La enfermedad ósea metabólica es un desequilibrio de los minerales calcio y fósforo en el organismo de los reptiles que provoca un debilitamiento de la estructura ósea, así como del caparazón y plastrón de tortugas.
Se trata probablemente del problema nutricional más común de los reptiles, resultado de un desequilibrio de los niveles de calcio y fósforo en el organismo que provoca un debilitamiento de la estructura ósea, así como del caparazón y plastrón de las tortugas. También se conoce como osteodistrofia fibrosa, osteomalacia, hiperparatiroidismo nutricional secundario, osteoporosis o raquitismo.
Causas
La mayoría están relacionadas con un mal manejo del animal:
- Deficiencia de calcio o un exceso de fósforo en la dieta.
- Exceso de grasa en la dieta (disminuye la solubilidad y por tanto la absorción de calcio).
- Falta de vitamina D (permite la absorción de calcio a través de las membranas del duodeno y su distribución por el organismo).
- Iluminación inadecuada o insuficiente.
- Fuente de calor deficiente o inexistente: las temperaturas frías pueden retrasar e impedir la digestión, y por tanto disminuir la absorción de calcio.
- Patologías intestinales, renales o hepáticas.
Signos
Los primeros signos que veremos son patas arqueadas o inflamadas, columna vertebral arqueada, nódulos en los huesos de las patas, columna vertebral y cola, ablandamiento bilateral de la mandíbula (comúnmente conocida como el síndrome de la mandíbula de goma) y ablandamiento del caparazón y plastrón en las tortugas. En ocasiones pueden sufrir estreñimiento y anorexia.
En casos graves pueden presentarse con un ritmo asimétrico al caminar, temblores y espasmos repetidos en las patas, mientras que en reposo se puede detectar debilidad general, falta de fuerza de agarre, letargo, estreñimiento, anorexia y roturas de huesos espontáneas. En casos extremos pueden experimentar convulsiones o parálisis parcial.
Diagnóstico y tratamiento
Principalmente se basa en el reconocimiento de signos y recogida de datos sobre su manejo. Para confirmarlo se suelen realizar radiografías (huesos con forma irregular y diámetro aumentado) y análisis de sangre (para verificar niveles bajos).
Es imprescindible corregir las condiciones de manejo inadecuadas:
- Dieta: en concreto se debe proporcionar una dieta equilibrada que combine nutrientes en frutas y verduras con fuentes de proteínas (grillos y gusanos de la harina). En ocasiones se administrarán suplementos de calcio comerciales.
- Temperatura: ajustar las condiciones de temperatura con diferentes gradientes durante el día y la noche.
- Sol y sombra: asegurar al reptil el acceso a zonas cálidas donde tomar el sol y otras más frías de sombra (exposición diaria a la luz UVA y UVB).
- Suplementos: administración de gluconato de calcio en casos graves y también calcitonina.
La realización de una correcta anamnesis y exploración física, junto con técnicas de diagnóstico por imagen permitirán ajustar el tratamiento para esta enfermedad. Es importante concienciar a los dueños de los cuidados especiales y de manejo que exigen este tipo de mascotas.
Extraído de Enfermedad ósea metabólica. Ateuves 78, pág. 31.