El diagnóstico precoz del virus de la inmunodeficiencia felina es fundamental para poder establecer el tratamiento adecuado, más teniendo en cuenta que, en algunas fases de la enfermedad el gato puede no mostrar signos de enfermedad.
Cuadro clínico
Fase I: aguda o primaria
Esta fase dura varias semanas, aunque si se presentan complicaciones puede llegar a durar meses. La fase I es transitoria y casi nunca letal, la mayoría de los signos se recuperan con tratamientos adecuados.
Los gatos presentan signos clínicos inespecíficos, principalmente linfadenopatía generalizada, anorexia, fiebre transitoria, citopenias, deshidratación y letargo. En esta fase pueden aparecer complicaciones, sobre todo si coexiste una infección con el virus de la leucemia felina (FeLV), como pueden ser dermatitis pustular facial, neumonía, diarreas y sepsis, pudiendo llegar a ser letal.
Fase II: asintomática
Esta fase dura de varios meses a unos dos años. La infección pasa a una etapa crónica de portador asintomático. Es una fase de latencia en la que no hay sintomatología clínica grave, pero en la que existe una disminución de linfocitos T y una hiperglobulinemia.
Durante esta fase, aunque el animal está aparentemente sano, su sistema inmunitario se está debilitando gradualmente.
En algunos animales esta situación puede mantenerse de por vida, sin que lleguen a desarrollar ningún cuadro clínico.
Fase III. Fase de linfadenopatía generalizada
Tiene una duración de varios meses a años. En esta fase se aprecian signos clínicos vagos como fiebre recurrente, linfadenopatía, leucopenia, inapetencia, pérdida de peso, artritis y cambios de comportamiento.
Fase IV: SIDA
Su duración también puede variar de meses a años. Podemos diferenciar en ella dos etapas.
- Etapa inicial o pre-SIDA: aparecen infecciones crónicas no oportunistas, principalmente infecciones bacterianas típicas de los gatos. Los signos clínicos que podemos encontrar son, entre otros, gingivitis, estomatitis, rinitis, conjuntivitis recidivantes, infecciones respiratorias, infecciones crónicas en la piel y en el aparato digestivo.
- Etapa de SIDA o síndrome propiamente dicho: Es la fase terminal, en la que aparecen las infecciones oportunistas tanto habituales como raras (a diferencia de la etapa de pre-SIDA, en la que las infecciones son no oportunistas). Algunos ejemplos son herpesvirus, micobacterias, toxoplasmosis y parasitosis generalizadas. Pueden aparecer también enfermedades inmunomediadas como poliartritis, anemia o trombocitopenia.
En esta fase el paciente no puede desarrollar una adecuada respuesta inmunitaria ante las infecciones y finalmente muere por síndrome crónico de consunción, enfermedad neurológica, neoplasia o infecciones oportunistas sistémicas.
Diagnóstico de la inmunodeficiencia felina
La presencia masiva de antígeno en sangre solo ocurre en las fases terminales de la enfermedad, por lo que se suele recurrir a la detección de anticuerpos frente a FIV en sangre entera, suero o plasma.
Hay diferentes técnicas serológicas para la detección de anticuerpos frente al FIV como son ELISA, IFI o inmunoelectrotransferencia (Western blot). Esta última se considera la técnica de referencia.
La inmunocromatografía es una variante de ELISA que podemos encontrar en kits rápidos, y es la que se suele utilizar en la clínica habitual.
La detección del virus (antígeno) se realiza mediante cultivo celular o mediante PCR, pero estas técnicas están menos utilizadas en la práctica clínica, ya que difícilmente son diagnósticas en la fase II de la enfermedad.
En cuanto a la fiabilidad del diagnóstico serológico, hay que tener en cuenta, como en otras enfermedades, las circunstancias que pueden causar falsos positivos o falsos negativos (ver tabla).
