La otitis externa es el resultado de la inflamación del revestimiento epitelial del canal auditivo externo. Determinar las causas que la ocasionan y las circunstancias que la rodean es todo un desafío.
La inflamación del revestimiento epitelial del canal auditivo externo puede iniciarse en el propio canal externo, debido por ejemplo a la entrada de cuerpos extraños, o ser el resultado de un cuadro que afecta a las orejas o al oído medio. Se suelen reconocer con facilidad a partir de los signos clínicos: oídos con exudado excesivo, cabeceo y/o alopecias con o sin excoriaciones en la región posterior del pabellón auricular, inducidas por el rascado para calmar el dolor o picor del oído (figura 1).

Figura 1. Alopecia y excoraciones en la base posterior del pabellón auricular en un gato secundario al prurito provocado por la presencia de Otodectes cynotis en el oído.
Aunque se evidencian con facilidad, el verdadero desafío de las otitis es determinar las causas que las ocasionan y circunstancias que las rodean. Antes de abordar cualquier aspecto sobre el manejo de las otitis debemos recordar que la enfermedad del oído es solo un síntoma y con frecuencia estos pacientes tienen un problema dermatológico de base (procesos alérgicos en numerosos casos) cuyo diagnóstico es un factor relevante a tener en cuenta (figura 2). Un historial clínico detallado es crucial para alcanzar el éxito: la edad al inicio del problema, presencia o ausencia de prurito, la existencia o no de episodios anteriores, tipo de dieta, el empleo de antiparasitarios, hábitos (baños, paseos, contacto con otros animales) y tratamientos previos utilizados son datos que nunca deben de faltar en su historial.
Después de revisar los datos e interrogar al propietario, el siguiente paso consiste en realizar un examen físico completo y a continuación un examen dermatológico. La recolección y preparación de muestras para estudios microscópicos de los exudados del oído es fundamental, ya que podemos obtener de forma inmediata información de valor diagnóstico y terapéutico.
Recolección y preparación de muestras en otitis
Las muestras se deben recoger al comienzo del examen otoscópico, antes de realizar cualquier tipo de limpieza o tratamiento. Se deben tomar de los exudados o detritos presentes en la porción
horizontal del conducto auditivo externo, y si el oído está muy cerrado, introducimos un poco el hisopo y extraemos material (figura 3). En la mayoría de los casos podemos recoger las muestras sin sedación; solo debemos tener la precaución de poner bozal o sujetar adecuadamente a los pacientes que reaccionen a la manipulación. La recogida y preparación de las muestras varían según la finalidad diagnóstica.

Figura 3. En oídos con masas o pólipos que obstruyen la entrada al canal, estos se pueden desplazar con un hisopo y acceder a su entrada para la recogida de exudados.
Ectoparásitos
Con un hisopo de algodón se recoge exudado del oído y sobre un portaobjeto se mezcla con aceite mineral o vaselina (figura 4). No hay que olvidar colocar un cubreobjeto encima del preparado, y así ya está listo para su examen microscópico. A menudo se puede visualizar Otodectes cynotis utilizando un otoscopio pero en ocasiones, si son escasos o hay un excesivo cúmulo de residuos o exudados, puede no observarse y verse con mayor facilidad al microscopio. Si las muestras se preparan adecuadamente se pueden observar tanto parásitos adultos como formas inmaduras o sus huevos (figura 5).

Figura 4. Eliminar el exceso de exudado y tocar varias veces el hisopo con el líquido suele ser suficiente para conseguir una muestra de calidad y visualizar los ácaros del oído.

Figura 5. La recogida de exudados del oído mezclado con un agente líquido nos permite ver con facilidad ectoparásitos al microscopio.
Muestras para estudios citológicos
Al igual que en el caso anterior, se recoge el exudado con un hisopo, pero el procedimiento en este caso es extenderlo sobre un portaobjeto de tal modo que quede lo más fino posible, en monocapa, y no un cúmulo de material, que luego impediría que la muestra tenga una calidad adecuada. Se deja secar al aire (con calor es posible, pero no suele ser necesario) y posteriormente se procede a su tinción con colorantes hematológicos de rutina (por ejemplo Diff-Quik o Wright-Giemsa). Después del secado, se aplica una gota de medio de montaje (aceite mineral) y el cubreobjetos sobre el material (figura 6).

Figura 6. Citología de oído teñido con Diff-Quik en la que se aprecian corneocitos y una infección mixta de bacterias y Malassezzia spp.
Estos frotis son permanentes y permiten comparar con citologías futuras del mismo paciente, por lo que resultan de gran utilidad en el seguimiento de la evolución y resolución de la otitis. El uso de una
escala (por ejemplo entre 0 y + 4) para cuantificar y registrar las cantidades de bacterias, levaduras y células inflamatorias facilita la comparación de los resultados en las sucesivas revisiones.
Si el paciente presenta un excesivo exudado que invade el pabellón auricular se debe limpiar previamente con solución salina, para proceder a continuación a recoger las muestras del interior del canal auditivo (figura 7).

Figura 7. En estos casos con excesivos exudados en el pabellón hay que limpiar los oídos exhaustivamente con solución salina antes de proceder a recoger las muestras para citologías y/o cultivos.
Muestras para cultivos/antibiogramas
Aunque la técnica no reviste dificultad, es importante tener en cuenta ciertos factores para minimizar los errores en los resultados obtenidos:
- Se debe interrumpir el tratamiento, tanto tópico como sistémico, un mínimo de varios días (entre cinco y siete) antes de recoger la muestra.
- No se deben aplicar limpiadores varios días antes del procedimiento.
- Recoger la muestra con un hisopo estéril (uno por cada oído) y enviar a un laboratorio de microbiología, debidamente identificado. Aunque los hisopos para estos casos suelen tener un conservante para la muestra, si el envío se retrasa más de un día debe almacenarse en la nevera.
La realización de cultivos y susceptibilidad bacteriana no son necesarios habitualmente para resolver una otitis externa, y se deben reservar para determinados casos. Se deben realizar cuando sea necesaria una terapia sistémica, como en los casos complicados con una otitis media. También pueden estar indicados cuando no se vea respuesta frente a tratamientos empíricos otológicos.
Extraído de Dra. Otilia Ferrer Quintana, Cómo reconocer las otitis externas, recogida de muestras y cuidados básicos. Ateuves 76, págs. 18-23.
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