Técnica tie-over en sarcomas: caso clínico (y II)

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En la segunda parte de este artículo se describirá el procedimiento quirúrgico, las curas necesarias para el cuidado de la herida y el diagnóstico definitivo mediante anatomía patológica.

Cirugía

Mediante el proceso quirúrgico se resecciona por completo el tumor con márgenes de unos 3 cm y un plano profundo. Esta muestra posteriormente es enviada a anatomía patológica para obtener el diagnóstico definitivo. En zona de piel completamente sana y alrededor de la lesión se colocan puntos simples de sutura no absorbible (nylon 2/0) que no se anudan del todo dejando una abertura de, más o menos, medio centímetro que nos servirá como puntos de anclaje (figura 1).

Figura 1. Herida quirúrgica con los puntos sueltos que servirán de anclaje.

Lavamos la zona con abundante suero salino fisiológico estéril, irrigado con una jeringuilla de 20 ml y una aguja de 18 G. A continuación, secamos con gasas sin frotar la zona y, una vez seco, colocamos un apósito que estimula el flujo de sangre y reduce la desecación de la zona, completamente en contacto con la herida. Protegemos todo con un par de gasas ajustadas al tamaño de la lesión y comenzamos a fijar estas gasas utilizando los puntos anteriormente mencionados como puntos de anclaje, con una sutura no absorbible (nylon 2/0). De esta manera, el apósito y las gasas protectoras quedan completamente fijadas a la herida (figura 2).

Figura 2. Técnica tie-over paso a paso.

Posteriormente realizamos un vendaje Robert-Jones basado, sobre todo, en la colocación de un buen acolchado ya que necesitamos que el algodón absorba la posible humedad procedente del exudado de la herida y proteja la zona de la misma.

Por último, se instaura el tratamiento con antibiótico (amoxicilina y ácido clavulánico), antiinflamatorio
(robenacoxib) y protector gástrico.

Curas

A los 4 días, mientras retiramos el vendaje, revisamos si existe maceración, si las capas están húmedas, el olor que presenta, etc. Realizamos las curas siempre en condiciones asépticas en la que irrigamos de nuevo suero salino fisiológico de la misma manera que durante la cirugía, pero en esta ocasión aplicamos una crema antibiótica a base de neomicina y centella asiática antes de colocar el apósito y las gasas y volver a cerrar el vendaje de la misma forma. Mantenemos este tipo de curas prestando especial atención a la fase de cicatrización en la que se encuentra la herida y adecuando el tratamiento tópico a la misma (figura 3).

Figura 3. Evolución de la herida en un mes y medio.

Cuando la herida presenta un buen tejido de granulación, podemos retirar los puntos de sutura que nos han servido durante este tiempo de anclaje y cambiamos el tratamiento tópico por una pomada a base de enzimas proteolíticas hasta que la herida tenga una cicatrización completa. Pasados unos días, dejamos incluso al aire la extremidad procurando mantener la herida lo más seca posible, siempre asegurándonos de que el animal lleva collar isabelino y va a estar bajo vigilancia. Retiramos todo el tratamiento y concedemos el alta cuando observamos la herida completamente cerrada y el tejido reparado.

Diagnóstico definitivo (anatomía patológica)

El resultado de la anatomía patológica muestra un sarcoma de tejidos blandos de grado I. Se trata de un tumor de estirpe mesenquimal que muestra malignidad local con posibilidad de recidivas dado que normalmente su crecimiento es infiltrativo en tejidos adyacentes, mientras que el potencial de metástasis a distancia es bajo (2-3 %).

Conclusión

Es habitual encontrarnos en consulta con tumores en lugares de difícil resección, sobre todo aquellos en los que debemos dejar amplios márgenes para evitar recidivas. Puede suponer un desafío para el auxiliar el manejo posquirúrgico en cuanto a la realización de las curas se refiere en cierres de piel por segunda intención. La técnica tie-over permite realizar esta intervención con la tranquilidad que nos proporciona saber que podemos retirar todos aquellos márgenes necesarios sin apenas complicaciones posquirúrgicas, ya que, con un buen manejo de la esterilidad en las curas posteriores, un buen conocimiento de las fases de cicatrización de las heridas y un buen tratamiento, tanto tópico como oral, se producirá el cierre por segunda intención. Tardaremos más tiempo, pero merece mucho la pena si tenemos en cuenta la complicación que supone la cirugía en este tipo de procesos y los resultados que obtenemos con la técnica presentada.

Extraído de Jessica Valbuena Vidal. Técnica tie-over en sarcomas: caso clínico. Ateuves 94, págs. 24-26.

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