En verano aumenta el número de nuestros clientes que nos consultan si es conveniente cortar el pelo a sus perros “para que no pasen calor”. Realmente ¿sirve para algo este corte de pelo en perros? ¿Hay después un efecto termorregulador?
El pelo, peculiar estructura de los mamíferos, tiene funciones fundamentales como aislamiento térmico, percepción sensorial (bigotes) o protección frente a agentes físicos (sol) y químicos. Hay diferentes clasificaciones con respecto al tipo de mantos de los perros, tema que en peluquería condiciona mucho los cuidados y las técnicas a utilizar en cada caso.
El pelo es una estructura proteica formada por queratina, que se organiza en un filamento elástico y flexible. Anatómicamente podemos distinguir la raíz y el tallo. Este último es la parte visible del pelo y está constituido por células muertas.
La raíz se inserta en el folículo piloso, cavidad de la dermis donde desembocan también las glándulas sebáceas y al que está unido un diminuto músculo que sirve para impeler el sebo y erguir el pelo. El crecimiento del pelo es intermitente y sigue un ciclo que consta de un periodo de desarrollo (fase anágena) durante el cual el folículo es activo, un periodo de transición (fase catágena) y un periodo de reposo (fase telógena) en el cual el pelo permanece dentro del folículo hasta que es empujado hacia fuera por el nuevo en crecimiento. La renovación del manto ocurre según un patrón a mosaico, es decir, folículos cercanos estarán en diferentes fases (producción, reposo) dando un aspecto uniforme al manto. El ciclo está influenciado por factores de temperatura ambiental, alimentarios, hormonales, etc.
Tipos de manto
Una clasificación interesante de los tipos de manto es la propuesta por G. Solaro. Podemos distinguir tres clases de mantos en función de la longitud y subclasificar en función de otras características (ver tabla a continuación).
Las distintas razas tienen diferentes combinaciones de pelo y subpelo. En general todos los perros que tienen subpelo entran en la categoría de capa doble y los que presentan sólo el de cobertura son de capa simple.
El Pastor Alemán por ejemplo, presenta pelo de cobertura semilargo liso, el Spinone Italiano carece de subpelo y tiene el de cobertura duro y áspero.
Hay quien afirma que la capacidad para regular la temperatura corporal está relacionada directamente con la longitud y espesor del pelo así como con el diámetro de la médula, de modo que un manto largo, fino, de médula estrecha es más eficiente en ambientes fríos; además hay que considerar el color del manto, pero según nuestra opinión la influencia sobre la termorregulación es mínima y no esencial.
¿Cómo pierden calor los perros?
Podríamos afirmar que en un perro, que anatómicamente carece de glándulas sudoríparas, el mecanismo más importante para perder calor es el jadeo, ya que físicamente según el principio de la evaporación de agua en las primeras vías respiratorias, disminuye la temperatura y permite disipar el calor.
Además, podemos considerar otros mecanismos secundarios:
Conducción: el animal en verano busca superficieS frías, umbrías, húmedas, aprovechando el principio de conducción, es decir, el traspaso del frío por contacto directo. Así se explica por qué los animales escarban buscando alivio al calor. Esta modalidad es secundaria puesto que fisiológicamente el sistema de vasos periféricos del perro no está tan adaptado como el del hombre en el intercambio entre sangre fría y caliente.
Sudoración local en las almohadillas: los únicos sitios donde el perro presenta glándulas sudoríparas son las almohadillas. La exigüidad de estas glándulas con respecto a la superficie corporal del animal indica que no tienen ningún efecto en la termorregulación sino que sirven para el marcaje territorial.
Discusión
Hay que considerar muchos otros factores entre los cuales está el hecho de que el crecimiento del pelo es un equilibrio estable entre dos fases de desarrollo: la anágena (de desarrollo) y la telógena (de muerte del pelo).
Con el rasurado se fracturan todos los tallos, tanto los que están en desarrollo como los que están muriendo; son estos últimos los que finalmente caerán.
Si el corte de pelo se hace en un momento en el cual la proporción de pelos que se encuentra en fase telógena es mayor que la de la fase anágena, se corre el riesgo de crear algunas zonas de alopecia o de poca densidad de pelo (hipotriquia) retrasando además la sucesiva fase de crecimiento.
Existe una patología descrita como alopecia pos-rasurado, frecuente sobre todo en las razas de perro nórdicas, caracterizada por la presencia de todos los folículos en fase catágena. El mecanismo por el cual ocurre esto es desconocido, pero se cree que un reducido riego sanguíneo provocado por una vasoconstricción de la zona depilada podría inducirla, llevando al folículo a una prematura fase catágena (“detención folicular”).
Al cortar el pelo a un Golden Retriever, por ejemplo, podemos aliviarle sólo con respecto a la conducción del frío, es decir, en el momento que el animal esté en contacto con superficies frías se incrementa el paso del frío del suelo al cuerpo ya que el pelo, en este caso, no actuará como aislante.
Con respecto a la concepción de que el pelo es un aislante del cuerpo hay que considerar que lo hace tanto del frío como del calor o de las radiaciones solares. Hay que considerar que algunos perros (de capa blanca) sufren dermatitis por rayos solares.
La demostración de que el pelo es fundamental para el aislamiento del calor lo tiene el hecho de que estadísticamente el “golpe de calor” afecta más a perros de pelo raso.
La peluquería canina
La peluquería canina tiene directa influencia sobre el ciclo de crecimiento del pelo y entre los factores que pueden alterarlo hay que considerar: el cambio de pH cutáneo (que influye sobre la secreción de sebo) debido a la utilización de productos cosméticos, la lesión mecánica (de corte) y física (calor de la cuchilla) que la máquina puede tener en la piel y el fenómeno antes explicado de vasoconstricción que puede llevar a la situación de folículo retenido.
Hay perros que debido a su estándar racial no requieren ninguna maniobra de corte. Esto evita el posible retraso, excesivo y frustrante, del pelo justificado por una detención folicular.
El único aspecto positivo puede ser una mayor eficacia en la profilaxis contra las infestaciones por ectoparásitos.
Seguramente, un factor a tener en cuenta es la relación con el cliente cuya satisfacción está relacionada con el cumplimento de sus deseos. Por este motivo es importante concienciarlo de manera profesional sobre las posibles consecuencias del rasurado.
Conclusiones
La respuesta a la pregunta de si realmente en un perro de doble capa un rasurado del pelo le aliviaría de las condiciones de calor estival, es negativa.
Si consideramos que el principio básico de la termorregulación es el jadeo, esquilar a un perro de estas características no logra muchas ventajas con respecto a la termorregulación.
En el momento de la decisión hay que considerar todos estos factores y concienciar al propietario de que un rasurado podría provocar efectos negativos en el futuro crecimiento del pelo y predisponer a la aparición de patologías cutáneas.
Extraído de: Alessandro Monaldi. Termorregulación y corte de pelo. Ateuves nº 27, pp. 20-24
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