Para poder estimar lo que debe comer un perro a lo largo del día se deben tener en cuenta una gran cantidad de factores que muchas veces son imposibles de cuantificar. Por ello, siempre se recomienda pesar regularmente a los animales y hacer los ajustes dietéticos necesarios en cada momento.
Una pregunta habitual en la consulta veterinaria es, ¿qué cantidad diaria de comida debo darle a mi perro? Existen en el mercado algunos programas informáticos que permiten contestar a esta pregunta, si el animal come alimento industrial de una marca determinada.
Además, muchos piensos incorporan en su embalaje una guía que indica, en función del peso del animal, qué cantidad aproximada de comida es recomendable. Pero no siempre dispondremos de esos programas, no siempre la dieta que le demos a nuestra mascota figurará en la base de datos del programa, las recomendaciones que figuran en el embalaje pueden ser muy poco precisas (“entre 300 y 500 gramos”, por ejemplo) y, por otra parte, veremos que algunos de los factores que modifican las necesidades del animal no se suelen tener en cuenta, ni por los programas informáticos, ni por las etiquetas.
Por ello, resulta muy útil ser capaz de calcular la cantidad diaria recomendable de comida, a partir de la información sobre el tipo de alimento y sobre las características individuales de cada perro.
Para ello es necesario realizar algunos cálculos, que detallaremos a continuación:
- En primer lugar, necesitaremos conocer el requerimiento energético del animal.
- En segundo lugar, determinaremos la densidad energética del alimento (esto es, cuántas kilocalorías aporta una cantidad concreta de alimento).
- Por último, dividiremos el requerimiento energético del animal entre la densidad energética del alimento y obtendremos la cantidad recomendable de comida que se debe aportar diariamente.
Requerimiento energético del animal en mantenimiento
El cálculo del requerimiento energético diario (RED) parte de una estimación del requerimiento energético en reposo (RER). Este último representa el gasto energético de un animal alimentado, en reposo, a una temperatura termoneutral (aquella a la que su gasto energético es menor).
Los perros pequeños tienen una superficie corporal mayor, en proporción a su peso, que los perros grandes. Por ese motivo, sus pérdidas de calor son también proporcionalmente mayores. Y también por ello, sus necesidades energéticas son proporcionalmente mayores. Dicho de forma coloquial, “un kg de Chihuahua come más que un kg de Gran Danés”. La forma matemática que permite representar esta diferencia consiste en expresar la energía requerida no en función del peso, sino en función del llamado “peso metabólico”, que es el resultado de elevar el peso (en kg) a la potencia 0,75.
RER (kcal/día)= P (kg)0,75 x 70
Partiendo de ese valor, se estima que un perro adulto (sedentario) en mantenimiento tiene un RED que oscila entre 1 y 1,8 × RER:
- Para un adulto entero, RED (kcal/día) = 1,8 × RER = P (kg)0,75 x 126.
- Para un adulto castrado, RED (kcal/día) = 1,6 × RER = P (kg) 0,75 x 112.
- Para un adulto propenso a la obesidad, RED (kcal/kg) = 1,4 × RER = P (kg) 0,75 x 98.
- Para un adulto en cuidado crítico, RED = 1 × RER.
Estas fórmulas tienen el inconveniente evidente de que son difíciles de calcular. Elevar el peso del perro a la potencia 0,75 equivale a elevarlo al cubo, y luego calcular sucesivamente dos veces la raíz cuadrada del resultado. Para simplificar estos cálculos, esta fórmula exponencial se puede sustituir por fórmulas lineales, más sencillas, aplicables a distintos rangos de peso. Así, si nos referimos a perros adultos no castrados:
- Para perros menores de 15 kg, RED (kcal/ día) = P (kg) × 60 + 80. Por ejemplo, para un perro de 10 kg, RED = 10 × 60 + 80 = 680 kcal.
- Para perros entre 15 y 40 kg, RED (kcal/ día) = P (kg) × 40 + 380. Por ejemplo, para un perro de 20 kg de peso, RED = 20 × 40 + 380 = 1.180 kcal.
- Para perros de más de 40 kg, RED (kcal/ día) = P(kg) × 35 + 580. Por ejemplo, para un perro de 50 kg, RED = 50 × 35 + 580 = 2.330 kcal.
Estas fórmulas son mucho más sencillas de calcular que las exponenciales. Y si comparamos los resultados obtenidos, la diferencia entre los requerimientos obtenidos mediante los dos métodos es menor del 10 %.
Extraído de Franco Antonio Ricart López, Cantidad y frecuencia de alimentación en el perro. Ateuves 85, págs. 16-20.
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