1Causas que cursan con falsos positivos:- Gatitos hijos de infectados. Podemos encontrar anticuerpos que vienen del calostro hasta las 8-12 semanas de edad y en algunos hasta las 16 semanas o 6 meses de vida. En estos casos habría que repetir la prueba cuando el animal haya superado los
- 6 meses de edad o utilizar como técnica la PCR, ya que esta puede detectar la presencia del virus de forma precoz.
- Vacunación. Los anticuerpos posvacunales no permiten diferenciar animales vacunados de infectados.
- Reacciones cruzadas. Debidas a anticuerpos que no son anti-FIV pero que reaccionan con los del FIV.
- Manejo defectuoso. O mala conservación de la muestra o los reactivos.
- Fase de la enfermedad. En fases iniciales de la infección el gato todavía no ha desarrollado anticuerpos por lo que puede dar títulos muy bajos o inexistentes. En estos casos debe repetirse la prueba a las 8-10 semanas. En fases terminales pueden darse falsos negativos porque el sistema inmunitario está prácticamente agotado.
- Curso de la enfermedad. A veces la enfermedad es de progreso tan rápido que no da tiempo a que el sistema inmunitario del gato produzca anticuerpos.
Tampoco se detectarán anticuerpos en la fase de SIDA y en animales de edad muy avanzada, ya que el sistema inmunitario del animal está tan deteriorado que no es capaz de producir anticuerpos.
Tratamiento
Los pacientes sin signos de enfermedad pueden sobrevivir más tiempo, ya que el periodo asintomático puede durar años.
El tratamiento de las enfermedades asociadas al FIV es largo, caro y no siempre exitoso, por lo que hay que informar muy bien al propietario sobre la enfermedad de su mascota, haciendo hincapié en que es una enfermedad de curso largo, con varias fases, que no tiene cura y en la que trataremos las enfermedades asociadas.
El tratamiento se basará principalmente en el refuerzo del sistema inmunitario, la vacunación frente a otras enfermedades (leucemia, peritonitis infecciosa felina), evitar el estrés y el contacto con otros gatos y con ambientes de riesgo.
Los gatos que padecen FIV no tienen una menor respuesta a antibióticos y antifúngicos, por lo que se pueden utilizar frente a las infecciones secundarias.
El interferón omega está siendo cada vez más utilizado como inmunomodulador, pero su precio es alto y su resultado difícil de medir.
Profilaxis de la inmunodeficiencia felina
En nuestro país no se ha comercializado ninguna vacuna frente al FIV, por lo que las armas que tenemos para poder luchar contra la expansión de la enfermedad son otras medidas preventivas.
Algunas de las medidas más importantes que debemos aplicar son:
- Castración para evitar camadas indeseadas y peleas entre adultos.
- Que los gatos no salgan de casa para que no tengan contacto con gatos no testados.
- Realizar pruebas serológicas a todos los gatos sobre las 16 semanas de vida.
- No introducir en una casa en la que vive un gato a otro no testado.
Conclusión
En la amplia información que se debe dar al propietario sobre el gato con inmunodeficiencia hay que hacer especial mención a varios aspectos:
- Es una enfermedad de curso muy largo y no tiene cura.
- El tratamiento se enfoca a las patologías secundarias, no a eliminar la infección por el virus.
- El tratamiento es largo y costoso, no siempre tiene éxito y habrá que variarlo conforme varíe la sintomatología del paciente.
- No hay disponible una vacuna como método de prevención.
- Son imperativas las revisiones periódicas, con analítica de sangre y heces.
- El gato ha de tener una alimentación apropiada, de alta calidad y suplementada con productos que refuercen su sistema inmunitario, así como evitar situaciones de estrés.
- Se han diagnosticado infecciones por FIV en felinos exóticos, pero hasta el momento el virus de la inmunodeficiencia felina no representa riesgo para la salud humana, no es una zoonosis.
Extraído de: Silvia Lorz López. La inmunodeficiencia felina. Ateuves 63, pp. 24-27.