Tratamiento de la dermatofitosis

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Para enfocar el protocolo terapéutico de la dermatofitosis es necesario recordar que, aunque se trate de una enfermedad zoonótica, se puede tratar y curar tanto en personas como en animales, lo que debe tranquilizar a los propietarios.

El segundo punto importante que hay que tener en cuenta es que, en la mayoría de animales sanos, la dermatofitosis es una enfermedad autolimitante y transitoria (10-12 semanas aprox.) que se resuelve incluso sin tratamiento. Aun así, es recomendable el tratamiento por las siguientes razones:

  • Aumenta la velocidad de curación.
  • Limita la expansión de la enfermedad a otros animales y personas susceptibles.
  • Minimiza la contaminación ambiental.

El objetivo del tratamiento consiste, por tanto, en reducir el riesgo de infección y la contaminación del ambiente con material infectado (descamación, pelos, etc.) procedente de un paciente enfermo. Para lograrlo, la pauta más completa y recomendable consta de: tratamiento tópico, sistémico y ambiental.

Tópico

El tratamiento tópico elimina el material infectante y previene su diseminación al medio. Se ha demostrado que reduce el contagio entre animales que comparten el mismo entorno.

Los productos más eficaces aplicados una o dos veces por semana son: el sulfuro de cal, el enilconazol y la combinación de miconazol con clorhexidina, que tienen efecto sinérgico. La clorhexidina puede generar úlceras corneales; por lo tanto, se debe evitar que entre en contacto con los ojos y es recomendable aplicar un lubricante ocular de forma preventiva.

Los antifúngicos tópicos en pomada o loción (como el clotrimazol, el miconazol y el enilconazol), pueden tener cierta eficacia, pero no están recomendados como terapia única.

Se aconseja aplicar el tratamiento tópico de manera generalizada, ya que existen estudios que demuestran la presencia de material infectante a más de 6 cm del límite de las lesiones. Por ello, las cremas y lociones antifúngicas deberían utilizarse solo para casos leves y muy localizados. Tras dos cultivos negativos de manera consecutiva, se podrá poner fin a esta terapia.

En animales con el pelo largo, cortar el pelo de las zonas afectadas o de todo el cuerpo ayuda a reducir la contaminación ambiental.

Sistémico

La administración de productos vía sistémica acorta el tiempo de infección en el paciente. Los fármacos usados con más frecuencia son: el itraconazol, el ketoconazol, la terbinafina y la griseofulvina. El fluconazol y el lufenuron no son tan eficaces frente a estos patógenos.

  • Itraconazol: se recomienda administrarlo junto con comida, para aumentar su absorción y disminuir los efectos adversos gastrointestinales, en dosis de 5-10 mg/kg/día.
  • Ketoconazol: también se absorbe mejor si se administra con comida. En dosis de 10 mg/ kg/día tiene más efectos adversos que el itraconazol (gastrointestinales, pérdida de peso y anorexia en gatos), presenta interacciones farmacológicas con otros fármacos (ivermectina, midazolan o ciclosporina, entre otros) y efectos teratogénicos, por lo que no se recomienda en gestantes y lactantes.
  • Terbinafina: es bien tolerada y sus escasos efectos secundarios gastrointestinales se minimizan si se administra con comida.
  • Griseofulvina: se absorbe mejor si se administra junto con grasas. Es teratógena y posee numerosos efectos adversos, desde letargo, anorexia, fiebre o prurito, hasta otros más graves como ataxia y depresión de la médula ósea en gatos. Está contraindicada en gatos con inmunodeficiencia (FIV).
  • Fluconazol: no se altera por el pH gástrico ni el contenido alimentario, ya que es soluble en agua. Está indicado para el tratamiento de micosis sistémicas pero posee poca eficacia frente a los dermatofitos.
  • Lufenuron: afecta a la síntesis de quitina, pero no se recomienda como tratamiento de la dermatofitosis.

Ambiental

Realizar un correcto manejo ambiental ayuda a prevenir reinfecciones y la diseminación de los patógenos a otros animales y personas en contacto.

Se debe tener en cuenta que los pelos contaminados que se encuentran en el medio ambiente pueden contener material infeccioso de forma latente durante años. Adoptar algunas medidas como cortar el pelo de las zonas afectadas y limpiar periódicamente el ambiente, mejorará el tratamiento de la dermatofitosis, ya que se reducirá la cantidad de material infectante presente en el medio.

En general, lo ideal es retirar cualquier resto de material infectado y después limpiar con detergentes; los más recomendados son: el hipoclorito sódico, el enilconazol y el peróxido de hidrógeno.

Puesto que para evitar la diseminación del agente hay que separar y aislar a los animales infectados, se debe considerar que, si se trata de animales jóvenes, este aislamiento debe hacerse con prudencia para evitar posibles alteraciones del comportamiento por falta de socialización en estas edades.

Extraído de Annabel Dalmau. Dermatofitosis: una visión práctica. Ateuves 79, págs. 18-24.

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