse con una cojera de progresión crónica aunque en algunos casos el propietario puede describir una descompensación aguda sobre un curso crónico progresivo. Puede aparecer una marcha “desconectada” en la que los miembros pélvicos y torácicos avanzan a ritmo descompasado.
Etiología y patogénesis
La etiología exacta se desconoce, aunque las más aceptadas incluyen un origen congénito, nutricional, conformacional, asociado a la raza o al ejercicio entre otras.
Los factores que influyen en la gravedad de la compresión medular pueden dividirse en dos grandes grupos:
- Factores asociados a malformaciones estructurales y cambios degenerativos secundarios.
- Factores asociados a la alineación vertebral e inestabilidad.
En resumen, los últimos estudios tienden a poner en evidencia que anormalidades conformacionales como degeneración discal (75 %), protrusión discal (100 %) y estenosis foraminal vertebral (68 %) son los hallazgos más frecuentes en estos pacientes.
Diagnóstico
Para el diagnóstico del síndrome de Wobbler debemos seguir un protocolo sistemático basado en una buena anamnesis (edad y raza del paciente), historia clínica (inicio del problema y curso) y examen neurológico y ortopédico completos.
Radiografías convencionales
Las radiografías no son una prueba concluyente, pero ayudan a descartar diagnósticos diferenciales tales como fracturas, luxaciones vertebrales, neoplasias o discoespondilitis avanzadas.
Mielografía
Mediante una inyección de contraste en el espacio subaracnoideo se consigue dibujar la silueta medular visible en proyecciones laterales, ventrodorsales y oblicuas con radiología convencional.
La aplicación de estudios de imagen dinámicos ha sido ampliamente discutida, y se denominan lesiones dinámicas las que cambian su estado al aplicar tracción lineal, flexión o extensión; mientras que las lesiones estáticas son las que no modifican su grado de compresión. Esta última clasificación ayuda a comprender mejor el tipo de lesión, y al cirujano la planificación quirúrgica. Este tipo de maniobras puede exacerbar el cuadro clínico del paciente si se exagera o fuerza la posición en flexión.
Se pueden dar convulsiones o deterioro neurológico tras la mielografía por lo que siempre se deberá controlar el paciente tras una investigación de este tipo: mantener su cabeza elevada con respecto al resto del cuerpo y avisar de la posibilidad de convulsiones.
Tomografía axial computarizada (TAC) y mieloTAC
Al realizar un mieloTAC en el mismo tiempo anestésico que la mielografía, se potencian las ventajas del TAC al poder evaluar tanto las estructuras óseas como la columna medular que junto a la mielografía presentan una elevada sensibilidad y especificidad (figura 3). Las mismas precauciones descritas en la mielografía son aplicables al mieloTAC.
Resonancia magnética
La resonancia magnética (RM) está considerada como una prueba de elección en medicina humana para la detección de enfermedades degenerativas de la columna cervical. Es muy sensible a la hora de evaluar el parénquima medular o la degeneración discal (figura 4).
Papel del auxiliar
En esta primera etapa diagnóstica el papel del auxiliar veterinario se basa en dos puntos:
1 Asistir al equipo veterinario durante la investigación mediante colaboración en las pruebas de imagen. 2 Cateterización venosa y cuidados del paciente tanto antes de la investigación como fundamentalmente a posteriori, periodo en el cual aumenta la tasa de complicaciones asociadas a la investigación realizada (ver tabla). El auxiliar por tanto deberá realizar una toma de constantes vitales inmediatamente finalizada la investigación y trasladar esa información al veterinario responsable para, posteriormente, realizar ajustes terapéuticos o en las pautas de manejo anteriormente descritas (mantener la cabeza elevada, recuperación tranquila y progresiva, control de la fluidoterapia y de las reacciones adversas medicamentosas).Extraído de Manuel Jiménez Peláez, Gabriel Carbonell Rosselló y Alejandro Luján Feliu-Pascual, Espondilomielopatía cervical o síndrome de Wobbler, Ateuves 66, págs. 28-32.