Algunas de las patologías que muestran los animales proceden de una nutrición incorrecta. El
papel del auxiliar técnico es informar al propietario sobre la dieta más adecuada para estos reptiles.
Es frecuente que en la consulta veterinaria de exóticos tengamos que asesorar sobre la alimentación adecuada de algún ejemplar de tortuga, ya que muchas veces hay un desconocimiento total por parte de los propietarios, e incluso de las propias tiendas donde se venden estos animales. En cautividad son frecuentes las deficiencias nutritivas por dietas inadecuadas o desequilibradas, tanto por exceso como por defecto, que conllevan graves trastornos en el desarrollo de estos animales, problemas de crecimiento, obesidad y una larga lista de enfermedades asociadas a la malnutrición.
Las tortugas pueden ser carnívoras, herbívoras u omnívoras. Pero esto también puede cambiar según la edad y los factores ambientales.
Tortugas terrestres
Son herbívoras, se alimentan de plantas, raíces, hojas, flores y frutas. Según la especie están adaptadas a los vegetales que hay en su hábitat. Por ejemplo; las tortugas de zonas áridas se alimentan de plantas muy fibrosas por lo que en cautividad debemos suministrarles heno seco y evitar el exceso de frutas. A las tortugas mediterráneas, el aporte de diente de león o higos chumbos en su ración siempre les resultará muy apetitoso.
En libertad, su dieta también incluye una pequeña cantidad de proteína animal, sobre todo en los animales más jóvenes. Esta proteína proviene del consumo de pequeños invertebrados y de carroña.
Las necesidades energéticas de estos animales son bajas y a veces pasan largos periodos de tiempo sin alimentarse. Las tortugas de climas templados, como las mediterráneas, llegan a hibernar para adaptarse a las épocas más frías del año y utilizan las reservas energéticas acumuladas en su cuerpo durante los meses cálidos.
En la naturaleza, estos animales pastan mayoritariamente hierbas salvajes, pero en cautividad se alimentan sobre todo de verduras de huerta y frutas en cantidades excesivas; esto puede dar lugar a un desequilibrio nutricional significativo.
Los puntos más importantes a la hora de elaborar una dieta para tortugas herbívoras son:
- Dieta rica en vegetales y en fibra.
- Verduras con alto contenido en calcio como rúcula, berros, col y canónigos.
- Verduras, hortalizas y frutas ricas en vitaminas, sobre todo vitaminas A y D, como fresas, melón y zanahoria.
- Alimentos pobres en fósforo para mantener un balance Ca:P adecuado.
- Poco aporte de grasa y aceite.
- Bajo porcentaje de proteínas.
- Agua disponible todo el tiempo para que puedan bañarse e hidratarse correctamente.
No debemos abusar de los alimentos ricos en oxalatos como espinacas, repollo, remolacha o uva, que actúan como quelantes del calcio y pueden ocasionar déficit en este mineral. Otros vegetales como los espárragos son ricos en purinas y un exceso en la dieta puede ser nocivo para el riñón.
Podemos administrar esporádicamente un pequeño aporte de proteína de origen animal utilizando como fuente insectos, gusanos, lombrices, etc.
En el mercado existen piensos comerciales formulados para tortugas terrestres. Se presentan normalmente en forma de gránulos o pellets que se pueden administrar ligeramente remojados para aumentar la palatabilidad. No obstante, tenemos que ser prudentes a la hora de elegir un pienso, tanto por la procedencia y calidad del mismo como por la fórmula nutricional, ya que, como hemos mencionado antes, hay diferencias significativas en los requerimientos energéticos según la especie y la edad.
Las especies de tortugas terrestres herbívoras más comunes que vamos a ver en la clínica veterinaria son: Testudo hermanni, Testudo horsfieldi, Testudo marginata, Testudo graeca, Geochelone sulcata y Geochelone pardalis, entre otras.
Correctores vitamínicos y minerales
El uso de correctores vitamínicos y minerales es innecesario cuando las tortugas en cautividad se alimentan adecuadamente con dietas variadas y bien equilibradas. No obstante, hay diversas etapas en su vida que quizá requieran temporalmente el uso de estos productos.
Son los animales más jóvenes los más susceptibles a este tipo de requerimientos. A veces, es necesario ofrecerles un suplemento de vitamina D y calcio para que no desarrollen alteraciones en sus huesos durante el crecimiento, además de proporcionarles una fuente de luz ultravioleta adecuada.
También la vitamina A puede ser necesaria en dietas desequilibradas para evitar casos de hipovitaminosis A, sobre todo en los galápagos.
Durante la época reproductiva las hembras también necesitarán mayor aporte de calcio y vitamina D para la calcificación de sus huevos.
El uso excesivo de correctores vitamínicos y minerales también puede ocasionar enfermedades graves.
Extraído de Belén Noguera García, La alimentación de tortugas en cautividad, Ateuves 76, pags. 12-15.
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