Según el Estudio de Fundación Affinity sobre el vínculo con el animal de compañía en el núcleo familiar, la presencia de un animal en el hogar puede ayudar a compensar emocionalmente cambios en la dinámica familiar, como por ejemplo la marcha de los hijos (síndrome del nido vacío).
“Aportan una nueva ilusión, alguien por quien preocuparse en el día a día y a quien ver crecer. En definitiva, permite seguir sintiéndose una familia”, aseguró Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity. El estudio, de carácter cualitativo, ha analizado cinco tipos de familias para llegar a la conclusión de que tener una mascota no sólo es beneficioso para las personas como individuos, sino que también mejora la dinámica familiar en todas las tipologías de hogares.